La resistencia al Covid-19: terminó la pandemia, pero el miedo y el virus continúan

Juan Galarza, hombre de 67 años dedicado a vender flores, dice que es incontable la cantidad de personas que murieron durante la pandemia de Covid-19 en el Mercado de Jamaica de la Ciudad de México. Con su memoria y sus manos trata de sacar cuentas. Todavía con dudas, lanza un número que quizá no se acerque a la realidad.

“Compañeros míos de aquí del mercado, yo creo como unos 60 o 70 murieron. Más o menos a la ligera fue esa cantidad”, dice Juan, protegido con un cubrebocas color negro que se ha convertido como en una parte más de su cuerpo. Sus ojos se cristalizan y la voz se le entrecorta cuando recuerda que no solo fallecieron amigos a causa del coronavirus, también murieron algunos familiares.

“Allá en Monterrey, de donde soy, como seis familiares murieron. Algunos eran doctores, otras enfermeras y se murieron de eso”, recuerda Juan entre lágrimas, pues no pudo despedirse de sus familiares por el temor de viajar a su ciudad natal y contagiarse.

Este mismo temor lo ha llevado a conservar su cubrebocas, a pesar de que el pasado 9 de mayo las autoridades dieron por terminada la emergencia sanitaria. “Yo me siento obligado a usar cubrebocas, tengo que protegerme a mí mismo porque dicen que a los de la tercera edad ataca más el virus”, comenta Juan.

Rodeado por girasoles, montecasinos, claveles y otros tipos de flores, Juan ve pasar a la gente que cada día visita el Mercado de Jamaica. El comerciante critica que desde mediados del 2022 la mayor parte de las personas que entran a este lugar dejaron de utilizar el cubrebocas. Él no se lo quita y, cada que puede, da esa recomendación a sus hijos y a sus amigos.

“Esta es una responsabilidad que debemos tener todos. Si no la tenemos, el virus no se va a extinguir porque va a seguir de persona en persona”, insiste. Por más incómodo que sea, Juan ha decidido seguir usando el cubrebocas en su trabajo hasta que las autoridades garanticen que ya no hay más contagios de Covid-19.

La resistencia al Covid-19: terminó la pandemia, pero el miedo y el virus continúan - pandemia-covid-Juan-Galarza-vendedor-de-flores-1280-1
Juan Galarza, vendedor de flores en el Mercado de Jamaica, aún se protege del Covid-19 con cubrebocas. Foto: Alexis Ortiz / La Lista

Los contagios de Covid-19 después de la emergencia de la pandemia

Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades mexicanas han decretado el fin de la emergencia sanitaria, los contagios de Covid-19 continúan. Los datos de la Secretaría de Salud muestran que todavía en la semana del 3 de mayo al 9 de mayo de este 2023 se registraron 8 mil 220 casos nuevos, mientras que en el mismo periodo del 2022 se registraron 5 mil 548.

El saldo total de la pandemia de Covid-19 en México es de 7 millones 595 mil contagios y 333 mil 961 defunciones en los tres años que duró la emergencia sanitaria, según las cifras de la Secretaría de Salud. Pero el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) calculó un exceso de defunciones de 704 mil 358 tan solo en los dos primeros años de la pandemia -las cifras provisionales de 2022 se darán a conocer en julio de este año-. Además, en esos dos años, la principal causa de muerte fue Covid-19.

En términos de contagios, la Organización Panamericana de la Salud (PAHO) coloca a México como el cuarto país con más casos de Covid-19 dentro del continente americano y el Caribe. Nuestro país solo está por detrás de Estados Unidos, que confirmó 103 millones de contagios; Brasil, con 37 millones; y Argentina con 10 millones.

En número de muertes la PAHO ubica a México como el tercer país con más muertes en la región. Por delante están Estados Unidos con un millón 127 mil defunciones por esta enfermedad y Brasil con 702 mil 116.

La Organización Mundial de la Salud calculó en 2022 que el número real de muertes habría sido tres veces a la cifra oficial registrada en los dos primeros años de la pandemia.

Por estas estadísticas es que Juan ha adoptado el uso del cubrebocas casi de forma permanente. Asegura que lo seguirá haciendo hasta que las autoridades dejen de reportar casos diarios de Covid-19. Tampoco se descuida en el transporte público, donde cada vez menos personas siguen las medidas sanitarias.

“Yo espero que la gente haga cargo de conciencia, que siquiera usen el cubrebocas para proteger a la demás gente porque hay riesgos todavía”, pide Juan.

