Entretenimiento a pie de calle
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

Entretenimiento a pie de calle
Hasta los placeres más pequeños se están convirtiendo en un lujo. Parque México - Foro Lindbergh. Foto: Wikimedia Commons

Desde el momento en que, como mexicanos, nos hemos tenido que acostumbrar a la presencia de migrantes de todo tipo, desde nómadas digitales que viven en las zonas más exclusivas de las grandes ciudades hasta miembros de las caravanas que venían de paso, pero se quedaron aquí, tal vez no nos hemos dado el tiempo suficiente para pensar qué tanto se adapta nuestro país a ellos y no ellos a nosotros.

Un inocente paseo por la Ciudad de México durante las vacaciones de Semana Santa se convirtió en un amargo recordatorio de cómo las ciudades van cambiando su configuración, no solamente geográfica sino también cultural, como parte de un proceso que se aceleró con la llegada a México de la laptop class, esa nueva clase social que surgió a partir del trabajo remoto.

Hasta los placeres más pequeños se están convirtiendo en un lujo, si no es que han desaparecido por completo. “La Ciudad de México es pionera en conciertos gratuitos como los del Zócalo”, me cuenta el activista Aurélien Guilabert, vocero de la asociación civil Mexicolectivo, que promueve la iniciativa “Ciudad nocturna”. La gratuidad de los conciertos es un tema que no deberíamos perder de vista. Hace apenas 10 años, todavía era posible ver a artistas pop como Belinda o Danna Paola sin tener que pagar una pequeña fortuna.

Esto era posible gracias a festivales de música organizados por estaciones de radio, como El Evento Pulsar 90.5 fm, El Gran Concierto 97.7 fm o el Concierto EXA 104.9 fm. Hoy, sin embargo, artistas que jamás soñarían en compartir el escenario con figuras internacionales se pueden colar al cartel de festivales como Tecate Emblema, donde el boleto cuesta alrededor de 2 mil pesos. Guilabert me cuenta que en ciudades como París se organizan eventos donde todo permanece abierto durante la noche: “y sobre todo con gratuidad, que es lo que queremos”.

Esta semana me dispuse a dar una vuelta por el Parque México de la Colonia Condesa, un espacio que ya está saturado de extranjeros. Pensaba acompañar mi caminata con un vaso de frutas, como llevo haciéndolo desde hace 30 años, pero me llevé la sorpresa de que no hay un solo carrito de frutas en toda esa sección. Cuando volví a la Colonia Roma me encontré algunos, y un vendedor me dijo que no estaban del otro lado de Avenida Insurgentes porque el parque es territorio de Alejandra Barrios, la lideresa de ambulantes.

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Independientemente de que, en 2021, a Barrios se le dictó prisión preventiva por extorsión y después arraigo domiciliario (que se le retiró el año pasado), o que en 2022 los vecinos de la Condesa señalaron a Sandra Cuevas, alcaldesa de la Cuauhtémoc, como responsable de que aumentara el ambulantaje en esta colonia, es un hecho que comerciantes que laboraron en aquel parque durante años hoy han sido removidos.

Un sencillo vaso de frutas con chile, donde lo encuentres, cuesta entre 25 y 35 pesos, pero a falta de carritos en algunos parques de la ciudad, como en la colonia Condesa, lo más parecido que podrás encontrar es una ensalada de frutas en un lugar como Ojo de agua, donde cuesta 115 pesos, o un vaso de frutas de Starbucks (de 160 gramos) por 52 pesos.

Debo admitir que siempre he vivido en el mismo cuadrante, entre las colonias Roma, Condesa, San Miguel Chapultepec y Escandón, pero he atestiguado los mismos efectos de la gentrificación en zonas como Santa María la Ribera, San Rafael, Narvarte, Daniel Garza, Doctores, Obrera y Jardín Balbuena. Incluso, en una ciudad como Guadalajara se da el mismo fenómeno en colonias como la Americana, Santa Tere y Ladrón de Guevara.

Tras la pandemia, hemos visto cómo pequeños negocios cerraron sus puertas ante la imposibilidad de pagar rentas tan elevadas. Al consultar el sitio de Inmuebles24, encuentro que la renta de un local comercial en la Colonia Condesa está entre 20 y 60 mil pesos. Los hay mucho más caros y también algunos más baratos, pero estos son lugares muy pequeños o alejados de la zona comercial.

