¿Cómo le va a la marca Harry y Meghan? Últimas noticias: nada bien

Es columnista de The Guardian.

¿Cómo le va a la marca Harry y Meghan? Últimas noticias: nada bien
'Una actuación interminable de dar lástima' ... Meghan y Harry en una gala en Nueva York en diciembre. Foto: Andrew Kelly/Reuters

¿Estados Unidos se está aburriendo por fin de Harry y Meghan? Parece que así es. Hace apenas unos meses, la pareja era el centro de atención de los medios de comunicación estadounidenses; ahora se convirtieron en una especie de chiste.

Hace un par de semanas, la comedia de caricatura South Park propinó el primer duro golpe a su marca en Estados Unidos con un episodio en el que aparecía una pareja que tenía un asombroso parecido con los duques de Sussex.

En el episodio, titulado The Worldwide Privacy Tour, la pareja recorre el mundo con carteles que dicen: “¡Dejen de vernos!” y coreando: “¡Queremos privacidad!”. El libro de memorias de Harry, Spare: En la sombra, es parodiado como “Waaaagh”. La pareja también recibe consejos de un experto en relaciones públicas que les recomienda mostrarse como víctimas. Temas nada halagadores.

Ahora, el comediante Chris Rock apunta contra la pareja en su nuevo especial de Netflix, Selective Outrage. Rock desestimó las afirmaciones de Meghan sobre la existencia de racismo en la familia real, comentando: “Algunas de las cosas por las que ella pasó no eran racismo”, sino comportamientos de “familia política”.

También bromeó sobre lo extraño que resultaba que Meghan pareciera estar sorprendida por el hecho de que la familia real pudiera albergar opiniones arcaicas. “¡Es la familia real! Son los racistas originales. Ellos inventaron el colonialismo”, señaló Rock.

Las encuestas también reflejan un cambio en las actitudes de los estadounidenses respecto a la pareja: sus índices de aprobación cayeron drásticamente tras el episodio de South Park. Según una encuesta encargada por la revista Newsweek, la popularidad de Harry cayó 48 puntos desde diciembre y la de Meghan, 40 puntos.

Ahora, el príncipe Andrés, el hombre que se juntaba con un delincuente sexual convicto, tiene mejores índices de aprobación en Estados Unidos que los duques de Sussex. Aunque, para ser justos, al parecer esto se debe a que menos personas en los Estados Unidos tienen conocimiento de los negocios turbios del príncipe Andrés que en el Reino Unido.

Como el príncipe Andrés no desfila las 24 horas del día los siete días de la semana en los medios estadounidenses, como Harry y Meghan, es más fácil que una persona estadounidense olvide quién es. Ojalá todos tuviéramos ese lujo.

¿Cómo están reaccionando Harry y Meghan a este aparente cambio de actitud? Bueno, solo digamos que no han emitido exactamente un comunicado diciendo que piensan que Rock y South Park son graciosísimos y que nada les gusta más que reírse de sí mismos, ja, ja, ja. Por el contrario, hubo rumores de que estaban tan molestos por el episodio de South Park que estaban considerando emprender acciones legales.

Aunque sin duda son fanáticos de llamar a sus abogados, un representante de la pareja comentó a The Guardian que los informes de que la pareja podría presentar una demanda eran “infundados” y “aburridos”.

Les diré lo que realmente es aburrido: la interminable actuación de dar lástima que los dos nos imponen. Como ferviente opositora a la realeza, al principio sentía empatía por la pareja –el enemigo de mi enemigo es mi amigo y todo eso–, sin embargo, el constante compartir información en exceso es un truco que ya no está llamando la atención ni generando publicidad.

En particular, porque cada día se vuelve más evidente que sus quejas no están tan relacionadas con la desigualdad sistémica, sino más bien con la sensación de que no recibieron una rebanada suficientemente grande del pastel de las personas que nacieron con privilegios. Quiero decir, vamos, no puedes ir por ahí quejándote de cuán retrógrados son los miembros de la realeza mientras insistes en que los plebeyos nos refiramos a ti como duque y duquesa. ¿Quieren algo de credibilidad? Renuncien a sus estúpidos títulos.

Otro consejo no solicitado para el duque y la duquesa: ¡lean la sección socioeconómica! Quizás se hayan dado cuenta de que las tramas de “comerse a los ricos” son un gran tema en la televisión en este momento. Desde la última temporada de You de Netflix hasta The White Lotus y Succession, hay más historias de personas ricas que son unos sociópatas horribles en la tele de las que se pueden encontrar.

No se trata de una extraña coincidencia. Se ha observado que las historias sobre gente rica suelen variar dependiendo de la situación económica: en tiempos de prosperidad, la riqueza obscena en la pantalla puede constituir una agradable evasión; en tiempos de crisis, es más bien motivo de odio. Y, no hace falta que se los diga, el mundo actualmente atraviesa una época de esas en las que “tienes que pedir una segunda hipoteca para comprar huevos”.

Por último, Harry: sé que no fuiste exactamente el estudiante más comprometido, pero tal vez deberías leer un libro de historia. Estados Unidos tiene cierta reputación de perder la paciencia con los aristócratas británicos.

Arwa Mahdawi es columnista de The Guardian.

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