Cuando hay un trío musical en las cantinas, bohemias y borracheras casi siempre hay un enamorado que se atreve a pedir “Nuestro juramento”, o en su dado caso, un despechado que canta a todo pulmón “Ódiame”. Desde los años 50, el bolero se convirtió en parte del ADN de los mexicanos y Julio Jaramillo fue, en parte, responsable de eso.
Para mediados del siglo XX, la radio era un medio de comunicación con gran penetración en los hogares mexicanos, tanto para la información como para la vida lúdica. Esto colaboró al gran éxito que tuvo Julio Jaramillo en el país y en muchos países de Sudamérica, forjándose así como la voz de muchos enamorados y despechados.
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El origen de Julio Jaramillo
Julio nació el 1 de octubre de 1935 en Guayaquil, Ecuador en una familia humilde. De joven, su oficio fue zapatero hasta que se aventuró a incursionar en el mundo musical gracias a su voz. Tras la salida de su país, tuvo gran aceptación en otros como México, donde dejo grandes éxitos como “Rondando tu esquina”, “Fatalidad”, “Te odio y te quiero”, entre otros.
Tal fue su aceptación que en los años 70 se entrenó un disco de nombre “Julio Jaramillo en México”, en el cual cantaba canciones mexas como “Volver, volver”, “Idos de la mente”, “Me caí de la nube”, entre otras.
A 90 años de su nacimiento, Jaramillo sigue siendo una referencia indispensable para el amor y desamor en México, le dio tanto sentimiento a las serenatas que a gran pulso de ganó el apodo del Ruiseñor de América.
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Lo adoptaron mexicano
Pocos saben que era ecuatoriano, ya que algunos dan por hecho como si hubiera nacido en tierras mexas, posiblemente por el gran arraigo que hay del bolero en México. Lo cual da muestra del gran cariño que se le tuvo y se le tiene a este cantante.
En lo personal, recomiendo un álbum fabuloso que fue grabado en Lima, Perú y relata una gran bohemia (por no decir borrachera). “Desde la cantina” es un disco que el Ruiseñor cantó con Daniel Santos e interpretaron 6 piezas musicales, de la cuales el primer popurrí de 15 minutos es una joya, sobre todo cuando Jaramillo canta “Poquita fe”.
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Julio murió muy joven a los 43 años de edad después de una vida de excesos y éxitos en la música. En su país se le despidió como un grande y en México aún se le recuerda en los radios de los adultos mayores, así como en los corazones de varios jóvenes, tanto para los que lo tienen enamorado, roto o simplemente su música les recuerda a alguien.