La pandemia exhibió las deficiencias del sistema de salud mexicano

Especialistas en temas de salud consultados por La-Lista cuestionan que la pandemia de Covid-19 se agravó en México por el deficiente sistema de salud y las malas decisiones que se tomaron. Los hospitales quedaron saturados, no había suficientes camas ni médicos para atender a los enfermos. Se tuvieron que comprar ventiladores y otros insumos de emergencia, se negó la gravedad del tema y no se fomentó el uso de cubrebocas desde un inicio.

“México no tuvo buenas cuentas, es uno de los países que pagó una factura más alta en la pandemia tanto en enfermedad y muertes en relación con su población total. Esto pasó porque no teníamos preparación, no había un buen sistema de salud”, dice Alejandro Macías, encargado de atender en México la pandemia de la influenza H1N1 en 2009.

El descuido de este sector se puede ver en el presupuesto de la Secretaría de Salud (Ssa), la institución que dicta las políticas sanitarias a nivel nacional. Entre el 2013 y el 2020 el presupuesto de esta dependencia osciló entre los 121 mil millones y los 134 mil millones de pesos al año. Después de la emergencia sanitaria, ya en este 2023, esta institución recibió un aumento a 209 mil 619 millones de pesos.

Las deficiencias de este sector también se vieron reflejadas en irregularidades que se registraron en el manejo de los recursos durante la pandemia. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó que solo en 2021, el peor año de la emergencia sanitaria, las autoridades del sector salud pudieron provocar un daño al erario de 3 mil 78 millones de pesos.

Las irregularidades encontradas por la ASF tienen que ver con gastos de funcionarios para servicios personales, transferencias de recursos públicos a cuentas bancarias no identificadas, falta de documentación para comprobar el gasto, recursos económicos no ejercidos y no entregados a la Tesorería de la Federación y pagos a personas que no tenían un contrato o que no cumplían con el perfil para hacer un trabajo.

Las fallas del sistema de salud impidieron brindar atención a todas las personas contagiadas de Covid-19. Por este motivo Alejandro Macías estima que la cantidad de casos y de muertes podría ser mayor a la reportada por las autoridades.

“Ese es un problema mundial, no solo de México, puesto que mucha gente que muere en la pandemia no dice el certificado de defunción que falleció por la enfermedad” señala. “También están los casos, por ejemplo, de gente que tuvo un infarto y no se le atendió en un hospital porque estaba saturado, eso también es consecuencia de la pandemia. Todo el número de decesos lo vamos a saber en los años venideros”.

Xavier Tello, médico cirujano y analista en políticas de salud, sentencia que el resultado es negativo y que no hay manera de que se diga que hubo un buen manejo de la pandemia con la cifra de defunciones que se registró.

El especialista señala que la pandemia representó un problema operativo y económico. En el primer aspecto, quien debió haber manejado la pandemia fue el Consejo de Salubridad General, pero en lugar de ello, se nombró como vocero del gobierno federal para el tema, al subsecretario de Salud, Hugo López Gatell.

Se convirtió en un “administrador de los intereses del gobierno“, advierte Tello. “Lo primero que hizo fue tratar de disminuir el impacto directo económico haciendo menos pruebas”, debido al costo que tenían al inicio de la pandemia. Y ese, fue el primer gran problema.

Tello advierte que muchas de las personas que murieron afuera de los hospitales, fue sin un diagnóstico, por lo que los certificados de defunción no reflejaban las verdaderas causas del deceso.

Otro gran error que él observa fue “la necedad” de no usar cubrebocas porque el presidente Andrés Manuel López Obrador no quería usarlo. “Hugo López Gatell dijo que el cubrebocas no beneficiaba nada y fue error tras error, tras error.”

“¿Por qué no somos de los países que menos muertes tuvieron y sí de las cuatro vergüenzas mundiales que más muertes tuvieron? Eso no es un buen manejo de la pandemia. No encuentro cómo pueden defenderlo”, sentencia el experto en políticas de salud.

Mauricio Rodríguez, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus de la UNAM, se une a las críticas del sistema de salud.

“Necesitamos fortalecer a nuestro personal de salud, fortalecer a nuestro sistema de salud, teníamos un sistema de salud históricamente deteriorado, insuficiente y eso no hizo más que agravar la situación por el Covid-19”, menciona.

Si bien el gobierno federal ha decretado el fin de la emergencia sanitaria, el experto de la UNAM advierte que la población no debe bajar la guardia.

“Se termina la emergencia, pero no la amenaza”, indica Rodríguez. “Va a seguir habiendo contagios de Covid-19, defunciones y hospitalizaciones. Eso no se va a acabar pronto, lo que sí podemos hacer es que esto sea en números bajos”.

