Conecta el ‘parasimpático’
Espacio mindfulness

Es escritora –cuatro libros publicados y dos en camino–, periodista, cantautora –más de 160 canciones–, experta en respiración, yoga y meditación. Dirige el Yomu Institute, es mamá de tres hijos y pionera en el arte de materializar ideas innovadoras. Es la creadora y fundadora del sistema Enciende tu corazón para inspirar la alegría en el despertar de la conciencia. Instagram: @cynthiazakofficial

Conecta el ‘parasimpático’
Foto de Andrea Piacquadio en Pexels.

Palpitaciones, sudor frío, falta de aire, la cabeza que no para, es difícil dormir y mucho menos sostener un sueño ininterrumpido, estamos buscando un paracaídas que frene la caída libre antes de estrellarnos o que al menos haga más leve el golpe.

Ancestralmente, educativamente y culturalmente requerimos de apoyos externos para suavizar el impacto de nuestros pensamientos negativos o lo que yo llamo “el auto secuestro emocional”, hay medicamentos, drogas, terapias variopintas tradicionales y alternativas, etc pero mi propuesta es que accionemos las herramientas internas porque  nuestra magnífica fisiología tiene muchas respuestas para contrarrestar estados de pánico y ansiedad…

Buenas noticias

Cuando sientes miedos, ya sean racionales o irracionales, hay una cascada de impacto cerebral y hormonal que repercute en todo tu cuerpo. Es muy importante comprender de dónde viene esto y en qué lugar del cerebro se origina. Esto comienza en la amígdala, una estructura situada en la parte interna del lóbulo temporal, dentro de nuestro cerebro, parte del sistema límbico y que cuando sentimos miedos nos impacta de tres maneras: nos paralizamos, huimos o peleamos.

¿Qué haces tú cuando sientes miedo? ¿De dónde vienen los temores? ¿Eres consciente de cuánto tiempo pasas de tu día sumido en pensamientos terroríficos? 

El cuerpo no sabe si la amenaza es real o imaginaria. Si en este momento piensas que un león te va a atacar, inmediatamente tu sistema de alerta comienza a reaccionar y el cuerpo se llena de estrés (adrenalina y cortisol) y te auto secuestras emocionalmente. El miedo produce cambios inmediatos, el sistema inmunológico se resiente, la salud mental y emocional baja y quedamos presos de estos pensamientos que en un 90 por ciento son imaginarios.

Ahí esta funcionando a tope el sistema simpático (parte de tu sistema nervioso autónomo)  que se encarga justamente de poner tu organismo en estado de alerta, corazón latiendo a mil por horas, pupilas dilatadas, músculos en tensión, boca seca, etc.

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Pero como el cuerpo es perfecto la contraparte está disponible en el momento que la activas, cuando abre el paracaídas que vive en el sistema parasimpático y la buena noticia es que es algo que puedes hacer.

Parasimpático 

Recuerda este nombre porque lo vas a requerir siempre que necesites calma, respirar profundo, bajar la ansiedad, frenar la mente incoherente e imparable porque el sistema parasimpático se encarga de bajar los latidos del corazón, activar la salivación, suavizar la mirada, poner en funcionamiento la voz y tragar saliva, volver a la temperatura adecuada entre otras cosas.

Fisiológicamente tu cuerpo tiene respuestas al caos y al estrés crónico y te cuento algunos tips que van a ayudarte a activar tu sistema parasimpático y tener un reservorio de coherencia, calma y perspectiva siempre a mano. Como con todas estas cosas se trata de repetir, practicar, experimentar y consolidar un nuevo hábito en donde estos elementos están presentes para que puedas obtener resultados óptimos. Te comparto una lista de algunas cosas poderosas que puedes hacer para activar la inteligencia fisiológica de tu cuerpo y producir voluntariamente un estado de balance y ecuanimidad.

La lista de la calma

  • Lleva tus dedos a la parte de atrás de tu cabeza, en la nuca y traza un camino desde ahí hacia adelante, pasa por el cuello, el pecho, a la altura del corazón y sigue bajando hasta el pubis haciendo activación de tu nervio vago.
  • Repite tres veces mientras respiras profundamente.
  • Tómate el pulso en la muñeca de la mano izquierda y siente cómo se modifica tu variabilidad cardiaca al inhalar y exhalar. Eso te va a marcar el ritmo para que tu exhalación sea larga y constante produciendo inmediata calma.
  • Abre y cierra tu boca moviendo la mandíbula, sonríe, haz muecas aflojando todos los músculos de tu cara.
  • Bosteza varias veces oxigenando el cerebro y soltando tensiones.
  • Suaviza la mirada moviendo tus ojos arriba y abajo, derecha e izquierda, entrecierra los ojos, pestañea y observa cómo se amplía tu vista periférica.
  • Te invito a que incorpores esta afirmación que puedes usar durante todo el día : “soy una fuente de amor constante, estoy seguro, estoy sano, estoy protegido”.

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