En el último año he lamentado la desaparición de espacios como el centro comercial Pabellón Polanco, el restaurante Bread & Company en la Colonia Cuauhtémoc, los pasteles Marie Callender’s en la Tlacoquemecatl del Valle, la panadería La Espiga en la Hipódromo o las gelatinas Bal-Ray en la Condesa. Tras la demolición del edificio “El Plaza”, que desde 1952 albergó sitios tan emblemáticos como un cine, un foro de conciertos y hasta bares como el clásico Pata Negra, hoy se habla de la construcción de un lujoso edificio de departamentos, oficinas y locales comerciales, donde las rentas serán muy costosas.

Entiendo que este reacomodo es un proceso natural en el mercado de bienes y servicios, pero no puedo dejar de pensar que la ciudad se ha reconfigurado más rápido desde la llegada de los nómadas digitales. Como ejemplo, los casos de extranjeros que se quejan de las costumbres locales, como las bandas en Mazatlán, Sinaloa, los organilleros de la Ciudad de México o hasta la tradicional grabación de “fierro viejo” de María del Mar Terrón.

Agentes de bienes raíces pueden confirmar que, de hecho, los potenciales inquilinos reniegan de lo ruidosa que es nuestra ciudad. Pero eso sólo me hace pensar que una servidora pública como Sandra Cuevas fue capaz de desalojar por capricho a los sonideros y bailarines de danzón del kiosco morisco en la Santa María la Ribera. ¿Qué no harán otros políticos con tal de complacer a quienes pagarán las elevadas rentas de estas zonas?

En dicha colonia también he visto rosticerías que ya venden pollos en 200 pesos, algo que pensé que sólo ocurría en la Roma y la Condesa, donde este tipo de locales se multiplicaron en cuestión de meses. El pollo rostizado es uno de los alimentos más socorridos por las familias mexicanas de la clase trabajadora, y en un expendio normal (como el que cerró con la panadería La Espiga y donde ahora hay una franquicia de Tim Hortons) ronda los 100 pesos. Las rosticerías-chic lo venden al doble sin beneficio adicional.

Sin duda, el alto costo de vida en las grandes ciudades de nuestro país es un problema multifactorial que no se debe solamente a los extranjeros sino también a la clase política, propietarios de inmuebles, agentes inmobiliarios, pequeños y grandes empresarios. Por ejemplo, entre los clientes más importantes de las agencias de bienes raíces en México están empresas energéticas como Repsol, tecnológicas como Samsung, automotrices como BMW, Mercedes Benz y Tesla, o gigantes del retail como Amazon e Ikea.

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Pero, sobre todo, sus mejores clientes son embajadas, como la de Estados Unidos, Pakistán y Corea, con criterios muy específicos para elegir la vivienda de sus trabajadores. Los ejecutivos japoneses, chinos y coreanos prefieren zonas como la Ampliación Granada, mientras que la Embajada de Estados Unidos coloca a su personal en Polanco, Lomas y Santa Fe, pero nunca en la Condesa, porque es una zona sísmica de alto riesgo.

Y si un taco puede servir como indicador, las taquerías de estas zonas se están adaptando al gusto y la mentalidad del turista. No solamente son los ingredientes y las porciones, también es una atmósfera aséptica. Decenas de cafeterías genéricas siguen apareciendo a lo largo de estos corredores comerciales, y son espacios sin personalidad que no se distinguen unos de otros. Quizá los extranjeros tienen razón cuando dicen que no todo lo que está pasando en México es su culpa, pero lo único cierto es que tampoco es casualidad.

BREVES

La película El bastardo (Bastarden, 2023) llega esta semana a salas del circuito de arte y de Cinépolis. Se trata de la épica producción estelarizada por Mads Mikkelsen que representó a Dinamarca en la carrera por el Oscar.

Ripley, otra de las apuestas más fuertes de Netflix para 2024, ya puede verse en la plataforma desde el 4 de abril. Se trata de una serie que retoma la historia del clásico villano Tom Ripley, creado por la escritora Patricia Highsmith.

La edición 2024 de Ambulante, Gira de documentales inicia el 10 de abril y se extiende hasta el día 21, con diversas sedes y una extensa programación que puedes consultar aquí.

*Para más información sobre las películas y series comentadas cada semana, visita mi perfil en Letterboxd.

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