El experto de la UNAM indica que en este contexto será necesario que las personas más propensas a sufrir complicaciones por el virus —adultos mayores, personas con diabetes y con enfermedades cardiacas—  mantengan las medidas sanitarias. Esto también lo tendrían que hacer quienes se encuentren en espacios cerrados y donde haya una gran concentración de gente.

“Determinar el fin de la emergencia no quiere decir que ahora todo el mundo se tiene que quitar el cubrebocas”, menciona Rodríguez. “Más bien lo que quiere decir es que vamos a enfocar las medidas de prevención en las situaciones o en los lugares donde haya mayor riesgo de contagio y en las personas que puedan tener más complicaciones”.

La resistencia al Covid-19: terminó la pandemia, pero el miedo y el virus continúan - pandemia-mexico-2

‘No hay que bajar la guardia’, dicen ciudadanos ante el Covid-19

La resistencia al Covid-19: terminó la pandemia, pero el miedo y el virus continúan - covid-pandemia-Maria-Guadalupe-Franco-dentista-1280-1
María Guadalupe, dentista, considera que los prestadores de servicios de salud son quienes más riesgo enfrentan. Foto: Alexis Ortiz / La Lista

Atrás han quedado las escenas en las que miles de personas portaban cubrebocas y desinfectaban sus manos con alcohol en gel mientras caminaban por las calles o cuando utilizaban el transporte público, la mayoría de la población ha dejado de tomar estas medidas. Quienes lo siguen haciendo están interesados en estar más seguros en su espacio de trabajo, tienen algún padecimiento que los pone en riesgo o porque sufrieron la pérdida de familiares y amigos.

María Guadalupe Franco es dentista y trabaja en la alcaldía Iztapalapa. De la pandemia heredó algunos hábitos que aún mantiene para que su área de trabajo sea más segura. Por ejemplo, ahora utiliza gorro y careta en la mayoría de sus intervenciones, desinfecta todo su consultorio antes de que entre un nuevo paciente y, de preferencia, solo permite la entrada de una persona a la vez, ya no recibe a nadie sin que ella tenga puesto un cubrebocas y trata de ventilar su espacio.

La dentista admite que durante la universidad sus profesores le pedían utilizar una careta para mayor protección, pero por comodidad ella dejó de utilizarla. También realizaba labores de limpieza en su consultorio, pero señala que antes de la pandemia estas medidas sanitarias las llevaba a cabo “más por encimita”.

“Antes solo usaba lentes y cubrebocas. Después, cuando empecé a usar la careta y veía cómo quedaba toda salpicada, me di cuenta de que ayuda un buen. Ahora, si no uso la careta, siento que algo me falta y me siento desprotegida”, dice la dentista de 32 años.

Aunque ella no atendió a pacientes con Covid-19 en hospitales, por su profesión quedó expuesta a algún contagio. “Creo que somos la profesión en la que más riesgo tenemos, hasta más que los médicos porque sus pacientes pueden no quitarse el cubrebocas para nada, ellos no usan agua, no usan aire y por eso no les salpica (saliva)”.

La dentista nunca dejó de trabajar. Si algo bueno le dejó la pandemia, comenta, es que le llegaron más clientes por todos sus colegas que sí decidieron cerrar. La joven se compró un traje impermeable que la cubría desde la cabeza hasta los pies y siguió atendiendo a la gente. Solo una vez tuvo síntomas de Covid-19, pero la enfermedad no se agravó y tampoco tuvo pérdidas en su familia.

Sobre las medidas sanitarias que ahora toma, María Guadalupe indica que estas “ya son como un hábito”. Si bien considera que la población ya no debe vivir con miedo al Covid-19, sí recomienda a sus colegas seguir con las acciones de prevención para protegerse del coronavirus.

“Debemos mantenernos, no bajar la guardia, mantener toda la higiene y la limpieza que ya tenemos porque siento que sí somos la profesión con más riesgo”, señala.

La resistencia al Covid-19: terminó la pandemia, pero el miedo y el virus continúan - pandemia-David-Cortes-1280x720
David Cortés trabaja en un centro de salud y mantiene las medidas sanitarias aunque haya terminado la pandemia. Foto: Alexis Ortiz / La-Lista

También en la alcaldía Iztapalapa se encuentra David Cortés, cirujano dentista de profesión y empleado administrativo de una unidad de salud en la Ciudad de México. Él vivió de cerca la pandemia de Covid-19 porque a su trabajo llegaban cientos de personas para hacerse una prueba de contagio.

