Cómo los países de bajos ingresos apresuran su acceso a las vacunas Covid
El conductor de una van que lleva vacunas contra el Covid-19 del Serum Institute de la India llega a Amritsar. Foto: Raminder Pal Singh/EPA

Se han visto escenas triunfantes, cuando los camiones salen de una planta de vacunas en Pune, India, cargados con cajas que evitarán miles de muertes. Adar Poonawalla, el dueño y director ejecutivo del Serum Institute de la India, posa en el portón trasero de un camión, aprovechando al máximo el momento “orgulloso e histórico” de su compañía como el salvador potencial de la nación, e incluso de una gran parte del mundo.

La fábrica de Poonawalla, el complejo de fabricación de vacunas más grande del mundo, es la mejor esperanza de inmunización para  personas en África y países de bajos ingresos en otros lugares, pues podría salvarlos de los estragos de la pandemia del coronavirus. El Serum Institute tiene contratos para suministrar a Covax, la iniciativa respaldada por la ONU que subsidia a los países de bajos ingresos, con 200 millones de dosis de vacunas Covid-19 con una opción de 900 millones más.

Por un momento cardiaco la semana pasada, pareció que el nacionalismo de las vacunas en India podría cerrar la puerta. El 4 de enero, justo después de que el Serum Institute obtuviera la aprobación del regulador indio para la vacuna, hecha bajo licencia de AstraZeneca, se informó que Poonawalla puso una condición: que, por el momento, solo la India podía tener la vacuna.

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Al día siguiente, aclaró la “confusión al público” en Twitter, diciendo que “las exportaciones de vacunas están permitidas a todos los países”.

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Vacunas de Pfizer/BioNTech llegan a México. Foto: Secretaría de Salud.

Pero los camiones se dirigen a la India por ahora y el episodio subraya la tensión a medida que todos los países con dinero en efectivo se adentran en la lucha por las vacunas, lo que pone a los fabricantes bajo una presión sin precedentes para que las entreguen.

Mientras las opulentas Europa y América del Norte se apresuran a distribuir las vacunas Covid que han comprado previamente, en medio de acusaciones de que los programas de inmunización son demasiado lentos y personas equivocadas las están recibiendo, no ha habido una sola aplicación en muchos países de otros lugares.

Se han aprobado tres vacunas en Occidente. Pfizer/BioNTech y Moderna son costosos y necesitan almacenamiento a largo plazo a -70 °C. Pfizer ofreció vender la vacuna a Sudáfrica a un precio de descuento del 50% de 10 dólares por inyección, pero le dijeron que el costo seguía siendo prohibitivo.

Pero la vacuna de Oxford/AstraZeneca es estable a temperaturas del refrigerador de 2-8 °C y AstraZeneca dijo que no sacará ganancias mientras dure la pandemia. Su objetivo es proporcionar 3,000 millones de dosis este año, producidas en fábricas de todo el mundo bajo licencia. Es el pilar de la iniciativa Covax, que ahora ha comprado un total de 1.97 mil millones de dosis de cuatro vacunas diferentes para distribuir cuando estén disponibles. La vacuna AstraZeneca representa la mayor parte.

El Serum Institute ha prometido hacer 100 millones de dosis de Covax de la vacuna AstraZeneca y 100 millones más de la de Novavax, si se aprueba. Covax tiene la opción de administrar 900 millones de dosis adicionales de una u otra de esas vacunas.

Las entregas podrían comenzar en febrero, dijo un portavoz de Gavi, la alianza de vacunas que es socia de Covax.

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“Anticipamos poder proporcionar vacunas a cada economía participante el primer tramo (en medida suficiente para proteger aproximadamente al 3% de la población) hacia la primera mitad de 2021. Este proceso podría comenzar en febrero, en espera de resultados regulatorios favorables y la de cómo se van preparando los sistemas de salud y regulatorios en las economías participantes.

“En términos de qué vacunas se implementarán en qué países, así como los plazos, esperamos poder compartir más sobre eso muy pronto”, dijo el vocero.

Siete países han otorgado autorización de emergencia a la vacuna Oxford/AstraZeneca o la versión del Serum Institute: Reino Unido, India, Argentina, República Dominicana, El Salvador, México y Marruecos. La Fundación Carlos Slim en México tiene licencia de AstraZeneca para suministrar 150 millones de dosis a América Latina. Estos países podrían recibir la vacuna de inmediato.

Pero otros países sin un organismo regulador estarán esperando a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dé luz verde, pero se dice que necesita datos del Serum Institute. En lo que sonó como un gesto positivo, el director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo el 11 de enero que esperaba “que el Serum Institute de la India presente conjuntos de datos completos para una evaluación rápida para que la OMS pueda determinar si podemos recomendar la vacuna de AstraZeneca para uso internacional”.

