Los homicidios no ceden en Zacatecas, aun con la Guardia Nacional

El jueves 6 de enero, apenas iniciado este año, 14 cuerpos con signos de tortura fueron apilados frente al Palacio de Gobierno de Zacatecas. El 5 de febrero, el Día de la Constitución, diez cadáveres fueron abandonados en una calle de Fresnillo y otros seis estaban dentro de una bodega en Pánfilo Nátera. El 14 de febrero las autoridades estatales confirmaron el asesinato de cuatro jóvenes, quienes estaban desaparecidos desde inicios de esta semana.

Estas son las últimas postales del terror que se vive en Zacatecas, un estado donde la violencia no disminuye a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó un mayor despliegue de la Guardia Nacional desde finales de noviembre del 2021.

El reporte diario de homicidios dolosos que elabora el gobierno federal indica que entre el 1 de enero y el 15 de febrero de este año han sido asesinadas, en promedio, cuatro personas diariamente en Zacatecas. Este promedio de víctimas es similar al que hubo en el mismo periodo del 2021.

En su conferencia matutina del último 7 de enero, el presidente López Obrador presumió que gracias al despliegue de la Guardia Nacional ya se había logrado una reducción en los homicidios dolosos, pero los datos duros de su propio gobierno no acompañan ese optimismo.

En total en el primer mes y medio de este año ya se registraron 195 asesinatos en Zacatecas. Solo el 7 de enero y el 7 de febrero este estado no ha registrado ningún homicidio doloso. De ahí en fuera todos los días se han manchado de sangre, a veces con una sola víctima o incluso hasta 19.

Expertos en seguridad consultados para este trabajo ven con preocupación la situación de violencia en Zacatecas, pero el temor es mayor porque la estrategia de desplegar a la Guardia Nacional parece no dar resultado.

“Lo que pasa en Zacatecas es un tema muy preocupante para el país, en los últimos años este estado ha sufrido un proceso intenso de deterioro en la seguridad pública y la expresión más clara es el aumento de los homicidios”, indica el experto Ricardo Márquez Blas. “Lo más preocupante es el tema de la gobernabilidad porque está en manos de las organizaciones del crimen organizado y va a tomar mucho tiempo y esfuerzo resolver ese problema”.

El año pasado Zacatecas terminó con una tasa 69 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, la más alta en el país y superando a otras entidades que también atraviesan una crisis de violencia como Guanajuato o Jalisco.

La violencia en el estado ha sido atribuida a un conflicto entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa. Asesinatos, desapariciones y desplazamientos internos forzados son el resultado de la disputa que mantienen las dos organizaciones criminales por el control del territorio.

Víctor Hernández, especialista en seguridad nacional de la Universidad Panamericana, considera que la crisis de inseguridad en Zacatecas era un “strike cantado” por el poderío del CJNG y el resurgimiento del Cártel de Sinaloa, una organización criminal que parecía debilitarse tras la detención de su líder, Joaquín Guzmán Loera, conocido como “El Chapo”.

“Era inevitable que hubiera una escalada de violencia de este tamaño porque Zacatecas está a la mitad de la zona de influencia de ambos cárteles”, dice Hernández. “Lo que debió haber ocurrido es que el gobierno federal y el estatal se prepararan para la ola que se avecinaba, pero al final, como en muchos otros momentos de la guerra contra el narco, esto nos agarró de noche”.

Misma estrategia, mismos resultados

La Guardia Nacional es la principal herramienta del presidente López Obrador para acabar con la delincuencia. Este cuerpo de seguridad ya tiene 113 mil 833 activos y 220 cuarteles construidos.

En Zacatecas hay mil 994 elementos de la Guardia Nacional actualmente, de acuerdo con el último informe de esta institución. Estos activos son dirigidos por el general brigadier José Silvestre Urzúa Padilla.

La organización Causa en Común hizo un análisis de los informes de esta dependencia y detectó que desde agosto del 2019 en Zacatecas ha aumentado un 27.98% la presencia de la Guardia Nacional, aunque eso no se ha reflejado en una disminución de los delitos.

Márquez Blas, extitular del Centro Nacional de Información del gobierno federal, consideró que más allá del número de elementos desplegados, lo más importante para contener al crimen es cómo actúan y cómo se organizan.