“Eran días muy complicados cuando ya eran demasiados los que llegaban a buscar una prueba, había veces que teníamos filas de 100 o 150 personas”, recuerda David de los primeros años de la emergencia sanitaria.

Él se contagió de coronavirus en tres ocasiones, pero nunca tuvo complicaciones y prefirió dejar de ver a su familia durante nueve meses para evitar afectarlos. 

De esta etapa, el profesionista de 40 años también adoptó medidas sanitarias que hasta el día de hoy mantiene, como lavarse las manos cada vez que tienen contacto con un paciente, se coloca gel antibacterial cuando entra a la unidad de salud, prefiere ya no saludar de beso y se cubre con el codo cada vez que estornuda.

Dentro del espacio en el que trabaja, que es administrado por la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, él y sus compañeros también procuran siempre tener el cubrebocas puesto.

Aunque el gobierno federal ya anunció el fin de la emergencia sanitaria, David dice que esto no se debe confundir con que la población debe abandonar las medidas sanitarias. El profesionista considera que estas se deben mantener. 

“Yo creo que la mayoría de la población, al escuchar que se terminó la emergencia sanitaria, lo toma como si ya no existiera el Covid-19. A lo que se refiere el gobierno es que ya no habrá una vigilancia tan puntual de la enfermedad, pero todas las recomendaciones sanitarias se deben seguir llevando a cabo”, indica.

La resistencia al Covid-19: terminó la pandemia, pero el miedo y el virus continúan - pandemia-mexico-3-1280x899
La resistencia al Covid-19: terminó la pandemia, pero el miedo y el virus continúan - pandemia-mexico-4-1280x899

¿Qué sigue después de la emergencia sanitaria?

Los especialistas consultados por La-Lista comentan las lecciones aprendidas durante la emergencia sanitaria y varios riesgos. Además de mejorar el sistema de salud, los expertos consideran que México debe tener un mayor desarrollo tecnológico y tomar en cuenta a la población con Covid largo.

“El Covid-19 nos enseñó la necesidad de estar mejor preparados para las pandemias porque no lo estamos”, advierte Alejandro Macías, médico infectólogo. “No tenemos terapias intensivas, no tenemos suficientes elementos de diagnóstico, se nos acaban los medicamentos a medio camino, no hay buena coordinación con los productores de oxígeno y este se termina”.

Macías también insiste en la necesidad de que México tenga la capacidad de producir sus propias vacunas para futuras pandemias.

“Algo muy importante es que cuando llegue una nueva pandemia, que probablemente será de coronavirus o de influenza, México tenga la capacidad de producir masivamente vacunas para que cuando entren los primeros ataques de la enfermedad ya tengamos una buena proporción de la gente vacunada”, indica.

Aunque el gobierno no ha hecho públicos datos actualizados sobre cuánta gente ha sido vacunada, la Organización Mundial de la Salud indica que en nuestro país solo 81 millones de personas han sido totalmente vacunadas, es decir, una tercera parte de la población aún no está protegida contra el Covid-19.

En el continente americano, México está por detrás de Estados Unidos, Chile, Argentina, Brasil y Perú, países que tienen una mejor cobertura de vacunación completa.

Xavier Tello señala que el gobierno quiso vender la idea de que en México “los pacientes se estaban muriendo por su culpa, morían por ser gordos, morían por tener factores de riesgo. Cosa que no es cierto. Quedó demostrado que, independientemente del peso o la obesidad, los pacientes murieron por no tener acceso a salas de terapia intensiva profesionales”.

Advierte que una cama con un ventilador, no es una sala de terapia intensiva, como quisieron hacer creer las autoridades. Con respecto a las vacunas, el experto señala que México fue de los primeros países en tener acceso a las vacunas, pero esto fue gracias a la Cancillería encabezada por Marcelo Ebrard porque hubo funcionarios de Salud que se negaron a comprar las vacunas.

El futuro para México es que solo tendremos acceso a las vacunas Abdalá, creadas en Cuba, y si se logra desarrollar, a la vacuna Patria, prevé Tello.

Mauricio Rodríguez, también académico de la Facultad de Medicina de la UNAM, coincide en la necesidad de que México pueda tener un mejor desarrollo biotecnológico para producir vacunas y otros insumos. 

“Necesitamos tener un desarrollo nacional de biotecnología para poder tener pruebas de diagnóstico, equipo de protección personal, insumos críticos, medicamentos, vacunas. Necesitamos que haya un cambio drástico en la política de la ciencia y la tecnología en este país”, advierte.