Bye Trump, Hello Biden: ¿Qué esperar de la era que sigue a la pesadilla del muro?
El presidente saliente de EU, Donald Trump, y el presidente electo, Joe Biden. Foto: AFP

Este miércoles a las 12 del mediodía se irá el presidente del muro y tomará posesión oficialmente uno que dos de las palabras que más repite en sus discursos son unidad y curación. Eso sí, en clave interna. 

En clave de política exterior, los cambios que México puede esperar de su principal socio comercial cuando Joe Biden se convierta en el presidente número 46 serán sobre todo formales y con efectos a largo plazo. 

En cuanto a la agenda de temas prioritarios entre ambos países, la novedad será la fuerza que tomará el medio ambiente y la política energética que el demócrata quiere implementar. 

De las primeras órdenes ejecutivas que Biden firmará en cuanto se mude a la Casa Blanca será reincorporar a EU en el Acuerdo de París y ha prometido destinar 2 billones de dólares al combate de la crisis climática. Ello con la intención de lograr que EU sea un país libre de carbono antes del 2050.

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Este es un tema que, de inmediato, toca base en la relación entre los países que integran el T-MEC, sobre todo Estados Unidos y México.

“Hay que recordar que (la vicepresidenta electa) Kamala Harris votó en contra del T-MEC por un tema de medioambiente”, recuerda Enrique Perret, director de la US-Mexico Foundation, un thin-tank que promueve la relación bilateral. 

La crisis climática y los derechos laborales de los trabajadores en México serán las dos vías por las que cabría esperar que la nueva Administración que encabeza Biden pudiera presionar a la 4T en el marco del T-MEC. 

Más que un cambio de política comercial, este será sobre todo un cambio de actitud. “AMLO contaba con una relación de complicidad con Trump, en el sentido que éste cedía en la agenda bilateral a cambio de que el estadounidense no hiciera mucho caso de cómo (Andrés Manuel López Obrador) manejaba sus asuntos internos”, asegura el profesor del ITAM Fernando Dworak.

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Con esta implicación más directa de la Casa Blanca en los intereses de EU en México también vendrá una nueva forma de trabajo, más institucional y menos personal, entre presidente y presidente. “Van a fomentar la creación de grupos de trabajo, de acuerdos y reuniones entre gabinetes. AMLO y Trump solo se vieron una vez. El secretario de Seguridad de México jamás vino a EU en casi tres años”, recuerda Perret.

La seguridad seguirá siendo otro puntal en las relaciones entre los países vecinos. La presidencia de Biden se estrena en plena polémica por la decisión de la Fiscalía General de la República de no ejercer la acción penal contra el ex secretario de Defensa Salvador Cienfuegos

“Estos temas van a ser tratados con mucho más sigilo por EU porque no hay confianza. No sabemos los arreglos entre AMLO y Trump pero no habrá tanta discrecionalidad política”, asegura el Dworak, descartando la posibilidad que se dé un Cienfuegos-2 durante el mandato de Biden.

El presidente emanado del Partido Demócrata dijo que su Administración tendrá el gran reto de gestionar cuatro crisis históricas que enfrenta EU al mismo tiempo: la pandemia,  que lleva un saldo de 401 mil muertes; la peor crisis económica desde la Gran Depresión, que a diciembre destruyó 1.4 millones de empleos; el auge del supremacismo blanco, que mostró todo su esplendor el 6 de enero en el asalto al Capitolio; y la crisis climática. 

Dicho así, se entiende que la caravana de unos 6 mil hondureños que partió el pasado jueves haya quedado en un segundo plano. Pero no así la agenda de migración que México y EU comparten.

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Biden ya anunció que el primer día de su gobierno enviará al Congreso una propuesta de reforma de legislación migratoria que garantice la ciudadanía en ocho años a los once millones de indocumentados que residen en el país, así como extender la protección a los dreamers y beneficiaros del DACA. 

Ello beneficiaría a los migrantes de origen mexicano residentes en el país, pero en cuanto a México, “no creo que EU vaya a cambiar”, considera Dworak, aunque “ciertamente, Biden tiene una visión más humanitaria. Si Trump permitió que hubiera la Guardia Nacional en la frontera sur, Biden exigirá que se respeten los derechos humanos de los migrantes”, añade.

No queda claro cómo quedará del Remain in Mexico, el programa que puso en marcha Donald Trump para que los solicitantes de asilo aguardaran a la resolución de su petición en México. Biden tiene intención de recuperar la tradición de asilo de EU que Trump desmanteló. También planea invertir mil millones de dólares en desarrollo en Centro América, fuente emisora de migración indocumentada a EU.

Recomendaciones para México

López Obrador no empezó con buen pie su relación con el demócrata Joe Biden. El 7 de julio, antes de la campaña electoral, realizó su primer viaje al extranjero y fue para visitar a Donald Trump. Quería agradecerle el buen trato dado durante la pandemia y que rebajara su tono con los mexicanos. 

Después de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre en EU, el presidente de México se negó a felicitar a Biden por su victoria hasta que no se resolviera el pleito que había planteado Trump con el argumento infundado que la elección fue fraudulenta.

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“Puede haber retrasado la comunicación más eficiente des del inicio, pero no creo que vaya a afectar a la relación entre ambos países. No veo a la Administración Biden tomando represalias por eso”, asegura Perret.

Este experto considera que falta construir instituciones comunes entre ambos países. “EU tiene grupos parlamentarios con Japón, con China, Francia… ¡no existe ninguno con México!”, recuerda el director de la US-Mexico Foundation. Las instituciones, explica, las crean las personas y sobre todo, las interacciones entre personas

El gobierno mexicano haría bien en apostarle a las reuniones de trabajo que lleven a objetivos binacionales incluso, ir más allá de la Administración de López Obrador. “Texas concentra mayor cantidad de comercio con México que todo EUA con algunos países europeos. Se tiene que fomentar la relación entre gobiernos y alcaldes, no depender solo del gobierno federal”, asegura Perret.

Biden conoce América Latina. Cuando fue vicepresidente en los dos periodos del expresidente Barack Obama, viajó a la región hasta dieciséis veces. No solo EU cambió desde entonces. La revista Time publicaba el sábado que un presidente post-populista tendría que lidiar con una región con un populismo floreciente. 

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