La nada patriótica vacuna ‘Patria’
Diagnóstico Reservado

Médico cirujano con más de 30 años en el medio y estudios en Farmacología Clínica, Mercadotecnia y Dirección de Empresas. Es experto en comunicación y analista en políticas de salud, consultor, conferencista, columnista y fuente de salud de diferentes medios en México y el mundo. Es autor del libro La Tragedia del Desabasto.

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La nada patriótica vacuna ‘Patria’
Con un desarrollo multinacional y diverso, la vacuna “Patria” es menos, mucho menos, patriótica de lo que se nos vendió. Foto: Especial

El miércoles pasado se dieron a conocer los resultados de la fase uno de investigación de la vacuna “Patria” en la revista NPJ Vaccines, una publicación en línea dedicada a vacunas, de la prestigiosa Editorial Nature.

Bajo el título “Interim safety and immunogenicity results from an NDV-based COVID-19 vaccine phase I trial in Mexico“, el artículo muestra los resultados de la primera fase de investigación de esta vacuna que, hay que decirlo, eran esperados desde hace varios meses.

Evitaré confundir a nuestros lectores con aspectos técnicos complicados, solamente vale la pena recordar que en el desarrollo de cualquier producto farmacéutico o, en este caso, de una vacuna, la investigación requiere normalmente de varias fases. De las tres etapas de pruebas clínicas, en este reporte se presentan apenas los resultados de la primera.

El objetivo central de un estudio de fase 1 es probar, antes que nada, la seguridad de un producto. Secundariamente, se busca conocer si este biológico realmente funciona o sirve para algo.

De los resultados publicados sobre “Patria” no hay mucho qué decir. Simplemente se cumplieron dos criterios: 

a) La vacuna es segura.

b) La vacuna, en sus dosis altas, produce inmunidad; ya sea por vía intramuscular o bien, intranasal seguida de intramuscular. 

Hasta aquí con los hallazgos. Ese era el objetivo de esa fase 1: Que la vacuna fuera segura y que genere inmunidad. 

La conclusión más importante de este reporte es que se sientan las bases para continuar con más investigación: La fase 2, que sabemos que ya se concluyó y estamos en espera de la publicación de los resultados y la fase 3, para la que se solicitaron voluntarios y que sabemos que se está concluyendo. En mi muy particular opinión, los resultados estarían disponibles, si todo sale bien, a finales de este año.

Son precisamente estos últimos resultados los que definirán el futuro de esta vacuna, en un hipotético esquema del que comentaré más adelante.

Ahora bien, seguramente el aspecto más interesante al leer los resultados de un estudio tan árido fue, en realidad, el identificar al grupo de autores e investigadores involucrados en este proceso. Debo decir que es una verdadera revelación, debido, sobre todo, a las más recientes declaraciones de Elena Álvarez Buylla, directora del (hoy llamado) CONHACYT.

Desde la noticia de la intención de investigar y crear esta vacuna, la tónica fue la de un discurso patriotero y nacionalista. Se habló de una vacuna “100% mexicana”, la cual sería creada en su totalidad por la soberanía científica producto de la llamada “Cuarta Transformación”, demoliendo con ello cualquier vestigio de “ciencia neoliberal”.

Al final, nada más alejado de la realidad. Al analizar la publicación de “Patria” nos encontramos sorpresas agradables: Entre la veintena de autores de este artículo encontramos a renombrados investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de México. Conozco a algunos de ellos y puedo decir que son científicos de gran renombre. Existen también investigadores de universidades estatales, como el Dr. Alejandro Macías.

A seguir analizando, nos encontramos con la excelente noticia de la participación de investigadores de la Icahn School of Medicine at Mount Sinai, quienes desarrollaron la técnica inicial y la licenciaron a la empresa Avimex, cuyos investigadores aparecen también como autores del artículo.

Lo anterior no es un tema menor. Es así como se debe hacer la ciencia, con participación de investigadores estatales, académicos, investigadores extranjeros y sí, la iniciativa privada. 