La vacuna AstraZeneca también será fabricada por SKbioscience en Corea, BioKangtai en China, Siam BioScience y el conglomerado local SCG en Tailandia, y CSL Behring en Australia. El Instituto Fiocruz en Brasil ha firmado un acuerdo por 100 millones de dosis de la vacuna del Serum Institute, que se colocará en ampolletas en un proceso conocido como “llenar y terminar”.

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En un intento por adelantarse en la fila, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, escribió al primer ministro indio, Narendra Modi, el 9 de enero: “Para permitir la implementación inmediata de nuestro programa nacional de inmunización, agradecería… el suministro a Brasil, con la posible urgencia y sin poner en peligro el programa de vacunación de la India, de 2 millones de dosis”.

Brasil también está comprando 10 millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik, pero es tarde entrar a esa fiesta. A fines del año pasado, Argentina recibió 300,000 dosis y ha estado inmunizando a los trabajadores de la salud. Los rusos afirman que tiene un 92% de efectividad, pero los datos no se han publicado.

Algunos países de ingresos medios han iniciado programas de vacunación utilizando la vacuna de Pfizer/BioNTech. México recibió 3,000 dosis en diciembre. Chile y Costa Rica también han comenzado a usar la vacuna. Los funcionarios mexicanos han ido a hablar con sus homólogos en Argentina sobre la compra de Sputnik.

También inició el uso de vacunas chinas. Tanto Bahrein como los Emiratos Árabes Unidos aprobaron de emergencia la vacuna fabricada por Sinopharm en diciembre que, según los fabricantes es 86% eficaz, aunque, como con la vacuna rusa, no se han hecho públicos los datos completos. Turquía ha comprado la vacuna china y Marruecos, Egipto y Nigeria sostienen conversaciones para obtenerla.

Hay otras vacunas prometedoras en camino. Novavax tiene como objetivo producir 2,000 millones de dosis para uso mundial, pero aún no ha finalizado sus pruebas. Covax tiene una opción de 500 millones de dosis de la vacuna Janssen, que tiene la ventaja de ser de una sola inyección, pero, aunque los resultados de los ensayos de fase 3 se esperan en unas semanas, se dice que hay retrasos en la fabricación. Con todo, podría ser un jugador importante.

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“Johnson & Johnson tiene como objetivo proporcionar acceso global a la vacuna candidata Covid-19 de Janssen si se demuestra que es segura y eficaz. Nos hemos comprometido a producir mil millones de dosis al año a partir de 2021 y hemos acelerado la ampliación de la fabricación para alcanzar este objetivo”, dijo un portavoz. “Estamos aprovechando una base de suministro global para nuestra vacuna candidata, incluidas las instalaciones en los Estados Unidos, Europa, Asia y África”.

David Salisbury, miembro asociado del programa de salud global de Chatham House y director de inmunización en el Departamento de Salud hasta 2013, dijo que incluso si aumentara la cantidad de vacuna distribuida en todo el mundo, no todos los países podrían ejecutar programas de vacunación para todos los que lo necesitan.

“Existe una gran brecha entre el deseo de tener una vacuna y las declaraciones políticas de que su país tendrá la vacuna, y tener contratos vigentes, ya sea usted mismo o en su nombre y la capacidad de pagar por ello, y mucho más, la capacidad de implementarla,” dijo.

La vacunación contra Covid-19 no es como ejecutar programas de vacunación infantil, sino un esfuerzo más parecido al de inmunizar contra la gripe estacional. La mayoría de los países de bajos ingresos no tienen suficientes clínicas o bases de datos que les indiquen cómo acceder a las personas en riesgo.

Los países que reciben suficiente vacuna para el 20% de la población, que es lo que Covax espera proporcionar con el tiempo, no podrán detener la transmisión. Estarán en un “ciclo interminable”, dijo Salisbury: vacunando a los trabajadores de la salud y a los que están en mayor riesgo de morir, con más personas envejeciendo y pasando a los grupos de riesgo todo el tiempo.

El coronavirus no va a desaparecer, especialmente en los países de bajos ingresos. Se podría argumentar que las vacunas son solo una solución temporal.

“Predecir el futuro de las campañas de vacunas en todas partes del mundo es algo en lo que muchos de nosotros ya estamos pensando. ¿Se institucionalizará esto como un programa anual de vacunación para los países industrializados? A menos que este virus desaparezca, creo que la respuesta es sí”, dijo Salisbury. “Pero, ¿cuál será el apetito en los países de bajos ingresos por recursos que ya están bajo una gran presión para ser utilizados para la prevención del coronavirus?

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