Lozoya pisa la cárcel, como debió ser hace 15 meses
Libertad bajo palabra

Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.

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Lozoya pisa la cárcel, como debió ser hace 15 meses
Emilio Lozoya a su llegada al Reclusorio Norte el pasado 3 de noviembre, previo a que el juez le dictara prisión preventiva justificada. Foto: EFE

Era insostenible la presión hacia la Fiscalía General de la República por el trato preferencial que se le dispensó a Emilio Lozoya Austin, exdirector de Pemex, señalado e imputado por los presuntos delitos de cohecho, asociación delictuosa y lavado de dinero.

Detenido en España, enfrentó un proceso de extradición que trató de evitar sin éxito hace más de 15 meses, cuando fue entregado a las autoridades mexicanas. Del avión que lo trasladó de Europa, fue llevado a un hospital privado, sin pisar la cárcel, para obtener el beneficio de enfrentar su proceso fuera del Reclusorio Norte de la capital, donde finalmente enfrentará la soledad de una celda por orden del juez federal de control Artemio Zúñiga Mendoza.

Aunque en la audiencia, que duró más de 5 horas, se dijo que las fotografías que se le tomaron en un lujoso restaurante de las Lomas de Chapultepec hace unas semanas no condicionaron la decisión de encarcelarlo, es evidente que la indignación que levantó esa retadora exhibición causó fuertes estragos políticos en Alejandro Gertz Manero, el calculador inquisidor que dirige la FGR que recibió una paliza mediática que caló muy profundo en los ánimos del Ejecutivo, que sigue teniendo correa de mando sobre una Fiscalía que es independiente sólo en el papel.

Finalmente se solicitó la prisión preventiva justificada, como debió haberse hecho desde que se le vinculó a proceso en julio de 2020. El juzgador federal expresó que el criterio de oportunidad al que se acogió el exfuncionario de Enrique Peña Nieto, “no se ha materializado y existe la posibilidad de evadirse de la justicia, ya que hay una red de ayuda y cuenta con los recursos suficientes, por ello voy a establecer que hay un elevado nivel de cautela y va usted estar en prisión preventiva justificada en el Reclusorio Varonil Norte”.

Hasta el último minuto de la audiencia de este miércoles, los abogados defensores de Lozoya Austin pidieron que se le diera a su cliente la posibilidad de la prisión domiciliaria, solicitud que me parece fue correctamente rechazada por el juez de control.

El criterio de oportunidad implica que, a cambio, el imputado proporcione información valiosa sustentada en pruebas para ampliar la información que la Fiscalía pueda recabar en la trama de sobornos sobre el caso Odebrecht, considerada la más grande en la historia reciente en América Latina.

Las recurrentes solicitudes de prórroga para presentar las pruebas contundentes que dicen tener y el contexto de su encarcelación preventiva, detonan severas dudas sobre la calidad de los elementos de incriminación que el exdirector de Pemex logre presentar para involucrar al expresidente Enrique Peña Nieto o al exsecretario Luis Videgaray.

Al enfrentar el proceso penal privado de su libertad, Lozoya tendrá la oportunidad de demostrar sus argumentos, ahora sí comenzará a tener prisa, toda vez que el pacto para darle trato preferencial ha dejado de surtir efecto por el momento.

Ahora dos exintegrantes del gabinete de la pasada administración se encuentran tras las rejas, un hecho inédito que puede considerarse como el único logro tangible de Andrés Manuel López Obrador en su selectiva campaña anticorrupción.

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