Presionan a líderes globales para reservar  vacunas Covid para los refugiados
Foto: EFE

Figuras humanitarias globales y ONG presionan a líderes mundiales para que hagan que las vacunas estén disponibles para millones de refugiados y otros desplazados por la guerra, mientras la pandemia continúa con el daño a algunas de las comunidades más vulnerables del mundo. 

El impacto del contagio se intensificó en el Medio Oriente en las últimas semanas, y se emparejó con los números globales. Sin embargo, se amplifica más por las intervenciones médicas sin recursos que no pueden afrontar el número de muertes o de enfermos graves. 

En el norte de Siria y en Irak, donde millones están desplazados o en campos de internamiento, las imágenes de que se administran vacunas en EU y en el Reino Unido han incrementado el temor de que los esfuerzos colectivos contra los científicos globales se enfocará solo en sociedades desarrolladas. 

El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió que todas las vacunas se desplieguen en todo el mundo para que estén disponibles para “toda la gente” y que su distribución tiene que verse como un “bien global público”. 

Sus comentarios siguieron preocupaciones crecientes de que una estrategia para entregar vacunas contra Covid a los países más pobres se enfrenta a un alto riesgo de fracaso que podría dejar al menos a la mitad del planeta sin vacunas por lo menos los próximos tres años.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) administra el despliegue para las naciones más pobres y dice que tienen la intención de vacunar a 2,000 millones de personas para finales de 2021. Sin embargo, el objetivo fue descrito como ambicioso por oficiales de alto rango de la ONU y es poco probable que se alcance sin escalamiento serio de recursos y movilización política. 

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El cuerpo de refugiados de la ONU, ACNUR, y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) le añadieron peso a las preocupaciones, imploran que se incluyan a los refugiados y a los migrantes en las asignaciones de las vacunas de los gobiernos. 

“En estos tiempos de pandemia y más, … estamos listos para apoyar a los gobiernos en sus esfuerzos para hacer que la salud esté disponible para todos, a través de seguridad médica universal, una realidad”, dijo el director general de la OIM António Vitorino. 

“El acceso a la salud es un derecho fundamental, pero muchas veces no se incluye a quienes lo necesitan más, como los migrantes y los desplazados a la fuerza. Si el 2020 nos enseñó algo, es que la mala salud es un problema universal que no distingue con base en la nacionalidad. Para ser realmente efectivo, tampoco debería ser así nuestro seguro médico, tampoco los esfuerzos próximos para la vacunación contra Covid-19”.

Mercy Corps, una agencia humanitaria internacional, dijo que ya existen dificultades para entregar necesidades básicas en lugares como Yemen y Siria, donde las necesidades de vacunas son grandes. “Los riesgos y los retos no se limitan a suministros de vacunas o a mantener una cadena de frío”, dijo la directora ejecutiva de la organización, Tjada D ‘Oyen McKenna. “En zonas de conflicto y en lugares que hospedan a refugiados y a desplazados, las vacunas van a ser otro recurso escaso al que se responde con el potencial para que la tensión escale y resulte en conflicto. 

“La comunidad internacional debe asegurar a través de presión diplomática y de apoyo en el terreno que las vacunas lleguen a todas las comunidades, hasta a las más vulnerables y marginalizadas, en formas que prevengan los agravios y el conflicto. 

“Necesitamos con urgencia donadores y gobiernos que financien organizaciones comunitarias confiables para comenzar con el trabajo ahora para asegurar que se combata la desinformación y las comunidades acepten la vacuna cuando llegue. Si no actuamos juntos como una comunidad global, nos arriesgamos a dejar atrás a una generación entera de los más vulnerables”. 

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La ACNUR dijo que lograron mantener los índices de infección entre comunidades desplazadas a la fuerza comparables con los de las poblaciones locales. Sin embargo, se cree que las cifras oficiales que comparten los gobiernos en países como Siria son una subestimación extrema. 

Los miembros de rango más alto del sistema de la ONU temen que la distribución de vacuna se convierta en una herramienta política, como otras formas de ayuda, como los alimentos y medicinas. Los gobiernos anfitriones suelen ser los medios primarios de entrada para la vacuna. 

Durante la guerra siria, a las comunidades que quedaron fuera del régimen de Assad se les niega de rutina el acceso a esenciales para la vida. Las comunidades desplazadas de Irak tienen una experiencia similar. 

“No creo que tengamos esta vacuna como desplazados en los campos porque necesitamos que un representante la consiga”, dijo Mahmoud Sleiman, un residente del campo Hassam Sham en el norte de Irak. “En nuestro caso es el gobierno quien debería ordenarlas para nosotros, y dudo que lo hagan a tiempo. Incluso si lo hacen, habrá corrupción en el proceso y solo los ricos la tendrán. Los pobres como yo nunca la tendremos”. 

ACNUR dijo que la cifra de desplazamientos forzados cruzó la marca de 80 millones a mitad de 2020. A más de 50 millones de personas las desplazaron internamente, con potencialmente menos acceso a ayuda internacional que aquellos que llegaron a fronteras internacionales. 

“Mi primo llegó a Turquía y dijo que los turcos pueden llegar a él y su familia en marzo”, dijo Ghassan Abbad, un sirio que huyó del Damasco controlado por el gobierno a la provincia de Idlib en 2016. “Pero aquí, solo Dios puede ayudarnos. Hay tantos muertos y moribundos por aquí. La maldición llegó a nosotros, y nada puede romperla por muchos meses más”. 

Khalid Murad, un miembro yazidi de un campo en el norte kurdo de Irak, dijo que el tiempo está en contra de los refugiados y los desplazados, que tienen esperanza. “No creo que esta vacuna sea solo para el occidente pero creo que tardará mucho para que la gente de Irak la reciba. Si Irak recibe la vacuna nosotros también lo haremos, a pesar de que no consideran a los yazidis como iraquíes. Pero bajo la presión internacional eventualmente nos llegará”. 

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