Y con ustedes… el pene

En la actualidad hablar de la mujer, del cuerpo femenino y del derecho a decidir abarca tantos titulares noticiosos, que parece el momento menos oportuno para reencontrarnos con un viejo amigo: el pene. Sin embargo, Hollywood ha decidido que este es el momento idóneo para acabar con ese tabú que es el desnudo frontal masculino.

Si has estado viendo Euphoria, es seguro que tal situación ya saltó a la vista. Pero no solamente está ocurriendo ahí, el susodicho también salió a saludar en series como And Just Like That, The White Lotus y Watchmen. Mientras que en el cine se ha dejado ver en películas como Red Rocket, Pleasure, De Patrick, The Power of the Dog, El callejón de las almas perdidas y hasta en Don’t Look Up.

Aunque no es la primera vez que un destape como este sucede, la diferencia es la frecuencia con la que los genitales masculinos están apareciendo en pantalla. Antes se trataba de casos aislados que, precisamente por la distancia entre uno y otro, se volvían memorables y se les consideraba disruptivos. El primer desnudo masculino del que se tiene registro en el cine data de 1911, en el filme italiano L’Inferno.

En el Hollywood contemporáneo todavía podemos recordar casos como los de Richard Gere en American Gigolo, Harvey Keitel en The Piano, Mark Wahlberg en Boogie Nights, Edward Norton en American History X, Michael Fassbender en Shame, y honrosas menciones como Bruce Willis, Sylvester Stallone, Kevin Bacon o incluso Ben Affleck.

Uno de los desnudos frontales masculinos más comentados en la historia reciente fue el visto en la película Roma, del director Alfonso Cuarón, a cargo del actor Jorge Antonio Guerrero. Y aunque la desnudez tampoco es nueva para el cine nacional (Cuarón ya había usado este recurso en Y tu mamá también), hay una generación de directores mexicanos que ahora la abordan de manera natural, como Amat Escalante y Carlos Reygadas.

Los medios de comunicación ya empiezan a reportar sobre esta tendencia dentro del cine y la televisión, pero quizá lo que les ha faltado notar es quién se está desnudando, es decir, qué tipo de hombre es al que se le ha permitido mostrar el pene. Una rápida interpretación de los personajes que lo han hecho recientemente indica que solo los “chicos malos” pueden hacerlo.

Lo que todos estos personajes tienen en común son motivaciones y valores cuestionables. Algo que, subjetivamente, justifica su desnudez en pantalla: son personajes que desafían las reglas y el pensamiento tradicional y que no pedirían permiso para desnudarse, simplemente lo hacen y ya. Pero hay una delgada línea entre desafiar las convenciones y ser el malo de la historia, y aquí es donde los guionistas y directores deben tener cuidado al elegir qué personajes se desnudan, para no volver a estigmatizar al pene cuando apenas le han dado la oportunidad de asomarse a tomar aire.

En la historia del arte, los griegos asociaban los penes pequeños y flácidos a la moderación, una de las virtudes del ideal masculino; algo digno de los dioses, los héroes y los atletas. Mientras que los penes grandes solo se usaban para representar a los hombres y las figuras grotescas, presas de la lujuria y de la locura. En el siglo 16, el papa Pío IV ordenó cubrir los desnudos pintados por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. Y todavía en 2016, el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, ordenó cubrir las estatuas en el Museo de Roma por la visita del presidente de Irán. 

Ahora piénsenlo. Ningún personaje protagónico que se considere el “bueno” de la historia ha tenido un desnudo frontal recientemente. El héroe sigue siendo impoluto y, aparentemente, la virtud no tiene pene. ¿Eso quiere decir que el pene es malo? Solo recordemos cuando hace 2 años se filtraron imágenes íntimas del actor Chris Evans y sus fans reaccionaron ofendidos, casi como si Capitán América tuviera prohibido tener un pene en la vida real.

De acuerdo con Peter Lehman, profesor de cine de la Universidad de Arizona y autor del libro Running Scared: Masculinity and the Representation of the Male Body, la fijación con el tamaño del pene va directamente ligada a las masculinidades tóxicas. También explica que la censura de películas y televisión se relajó apenas en 1968 con las reformas que se hicieron al sistema de calificaciones de la Motion Picture Association, por lo que los desnudos frontales masculinos se empezaron a permitir en ciertos contextos.

Estas regulaciones aún controlan lo que se muestra en salas de cine, donde se permite mostrar penes en situaciones no sexuales, y cuando son sexuales debe existir distancia entre los cuerpos. Pero este sistema no controla lo que se muestra en la televisión de paga, y por ello siempre han existido más desnudos masculinos en servicios como HBO (donde una serie como Oz fue muy exitosa) y ahora en Netflix.

Aunque algunos directores han expresado que mostrar desnudos masculinos sirve como contrapeso, pues se había normalizado mostrar más desnudos femeninos, no estoy seguro de cuál vaya a ser el resultado pues a mí me parece también una forma de reafirmación masculina. Pero claro, no todos los hombres se sentirán igual. Algunos padres de familia dijeron sentirse incómodos cuando vieron Roma con sus hijos y, sin previo aviso, un pene apareció en todo su esplendor.

Aquí conviene señalar que, incluso en la pornografía heterosexual, se muestran penes pero casi no se muestran los rostros de sus dueños porque es sabido que esto cohíbe a muchos espectadores. De lo que se trata es de permitirles vivir la fantasía de ser los protagonistas y no hacerlos sentir como que disfrutan con el placer de otros hombres desnudos. La cultura machista a veces nos obliga, incluso, a disociarnos de nuestros cuerpos.

La aparición en pantalla de nuestro viejo amigo el pene se había retrasado demasiado y yo digo que merece una cálida bienvenida. No estoy seguro de cómo lo vaya a tomar la sociedad mexicana, solo sé que los tiempos han cambiado y que los jóvenes ya piensan distinto. Aunque, si de verdad queremos obtener algo positivo de una tendencia que podría resultar frívola y pasajera, todavía queda mucho camino por recorrer. Los penes -así como los hombres que los portamos- son diversos y cuentan historias muy diferentes.

BREVES

La cuarta temporada de The Sinner por fin llega a Netflix y es buen motivo para un maratón. Una historia de detectives que se mantiene interesante, aunque sigue yendo profundo a la oscuridad de sus personajes. Disponible desde el 26 de enero.

HBO Max apuesta por el talento mexicano con Búnker, una serie de acción y comedia protagonizada por Bruno Bichir, Miguel Rodarte y Paulette Hernández. Desde el 27 de enero.

¡Que no les cuenten! Ya pueden ver en salas de cine El callejón de las almas perdidas, la nueva cinta de Guillermo Del Toro, y juzgar por ustedes mismos. A partir del 27 de enero.