Algo tan simple no deja de ser irónico, dado que desde el inicio nos quisieron vender el sentido de este desarrollo y el nombre mismo de la vacuna “Patria” como un logro de la ciencia 100% mexicana impulsada por la “4T”. Al final, la vacuna “Patria” resultó ser como todos los desarrollos científicos serios, una combinación de participación público-privada, academia, extranjeros y nacionales. Es tiempo de recapacitar y dejar el patrioterismo ramplón y ridículo lejos de la ciencia.

Al final del día, la pregunta más importante y que todo mundo se hace es: ¿la vacuna “Patria” servirá para algo?

Por frustrante que suene, es una respuesta que no se tiene en este momento. La eficacia de una vacuna debe de medirse hacia el patógeno contra el que está dirigida. La verdadera eficacia de la vacuna se va a establecer con los resultados de las fases 2 y 3. Al final, las evaluaciones deberán responder la incógnita en cuanto a las variantes más recientes que se encuentren circulando del SARS-CoV2.

No debemos olvidar que el día de hoy, el objetivo que se busca con las vacunas actualmente disponibles es disminuir la gravedad de las infecciones, evitando al máximo la necesidad de hospitalización, disminuyendo con ello las cifras de mortalidad.

Si la vacuna “Patria” cumple disminuyendo la gravedad en los contagios, así como la hospitalización y muerte, es muy probable que se tome en cuenta para el esquema universal de salud, como sea que éste vaya a determinarse en el futuro.

¿Cuál será este esquema de vacunación? No lo sabemos. De hecho, ni siquiera Hugo López Gatell lo sabía en su presentación el martes pasado. La realidad es que la emergencia sanitaria recién terminó por indicación de la Organización Mundial de la Salud y muchos países tienen que tomar decisiones basadas en análisis epidemiológicos, pero balanceadas con una visión de farmacoeconomía, así como de costo-beneficio en salud pública.

En el caso de México, es aquí donde comienzan los problemas. Ya he mencionado en diferentes foros qué Hugo López Gatell tiene, a mi juicio, una visión muy torcida de la economía de la salud. ¿Cuántos contagios o cuántas muertes son aceptables para él con tal de pagar el menor precio posible por un insumo de salud, en este caso una vacuna? 

Es precisamente, en ese tenor, en el que seguramente se tomarán decisiones para incluir a este biológico en el esquema oficial. Hasta el momento sabemos de su intención de comprar solamente vacunas cubanas “Abdalá”, como una forma de pagar la menor cantidad posible de dinero, transfiriendo al mismo tiempo fondos al régimen cubano.

En caso de que la normatividad internacional y la epidemiología determinen la necesidad de vacunaciones periódicas contra Covid-19, es muy probable que en México nos quedemos con un arsenal que contemple solamente las vacunas “Patria” y “Abdalá”.

¿Cuál sería la efectividad de esta medida para proteger a la población a mediano y a largo plazo? No podemos saberlo en este momento. Lo que sí sabemos, es que México tiene un rezago en vacunación en el esquema básico y que, al final de la pandemia, las cifras de vacunación contra Covid-19 no son, ni remotamente, de las mejores en el mundo.

Este gobierno tiene una deuda con los mexicanos en materia de vacunación. ¿Está contemplando saldarla pensando en la salud de los mexicanos o buscaremos, como en los pasados cuatro años, la mayor cantidad de ahorros posible?

Es probable que, en el 2023, México cuente con una nueva vacuna. Inicialmente planeada para golpear al SARS-CoV2, pudiera en sus siguientes versiones auxiliar con los refuerzos. Una vacuna de tecnología básica si la comparamos a los ambiciosos desarrollos de las vacunas mRNA bivalentes. Así de simple y sin mayores pretensiones.

Lo que sí debe aceptarse es que con un desarrollo multinacional y diverso, la vacuna “Patria” es menos, mucho menos, patriótica de lo que se nos vendió.

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