¿Los lácteos son o no una buena idea?

Es nutrióloga clínica especializada en nutrigenética y alimentación intuitiva. Actualmente es directora clínica de la empresa Genovive Latam, expositora y asistente de congresos, con más de 20 años de experiencia, su trabajo la mantiene comprometida con su profesión buscando siempre tratamientos integrales para que sus pacientes logren cambiar su estilo de vida e impactar de manera positiva su salud.

Instagram: @nutatianapalazuelos

¿Los lácteos son o no una buena idea? ¿Los lácteos son o no una buena idea?
Los lácteos, un debate. Foto: Myriams/Pixabay

Una de los principales preguntas que tienen mis pacientes es si los lácteos son buenos o malos. Cuando hablamos de lácteos nos referimos a la leche de vaca, yogurts y quesos, este grupo de alimentos es muy diverso y cada día tenemos más y mejores opciones.

Empecemos por entender que todos contamos con un gen cuya función es producir una enzima llamada lactasa que nos ayuda a digerir la lactosa, uno de los azúcares que aportan los lácteos. Contamos con tres opciones de este gen, la versión favorable que permite a las personas producir una gran cantidad de enzimas y por lo mismo digerir mucho mejor los lácteos y otras dos versiones menos favorables que nos indican que esa persona produce muy poquitas enzimas y por lo tanto los lácteos pueden producir malestares como inflamación, gases, diarrea, dolores de cabeza, etc.

Este gen es un gen evolutivo, ya que hace muchos miles de años los humanos teníamos una versión de ese gen que una vez terminada la lactancia materna se apagaba, en ese entonces hacía sentido porque no consumíamos leche de vaca. Años más tarde cuando los humanos empiezan a consumir leche de vaca de modo habitual, ese gen sufre una mutación y se adapta para que las personas puedan seguir produciendo esta enzima y aprovechar los lácteos sin molestias. ¿No te parece increíble?

Es importante recalcar que la leche es un gran alimento que aporta proteína, calcio y vitaminas y sus derivados como mantequilla, quesos y yogurts empezaron a formar parte de una dieta mucho más completa y saludable. Algunas personas pueden tener una alergia a la proteína de la leche pero esto por lo general se detecta desde muy pequeños y no debe de confundirse con la intolerancia a la lactosa.

Para saber que versión tienes de este gen se puede realizar un estudio genético y este te indica si tienes la versión favorable, desfavorable o intermedia del gen que científicamente se conoce como MCM6. Ojo, aunque tuvieras la versión desfavorable de ese gen, no todo está perdido ya que este se puede mantener encendido si consumes lácteos de modo habitual, es por eso que yo siempre recomiendo que los niños incluyan lácteos como parte de una dieta saludable. En los últimos años se ha puesto de moda eliminar los lácteos por cualquier situación sin estudiar a fondo o determinar si esto tiene sentido, al tratar de regresar los lácteos a la dieta, la producción de enzima es baja y entonces se refuerzan que les caen mal. Toma en cuenta que no todos los lácteos tienen la misma cantidad de lactosa, por ejemplo los quesos frescos como cottage y panela que contienen más suero contienen mayor cantidad de lactosa que los quesos secos como el parmesano o manchego. Otro detalle importante es que los lácteos varían mucho en la cantidad de grasa que contienen, muchas veces esa grasa afecta mucho más la digestión y el metabolismo que la lactosa. Mi recomendación es que elijas opciones descremadas de modo habitual y dejemos los que contienen más grasa como el manchego y chihuahua para de vez en cuando. En cuanto a los niños todavía no nos ponemos de acuerdo ya que por un lado se recomienda incluir opciones descremadas o semidescremadas desde los 5-6 años pero un estudio que me parece muy lógico afirma que cuando los niños toman leche entera, esta les ayuda a mantenerse saciados por más tiempo y esto evita que estén comiendo alimentos menos nutritivos entre comidas. Hoy en día contamos con un sin fin de opciones vegetarianas que pueden usarse como sustituto de la leche pero es importante resaltar que ninguna de ellas se compara en calidad nutricional con la leche de vaca que aporta energía, proteína, calcio y esta fortificada con vitamina D. Si sientes que consumir lácteos te inflama puedes optar por las versiones deslactosdadas descremadas y cuidar las cantidades de las mismas. Por otro lado el yogurt natural puede ser una buena opción ya que además aporta probióticos que favorecen una buena digestión; si has dejado de consumir lácteos empieza por consumir tres cucharadas de yogurt griego sin grasa y poco a poco tu cuerpo va a volver a producir más enzimas y podrás regresar a disfrutar una pizza o una quesadilla sin problema.

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