Los escritos de bell hooks les decían a las mujeres y niñas de color que confiaran en sí mismas
'La belleza de hooks era su capacidad de acercar la filosofía a la gente'. Foto: Holler Home/The Orchard/Kobal/Shutterstock

Tener las palabras adecuadas para explicar lo que está sucediendo evita que te sientas, bueno, como un loco.

Cuando el mundo se enteró del fallecimiento de bell hooks, la renombrada feminista, intelectual pública, escritora y profesora, el miércoles en su casa en Berea, Kentucky, fue el valor y la accesibilidad de sus palabras lo que resonó entre las mujeres de color, cuya comprensión de sí mismas y de su propio trabajo se vio transformada por hooks.

Un día, a los 20 años, las palabras adecuadas llegaron a Natalie Bullock Brown.

Su novio de aquel entonces le regaló un ejemplar de Sisters of the Yam: Black Women and Self-Recovery (1993), el cual la hizo sentirse vista y querida. Entre lágrimas y fuertes tragos, Bullock Brown, que ahora es directora de documentales y profesora de estudios interdisciplinarios en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, reveló cómo se le abrió el mundo cuando respiró por primera vez esas páginas.

hooks “me inspiró y motivó a querer entender lo que estaba viviendo”, dijo Bullock Brown, describiendo las formas en que se estrelló contra el sexismo y el racismo cuando era una niña, y después como mujer. “Sentí que me atravesaba. Me sentí como: ‘Dios mío, me está hablando a mí’. Quería sanar. De eso se trata realmente Sisters of the Yam“.

Para muchos, la belleza de hooks, conocida por títulos como Ain’t I A Woman? (1981), All About Love (1999) y Teaching to Transgress (1994), era su capacidad de acercar la filosofía a la gente, dijo Saida Grundy, socióloga feminista de raza y etnia y profesora en la Universidad de Boston.

“Existe esta idea de que, de todas las humanidades, la filosofía es en cierto modo la más erudita, la más prestigiosa o la más inalcanzable, y lo que ella hace es invitar a la gente de color en particular, pero también a la gente realmente marginada [en general], a este espacio de reflexión sobre su propia experiencia en formas de pensamiento crítico o ejercicio esotérico“, explicó Grundy.

Al empoderar a la gente “para que tenga cierto dominio sobre cómo piensa sobre sí misma”, el suyo fue un lenguaje que cambió radicalmente la forma en que las mujeres de color procesan sus vidas, señaló Grundy. “No hay nada que deba ser inaccesible en el hecho de que las personas marginadas sean capaces de pensar en sus propias vidas. Eso es poderoso”.

kihana miraya ross, profesora de estudios afroamericanos en la Universidad Northwestern, comentó que los escritos de hooks la atraparon cuando era estudiante de posgrado. “Su escritura es tan poderosa y tan importante, pero también es tan clara. Siempre ha sido un modelo para mí en ese sentido: no criticar a la gente que no escribe así, pero creo que cuando puedes decir las cosas con claridad significa que entiendes lo que estás diciendo”.

La accesibilidad de las palabras de hooks era exactamente lo que Bullock Brown decía que necesitó en un momento en el que se sentía desorientada.

“Realmente no me daba cuenta de mi valor”, dijo. “No reconocía los problemas específicos de las mujeres de color y las formas en que los estaba experimentando. Fue como una forma hermosa y realmente amorosa de ayudarme un poco a empezar a centrarme y a asentarme en una realidad y una verdad que tal vez me hubiera llevado más tiempo reconciliar”.

Al igual que yo, Bullock Brown creció en lo que describo como “el aura remanente” del movimiento por los derechos civiles en mi libro US Civil Rights Trail: A Traveler’s Guide to the People, Places, and Events that Made the Movement (2021). Rodeada de esfuerzo y excelencia afroamericana, existía una energía tangible que les sugería a las niñas de color que de nosotras dependía hacer valer las oportunidades ganadas por ese movimiento.

Me di cuenta de que crecí atada al sentido del deber de sobresalir, pero también a la exigencia de conocer mi lugar. Esto afloraba en formas grandes y pequeñas, como los domingos, cuando mi primo adolescente, Reginald, venía a cenar y mi abuela me ordenaba que le pusiera un plato en la cabecera de la mesa. No me importaba servirle, pero me resistía a la programación social de promoverlo a un lugar de honor simplemente por haber nacido hombre.

Del mismo modo, Bullock Brown dijo que pasó años descifrando los mensajes sociales para ajustarse a ideas específicas y limitantes de lo que se supone que debe ser una mujer -casada y con hijos-, mensajes impartidos especialmente por su padre.

“Parte de la razón por la que necesitaba el idioma es porque había una forma en la que mi potencial, mi capacidad, incluso mi propia brillantez, en la medida en que pudiera existir, quedaba silenciada porque soy una mujer, porque era una chica”, explicó. “Una parte de esa experiencia también fue que no me alentaron a confiar en mis propios pensamientos”.

Un idioma a la medida creado por hooks ayudó a que Bullock Brown aprendiera, creciera y perdonara. hooks es importante porque nos ayudó a muchas mujeres y niñas de color a confiar en nosotras mismas y a articular el motivo.

“Nuestras experiencias como mujeres de color y mujeres no serán universales en el sentido de que todas pasemos por lo mismo; no somos un monolito”, dijo Bullock Brown. “Y, sin embargo, hay una forma en la que creo que Bell describe nuestra experiencia que es a la vez universal y específica”.

Deborah Douglas es la coeditora en jefe de The Emancipator, una colaboración entre la Universidad de Boston y el Boston Globe, que comenzará a publicar opiniones originales en 2022.

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