Claudia y la salud
Diagnóstico Reservado

Médico cirujano con más de 30 años en el medio y estudios en Farmacología Clínica, Mercadotecnia y Dirección de Empresas. Es experto en comunicación y analista en políticas de salud, consultor, conferencista, columnista y fuente de salud de diferentes medios en México y el mundo. Es autor del libro La Tragedia del Desabasto.

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Claudia y la salud
Foto: FB Campaña Claudia Sheinbaum

En su documento 100 pasos para la Transformación, la virtual presidenta electa, dedica 34 páginas a su programa de salud.

Al analizar detenidamente el documento, lo primero que salta a la vista es que no hay sorpresas; tal y como lo prometió, la gran mayoría de lo allí escrito refleja continuidad con los pasados seis años, con solamente algunos elementos nuevos y que no por ello son novedosos.

Comparando los puntos del programa de salud de Sheinbaum con los sistemas de salud más exitosos del mundo como los de Suecia, Japón, Canadá, Alemania, el Reino Unido y, por supuesto, Dinamarca, existen varios aspectos a considerar si realmente se busca que lo dicho en este documento no quede solo en palabras.

Financiamiento Adecuado y Sostenible. No son pocos los amigos y colegas que me comentan que no todo es dinero; sin embargo, hay que reconocer que es un muy buen comienzo y que es un elemento necesario. Se requiere un compromiso claro y detallado de financiamiento sostenido, asegurando que el gasto en salud se eleve al nivel promedio de la OCDE (alrededor del 9-10% del PIB).

Más allá de hablar sobre la centralización del gasto (al que se llama erróneamente “federalización”) nunca se menciona de dónde provendrán originalmente los recursos.

Para lograrlo, no queda más remedio que establecer un pacto nacional por la salud que comprometa un aumento gradual y sostenido del presupuesto, con un seguimiento riguroso y transparente del uso de los recursos.

Poner al paciente primero. No es ninguna novedad que yo hable de esto. En México, existe una enorme tradición de malos tratos y despotismo hacia las necesidades básicas de los pacientes.

No es en balde que en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2022) las causas de la deserción de los pacientes de la medicina institucional a la medicina privada estén manifiestas: mala calidad, poca cercanía y tiempos de espera prolongados.

El plan propuesto por Claudia Sheinbaum incluye un enorme componente de nueva infraestructura y un mayor número de unidades médicas; sin embargo, no resuelve el problema básico de acercar la salud al domicilio del paciente.

Innovación Tecnológica y de Datos. En la tercera década del siglo XXI, cualquier sistema de salud moderno se basa en un sistema robusto de análisis de datos y tecnología avanzada para la toma de decisiones.

Es necesario impulsar la creación de una suerte de “centro nacional de salud digital” que utilice inteligencia artificial y análisis de “big data” para predecir brotes de enfermedades, personalizar tratamientos y mejorar la eficiencia del sistema. Además, garantizar que todos los registros médicos sean accesibles en una plataforma única y segura.

El plan de salud de Claudia promete un expediente médico electrónico, pero éste se encuentra acotado exclusivamente a las instituciones del sector salud, específicamente IMSS y, visiblemente como una simple herramienta administrativa. En el año 2025, se necesita más.

Prevención y Promoción de la Salud. En varias ocasiones he mencionado la proclividad de la llamada “4T” para (únicamente) generar mensajes que van desde los más simplones, infantiles y chabacanos, hasta verdaderas arengas políticas que pretenden señalar con el dedo y satanizar a quienes no sigan sus radicales postulados de alimentación.

Como lo he dicho en otras ocasiones, todas estas acciones son huecas, si solo pretenden una “salud barata”. En este sentido, no solamente se requieren iniciativas más agresivas de prevención de enfermedades y promoción de estilos de vida saludables, sino también planes de continuidad para monitorear la evolución y el tratamiento de quienes ya se encuentran enfermos.

No sirve de nada regañar a la población por lo que come o lo que hace, si no somos capaces de dar seguimiento a la glucosa de un paciente con diabetes o a las cifras de presión arterial de alguien con factores de riesgo cardiovascular.

Parte de la promoción de la salud debe incluir la continuidad de los tratamientos para enfermedades crónicas, lo cual es muy complicado en un ambiente en donde desde hace seis años, tenemos un desabasto de medicamentos de grandes proporciones.

Acceso Universal y Equitativo. Siempre habrá buenas intenciones y promesas al hablar de acceso a la salud; sin embargo, es claro que se requiere ir más allá de los discursos y mostrar garantías más fuertes de acceso universal y equitativo, especialmente en áreas rurales y marginadas.

Es imperativo no solo hablar de la construcción de clínicas y hospitales en áreas desatendidas, sino implementar agresivamente programas de telemedicina extensivos, así como transporte médico gratuito para poblaciones rurales.

Calidad y Eficiencia en la Atención. Esta es la gran piedra en el zapato del sistema de salud de México, sobre todo en los últimos seis años.

No lo digo yo, como lo comenté, lo dicen los pacientes (ENSANUT 2022); y si, aunque existe una gran resistencia ideológica para adoptar modelos de medición de calidad en la atención hospitalaria y de primer nivel, es claro que urgen protocolos estandarizados y monitoreo continuo de la calidad de la atención.

Es urgente crear una “agencia nacional de calidad de atención médica” que estandarice los protocolos, supervise y evalúe constantemente la calidad del servicio en todas las instituciones, premiando a aquellas, públicas y privadas, que demuestren mejoras significativas en los resultados de salud de sus pacientes.

Innovación en Modelos de Atención. La salud en México no va a mejorar si seguimos haciendo lo mismo y de la misma forma. Hoy más que nunca se requiere una visión innovadora, y una gran flexibilidad en los modelos de atención para adaptarse a las necesidades cambiantes.

En este sentido, he mencionado en muchísimas ocasiones la necesidad de desarrollar un adecuado modelo de colaboración público-privada, te incluya a médicos y clínicas particulares; sin embargo, dado la reticencia natural de Sheinbaum a adoptar cuál esquema que pudiera dar la imagen de favorecer a la iniciativa privada, es imperativo desarrollar y financiar modelos de atención innovadores como “hospitales ligeros”, unidades móviles de salud y clínicas comunitarias autónomas que puedan atender rápidamente las necesidades emergentes de la población.

Participación Comunitaria y Transparencia. Una de las mayores críticas y, hay que decirlo, bastante correctas, al antiguo Seguro Popular, fue la falta de seguimiento adecuado al manejo de los recursos. Se requiere claramente mayor participación de la comunidad y transparencia en la gestión de salud.

Es necesario así, establecer consejos de salud comunitarios en cada municipio, donde ciudadanos y profesionales de la salud trabajen juntos para identificar problemas locales y diseñar soluciones. Se deben implementar plataformas de transparencia que permitan a los ciudadanos monitorear en tiempo real el uso de recursos y los resultados de salud.

Esto no significa, sin embargo, que se deba perder la capacidad de la administración de los recursos materiales; es por ello que soluciones como “La Clínica es nuestra” no tienen sentido, ya que se está abdicando de una responsabilidad administrativa básica como un programa de mantenimiento formal, para darle a los usuarios la decisión de qué hacer con los recursos de cada unidad de salud.

Investigación Médica y Salud Mental, son los dos grandes ausentes en este plan y solo son mencionados de forma superficial y paralela.

Sobre ellos, profundizaré en próximas entregas.

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