Caso Ernestina Ascencio: la CNDH pide a la fiscalía de Veracruz reabrir la investigación
Foto: SEDENA

A 14 años de distancia, la justicia aún no llega para Ernestina Ascencio. En un caso plagado de irregularidades, de versiones encontradas o que retrataban realidades distintas sobre lo sucedido a la mujer indígena de 73 años, quien falleció tras una presunta agresión sexual llevada a cabo por militares.

Ante esta situación, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) exhortó públicamente a la Fiscalía General de Veracruz para que reabra la investigación del caso de Ascencio Rosario, presuntamente violada sexualmente por elementos del 63 batallón de infantería en febrero de 2007 y que derivó en su fallecimiento. Además, el organismo le solicitó revisar su propia actuación en este caso ante las denuncias de diversas violaciones a derecho.

“En virtud de las dudas generalizadas en el tratamiento de este caso y, en aras de fortalecer el esclarecimiento de los sucesos del 25 de febrero de 2007, esta comisión nacional exhorta públicamente a la Fiscal General del Estado de Veracruz (…) para que se reabra la investigación con las consecuencias legales que corresponden y se facilitan los procesos de memoria, verdad, justicia y reparación”, señaló a través de un comunicado.

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Asimismo, destacó que la revisión de este caso “constituirá un parteaguas que obliga a hacer revisiones pendientes sobre casos emblemáticos en los que se han violado los derechos humanos por parte del Estado mexicano y, sobre todo, en materia de reparación integral del daño”.

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El caso que puso en la mira al Ejército

En 2007, antes de que arrancara el programa México Seguro, los militares patrullaban diferentes zonas como parte de la estrategia de seguridad y ya existían señalamientos en contra de elementos por abusos contra mujeres y niñas, pero fue hasta febrero de ese año cuando el ataque a Ernestina Ascencio puso en el centro de atención esta situación.

De acuerdo con el relato realizado por el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, la presunta violación tumultuaria contra Ernestina Ascencio ocurrió la noche del 24 de febrero de 2007 en la comunidad de Tetlatzinga, municipio de Soledad Atzompa, en el estado de Veracruz. Al día siguiente, su hija salió a buscarla al percatarse que los borregos que pastoreaba regresaron solos. La encontró aún con vida y fue llevada a un hospital.

La madrugada del 26 de febrero, Ernestina falleció en un hospital del municipio de Mendoza, y de acuerdo con el reporte del personal ginecológico presentaba lesiones correlativas con violación vaginal y anal.

La versión del gobierno de Felipe Calderón fue que Ascencio falleció por una “gastritis crónica”, respaldada por un reporte de la CNDH y en la cual estuvo de acuerdo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se pronunció en este sentido en diciembre del año pasado.

En marzo pasdo, la CNDH dijo que las autoridades gubernamentales (del sexenio calderonista) y el entonces presidente de la comisión, José Luis Soberanes Fernández, se precipitaron al presentar las conclusiones de este caso, aun cuando seguían las investigaciones del expediente de queja y no se habían emitido las conclusiones derivadas de la exhumación del cuerpo de la víctima.

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Calderón y Herrera, señalados de ocultar la verdad

Una investigación del medio Pie de Página, publicada el 25 de febrero de 2020, sostiene que los gobiernos de Felipe Calderón y Fidel Herrera, gobernador de Veracruz de 2004 a 2010, acordaron modificar la versión de los peritos, según el médico legista Juan Pablo Mendizábal.

Mendizábal, quien practicó la necropsia a Ascencio, sostiene que la mujer indígena fue agredida sexualmente y que así lo constató en su informe, elementos que respaldan la versión de los familiares sobre la agresión de militares.

“Ernestina fue agredida sexualmente. Por todos los indicios que se encontraron, por todos los hallazgos físicos, los desgarres, el antígeno prostático encontrado en el recto y la vagina es exclusivo de los hombres. Todas esas cosas en conjunto fueron determinantes para estar completamente seguros de la agresión sexual de la señora Ernestina”, citó el medio.

El médico aseguró que, en un principio, Fidel Herrera les obligaba a defender los dictámenes. Después con el presidente Felipe Calderón y los titulares de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en reuniones en Xalapa y Ciudad de México, acordaron sostener que Ernestina falleció a causa de anemia.

El perito señala que lo obligaban a cambiar las evidencias y el dictamen. Por negarse, dos años antes de jubilarse lo cesaron de su trabajo diciendo que “reprobó los exámenes de confiabilidad”.

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Hora de cumplir con la justicia

“Es la fecha que la justicia plena sigue siendo un reclamo porque hay incumplimiento en la atención a las personas familiares de la señora Ernestina Ascencio, quienes exigen el esclarecimiento de las indagatorias”, apuntó la CNDH en su comunicado divulgado este jueves 15 de abril.

Asimismo, ofreció su colaboración y exhortó para que junto con la Secretaría de Gobernación, a través de su Subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración, se dé paso a un proceso de investigación capaz de generar una conciliación entre el Estado mexicano y las personas en situación de víctimas sin necesidad de recurrir ante instancias supranacionales.

“Es importante advertir que esta revisión constituirá un parteaguas que obliga a hacer revisiones pendientes sobre casos emblemáticos en los que se han violado los derechos humanos por parte del Estado mexicano y sobre todo en materia de reparación integral del daño”.

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