Entre Pumas, ingleses y unos simpáticos daneses
La terca memoria

Politólogo de formación y periodista por vocación. Ha trabajado como reportero y editor en Reforma, Soccermanía, Televisa Deportes, AS México y La Opinión (LA). Fanático de la novela negra, AC/DC y la bicicleta, asesina gerundios y continúa en la búsqueda de la milanesa perfecta. X: @RS_Vargas

Entre Pumas, ingleses y unos simpáticos daneses
Arte: Roberto Vargas

Me cuesta trabajo imaginar un día más futbolero que el 22 de junio. Un día como ese, en 1991, en casa celebraríamos los 50 años que mi papá había cumplido apenas 48 horas antes. Pero primero teníamos que acudir a una cita con la historia del futbol.

Aquella tarde, un gol de Ricardo Ferretti determinó mi futuro profesional cuando ni siquiera pasaba por mi cabeza dedicarme al periodismo, mucho menos al periodismo deportivo. Porque una tercera Final perdida ante el América me hubiera alejado para siempre de los estadios, pero quiso el destino que aquel equipo, el mejor Pumas de la historia, me regalara el día más feliz de mi vida como aficionado al futbol. Después del partido contra las Águilas, tranquilamente podría haberme retirado como fanático del Club Universidad Nacional. Pero no lo hice y durante 27 años Pumas me provocó muchos más dolores de cabeza que alegrías, aunque eso sí, me dio muchas satisfacciones laborales.

Tras una sequía de 10 años, el 22 de junio de 1991 Pumas ganó el tercer campeonato de su historia al empatar en la Final con el América, equipo que lo había derrotado en las finales de 1984-85 y 1987-88. Los dos goles que Universidad marcó en el Estadio Azteca fueron determinantes para que, con un 3-3 global, el trofeo se quedará en las vitrinas del cuadro del Pedregal por el criterio de desempate que estaba en el reglamento aquella temporada: el gol de visitante “contaba doble”.

Durante esa década Pumas fue un gran protagonista del futbol mexicano y disputó inolvidables liguillas, como la de la temporada 1987-88, cuando cayó en la Final 4-2 ante las Águilas con un plantel integrado exclusivamente por jugadores de su cantera o la de la temporada 1989-90, cuando otra errática actuación del portero Adolfo Ríos, el villano en el Azteca dos años antes, lo dejó fuera de la disputa por el campeonato al caer en una semifinal infartante ante el Puebla.

Considerado como uno de los “cuatro grandes” del balompié azteca por su número de aficionados, Pumas se convirtió en los 80 en el semillero de futbol nacional, ya que prácticamente todos los equipos de la liga contaban en sus filas con un jugador surgido de la cantera auriazul. De los 21 jugadores que conformaban la plantilla en la temporada 1990-91, sólo había dos que no eran de extracción universitaria: el chileno Juan Carlos Vera y el brasileño Ricardo Ferretti, que aquel año se iba a incorporar como auxiliar técnico de Miguel Mejía Barón y finalmente fue registrado como jugador. El inolvidable gol de tiro libre del Tuca le dio el título a Universidad.

Esa temporada el equipo del Pedregal terminó como líder general, fue campeón de goleo por equipos y en sus filas tuvo al máximo romperredes del campeonato, Luis García.

El Pumas campeón de 1990-91 se convirtió en la columna vertebral de la Selección Mexicana en la Copa América de Ecuador 1993 y los Mundiales de Estados Unidos 94 y Francia 98, en los que destacaron el portero Jorge Campos, el defensa Claudio Suárez, el mediocampista Alberto García Aspe y el delantero Luis García. Cuatro jugadores de ese equipo ya fueron técnicos de Pumas: Antonio Torres Servín, David Patiño, Miguel España y Ferretti, el único campeón como DT.

Los medios de comunicación también le abrieron la puerta a aquellos Pumas campeones: Luis García y Jorge Campos son comentaristas de TV Azteca; España y García Aspe lo han hecho con Televisa; Claudio Suárez está en Fox Sports (EEUU) y José Antonio Noriega fue analista de ESPN. En la actualidad, Noriega es director deportivo del Club Monterrey y Jorge Santillana es presidente deportivo del Atlante. Pero esa historia la contaremos el investigador Juan José Sánchez Bracamontes y yo en un libro que verá la luz el próximo año.

Otro 22 de junio, cinco años antes, muy cerca de Ciudad Universitaria, dos inolvidables goles de Diego Armando Maradona contra Inglaterra, en el Coloso de Santa Úrsula, le dieron a Argentina el pase a la semifinal contra Bélgica, en un partido que no vi, porque mi papá nos obligó a mis hermanos y a mí a ir a misa. En aquel momento la victoria argentina me resultó irrelevante, pues un día antes Alemania había dejado fuera de la Copa del Mundo a México y Francia al Brasil de Telé Santana, equipo que me había enamorado en el Mundial de1982. Además, en octavos de final, España había aplastado 5-1 al equipo que se había ganado mis simpatías aquel torneo: Dinamarca.

Bienestar para todos

Durante los casi seis años que lleva su administración, el presidente Andrés Manuel López Obrador se cansó de repetir que dejaría un sistema de salud pública más eficiente que el de Dinamarca, situación que estuvo lejos de cumplirse y dio pie a innumerables burlas y memes en las redes sociales. Pero en la recta final del sexenio, la implementación del programa IMSS-Bienestar es un gran apoyo para personas como yo o profesionistas que trabajan por su cuenta, como muchos de mis colegas periodistas, que no tenemos acceso a otras instituciones de seguridad social.

Dudo mucho que después de su retiro, Michael Laudrup y Preben Elkjær no tengan cobertura médica, pero si tú y tu familia no quieren quedar desprotegidos, consulta aquí cómo se pueden registrar a IMSS-Bienestar.

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