Israel retiró sus fuerzas de la ciudad palestina de Yenín después de llevar a cabo una de sus mayores operaciones militares en la Cisjordania ocupada en años.

Los medios de comunicación locales citaron al vocero militar israelí Daniel Hagari que indicó que todas las tropas habían salido de Yenín y que había concluido la operación. Testigos presentes en Yenín informaron que habían visto convoyes de vehículos militares israelíes saliendo de la ciudad al anochecer.

Mientras las tropas se marchaban, militantes palestinos de la Franja de Gaza dispararon cinco cohetes contra Israel en la madrugada del miércoles. Los cohetes fueron interceptados sin que se informara de forma inmediata sobre víctimas. Israel indicó que, en respuesta, sus jets atacaron una instalación subterránea de fabricación de armas ubicada en Gaza.

Al amanecer, los residentes conmocionados del campamento de refugiados de Yenín empezaron la larga y ardua labor de limpiar y reparar sus casas, abriéndose paso entre los escombros y los terraplenes improvisados de tierra.

Las excavadoras intentaban retirar los automóviles calcinados y las plataformas hidráulicas subían a los técnicos a las torres de alta tensión para intentar restablecer la red eléctrica.

Con mangueras apagaron los últimos restos humeantes de llantas y contenedores incendiados.

Hombres enmascarados que portaban M-16 y banderas de distintas facciones llevaban un cadáver en una camilla mientras los combatientes comenzaban a reunirse para los funerales vespertinos. Se podían escuchar cánticos como: “Qué afortunada es la madre del mártir, ojalá fuera mi madre y no tú”, y: “Quédate tranquilo mártir, continuaremos tu lucha”.

Doce palestinos, al menos cinco de ellos combatientes, fueron asesinados en la operación de Yenín, cuyo objetivo, según indicó el ejército israelí, era destruir la infraestructura y las armas de los militantes que se hallaban en el campamento de refugiados de Yenín. Cuando el ejército inició la retirada, anunció que un soldado israelí murió por fuego real en Yenín.

Decenas de personas, entre ellas civiles, resultaron heridas en el transcurso de la incursión, según indicaron los médicos.

El martes, la ministra palestina de Salud, Mai al-Kaila, acusó al ejército de disparar contra palestinos que se encontraban en un patio del hospital público de Yenín.

“La agresión de Israel alcanzó su punto máximo esta tarde, cuando dispararon directamente contra ciudadanos que se encontraban en el patio del hospital de Yenín, hiriendo a tres, dos de ellos de gravedad”, dijo la ministra a los periodistas, añadiendo que las fuerzas militares también irrumpieron en el hospital Ibn Sina.

El ejército israelí indicó que había reportes en las redes sociales acerca del tiroteo por parte de soldados contra un hospital. “Las fuerzas de seguridad actualmente no tienen conocimiento de estos reportes”, señaló, añadiendo que “las organizaciones terroristas han explotado las zonas civiles como escondite”.

La organización benéfica Médicos Sin Fronteras también condenó a las fuerzas israelíes por disparar gas lacrimógeno dentro del hospital Khalil Suleiman en Yenín, calificándolo como “inaceptable”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Palestina calificó la escalada como “guerra abierta contra el pueblo de Yenín”.

Durante una visita a una base del ejército cerca de Yenín, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió “erradicar el terrorismo”.

“En este momento estamos finalizando la misión, y puedo decir que nuestra extensa actividad en Yenín no es una operación que se realice una sola vez”, señaló.

Después de que se retiraran las tropas, los residentes que desalojaron el campamento durante los combates empezaron a regresar a sus calles. La Media Luna Roja palestina informó que había evacuado a 500 familias del campamento, es decir, alrededor de 3 mil personas.

El suministro de electricidad y agua todavía no estaba disponible en el campamento y en algunas zonas de la ciudad, debido a que las excavadoras que limpiaban las calles en busca de bombas improvisadas cortaron los cables y una tubería principal de agua.

Las fuerzas israelíes se retiran de Yenín tras el lanzamiento de cohetes desde Gaza - vehiculos-militares-israelies-en-yenin
Vehículos militares israelíes en Yenín. Foto: Jaafar Ashtiyeh/AFP/Getty Images

Las fuerzas israelíes descubrieron depósitos subterráneos de explosivos, uno de ellos oculto en un túnel bajo una mezquita, confiscaron mil armas y detuvieron a 30 sospechosos, informó el ejército.

El martes se registró una nueva escalada tras un atropellamiento y un ataque con arma blanca, reivindicados por el grupo militante palestino Hamás, en el centro comercial israelí de Tel Aviv, en el que resultaron heridas ocho personas.

El densamente poblado campamento de refugiados de Yenín, donde viven 14 mil personas en una superficie de menos de medio kilómetro cuadrado, ha sido uno de los focos de la ola de violencia que azota a Cisjordania desde hace más de un año, lo cual ha provocado una creciente alarma internacional.

El jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Türk, comentó que “la matanza, la mutilación y la destrucción de propiedades deben terminar”.

El Consejo de Seguridad de la ONU indicó que se reuniría de forma privada para debatir la situación, a petición de Emiratos Árabes Unidos. Arabia Saudita y Bahréin condenaron la operación.

Estados Unidos señaló que su aliado Israel tenía derecho a “defender a su pueblo contra… los grupos terroristas”, pero pidió que se protegiera a los civiles.

Numerosos negocios de Cisjordania cerraron el martes en respuesta a los llamados a una huelga general en protesta por la operación, que la Autoridad Palestina calificó como un “crimen de guerra”.

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