“Pueden desplegar el doble o el triple de elementos que hay actualmente, pero mientras no incremente la eficiencia operacional las cosas no van a mejorar”, opina el experto. “Quienes integran la Guardia Nacional no están capacitados ni certificados para ser policías, tampoco tienen un despliegue adecuado, están en lugares distintos y alejados de donde se dan los acontecimientos”.

El presidente López Obrador ha seguido la misma ruta que sus dos antecesores —Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018)—, quienes hicieron uso de las Fuerzas Armadas para combatir al crimen organizado sin que diera resultados positivos.

Al contrario, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entre el 2005 y 2020 los homicidios en México tuvieron un incremento del 270% al pasar de 9 mil 921 casos a 36 mil 773.

Pese a los resultados negativos esta estrategia, ésta no cambiará. El titular del Ejecutivo federal ya adelantó que enviará una iniciativa de ley al Congreso para que la Guardia Nacional deje de formar parte de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), una institución civil, y pase al Ejército.

De igual forma la guardia Nacional seguirá reclutando elementos. En su último informe proyectó que el 2022 lo terminará con 126 mil 776 activos, 12 mil más de los que tiene ahora.

Víctor Hernández, quien también es coordinador del Diplomado en Seguridad Nacional de la Universidad Iberoamericana, se sumó al cuestionamiento de la estrategia del despliegue de más elementos y puso de ejemplo el caso de Michoacán, el primer estado donde Felipe Calderón ordenó la llegada del Ejército para luchar contra el narcotráfico y actualmente muchos municipios siguen bajo el asedio del crimen organizado.

“Normalmente estos despliegues calman un par de años la violencia, pero como el Ejército, la Marina y antes la Policía Federal no se quedan en los lugares, sino que actúan en una lógica de ‘bomberazos’, van a donde aumenta la violencia, los criminales se esconden un ratito y luego regresan”, critica el experto.

Desplazamientos, desapariciones, miedo en Zacatecas…

La violencia en el estado de Zacatecas ha traído diversas repercuciones para sus habitantes. Vivir con temor en el lugar que es tu hogar es la primera de todas las consecuencias.

La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Inegi indica que durante el 2021 la ciudad de Fresnillo tuvo la mayor percepción negativa, ya que el 96.8% de sus habitantes mayores de 18 años consideró que es inseguro vivir ahí. Zacatecas capital ocupó la cuarta posición con 89.4% de percepción de inseguridad.

Otra consecuencia evidente y que se puede medir son las desapariciones de personas. Solo en el 2021 en Zacatecas hubo 836 personas desaparecidas y no localizadas, mientras que en el 2020 fueron 338, según datos públicos de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).

Uno de los últimos casos de desaparición que llamó la atención es el de cuatro jóvenes originarios del municipio de Francisco R. Murguía, quienes el 12 de febrero fueron secuestrados al salir de un centro nocturno y dos días después sus restos fueron localizados en una autopista, dentro de la camioneta en la que viajaban.

Al mismo tiempo que las desapariciones y la percepción de inseguridad han crecido en el estado, los desplazamientos internos forzados están a la orden del día.

Hace dos días el periódico Excélsior reportó que por lo menos en los municipios de Jerez, Valparaíso y Fresnillo al menos 2 mil 500 personas han sido desplazadas por el acoso del crimen organizado.

Reporteros de Zacatecas también han informado que en el municipio de Jerez las autoridades se han coordinado con la Guardia Nacional y el Ejército para llevar a sus hogares a las personas desplazadas, con el objetivo de que recojan documentos esenciales para hacer trámites. El último caso fue el de los habitantes de la comunidad de Palmas Altas.

Y mientras todo esto sucede, el presidente López Obrador atribuyó el aumento de la violencia a un acto de “provocación” del crimen organizado y expresó que su gobierno actuará con inteligencia.

“Es un enfrentamiento de grupos, pero también hay mucho de provocación”, señaló el mandatario el pasado 7 de febrero en su conferencia de prensa matutina. “En el caso de Zacatecas se hizo ya un análisis, una revisión, se va a reforzar con más presencia y otras actividades y mucha inteligencia.