Román Protasevich, el opositor, periodista y activista bielorruso detenido
La orden del presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, de desviar un avión en el que se detuvo al opositor ha generado el reclamo internacional, pero ¿quién es él?.
La orden del presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, de desviar un avión en el que se detuvo al opositor ha generado el reclamo internacional, pero ¿quién es él?.
EFE.- Román Protasevich, el periodista y bloguero para cuya detención el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, ordenó desviar a Minsk un avión de la aerolínea Ryanair que volaba de Atenas a Vilna, es un firme opositor al régimen bielorruso desde que era un adolescente.
De 26 años, Román Protasevich es la última víctima de la ira del Lukashenko. Su delito es haber sido director de los canales de Telegram Nexta y Nexta Live, que fueron claves para organizar las protestas opositoras contra Lukashenko tras las fraudulentas elecciones presidenciales de agosto de 2020 y para denunciar la represión policial de las marchas pacíficas.
El joven es un estrecho colaborador de la líder de la oposición bielorrusa en el exilio Svetlana Tijanóvskaya, refugiada en Lituania y que una semana antes del aterrizaje forzoso del avión de la aerolínea irlandesa Ryanair en Minsk había volado por la misma ruta, según contó ella misma el domingo en un vídeo.
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El 19 noviembre de 2020, Román Protasévich junto con el fundador de los canales NEXTA, Stepán Putilo, fue incluido en una lista de personas involucradas en “actividades terroristas” por el Comité de Seguridad del Estado (KGB) de Bielorrusia, aunque oficialmente no se le han presentado cargos por terrorismo.
Días antes, ambos habían sido acusados en ausencia de organizar desórdenes masivos, de atentar gravemente contra el orden publico y de atizar la discordia social.
Con apenas 16 años, en julio de 2011, Protasévich fue detenido durante una manifestación contra el presidente bielorruso en el marco de la “Revolución a través de las redes sociales”, acciones de protestas silenciosas convocadas en internet.
La fotografía de su detención, publicada ampliamente en las redes sociales, convirtió a Román en figura mediática.
Su corta edad le libró en esa ocasión de sanciones penales, pero no de represalias: Protasévich fue expulsado del colegio en el que estudiaba y tuvo que continuar su estudios secundarios en otro establecimiento.
Tras su detención, lejos de arredrarse, comenzó a militar en el disidente Frente Juvenil y hasta 2012 fue uno de los administradores de un numeroso grupos opositores en la red social rusa Vkontakte.
Su postura política no era compartida por su padre, a la sazón profesor de una academia militar, ni tampoco por su madre, una creyente ortodoxa, que según el sitio bielorruso belorus.partizan.by quería someterlo a una sesión de exorcismo.
“En casa no hablamos de política. Como muestra la experiencia, nada bueno sale de ello”, dijo Román Protasevich una entrevista de aquella época.
Ingresó en la facultad de Periodismo de la Universidad Estatal de Bielorrusia, de la que fue excluido, lo que no le impidió trabajar en varios medios informativos independientes hasta que a fines de 2019 tuvo que abandonar Bielorrusia y pidió asilo político en Polonia, desde donde se trasladó a Vilna.
Hace ocho meses, sus padres, temerosos por posibles represalias en su contra por las actividades políticas de su hijo, abandonaron también Bielorrusia.
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“Ha sido una operación que ha sido planeada de manera minuciosa, claramente no en un día y quizás no en una semana (…). Y seguramente los servicios secretos bielorrusos no trabajaron solos”, dijo el Dmitri Protasenko, el padre de Román, sobre la detención de su hijo en declaraciones a radio Liberty.
En su opinión, solo así puede explicarse que las autoridades bielorrusas cometieran este “acto de terrorismo”, que supone un “escupitajo a la opinión pública internacional”.
Dmitri indicó que se comunicaba prácticamente a diario con su hijo, pero que este no le informaba detalladamente de sus desplazamientos.
Agregó que tampoco conocía a Sofía Sapega, estudiante rusa de la Universidad Humanitaria Europea de Vilna que viajaba con Román Protasevich y que los medios locales identifican como su novia.
Ella también fue detenida arbitrariamente en el aeropuerto de Minsk.
La ONG de derechos humanos bielorrusa Vesná ha incluido a Protasévich en su lista de presos políticos.