¿Qué tan bien conecta el PAN?
Tácticas Parlamentarias

Analista y consultor político. Licenciado en Ciencia Política por el ITAM y maestro en Estudios Legislativos por la Universidad de Hull en Reino Unido. Es coordinador del Diplomado en Planeación y Operación Legislativa en el ITAM. Twitter: @FernandoDworak

¿Qué tan bien conecta el PAN?
Ricardo Anaya. Foto: José Méndez/EFE.

Durante la campaña presidencial de Estados Unidos de 1952, competían el republicano Dwight D. Eisenhower y el demócrata Aldai Stevenson. Se comenta que el segundo era tan elocuente y preparado, que una señora del público se le acercó emocionada después de un mitin, para decirle que seguramente toda la gente inteligente votaría por él. Stevenson le miró con empatía y le dijo: “le agradezco mucho el buen deseo, señora, pero necesito una mayoría”.

Quizás el más grande error que se comete en una campaña es asumir que la propaganda debería apelar solo al intelecto. Por ejemplo, cada año electoral nuestro círculo rojo aboga por acabar con los spot de 30 segundos, sustituyéndolos por segmentos de discusión de, por lo menos, 5 minutos. Si eso sucediera, se perdería total interés por las elecciones, mientras ejerceríamos con mayor enjundia nuestro sacrosanto derecho al zapping.

En lugar de operar bajo supuestos que no se presentaban ni en la Atenas de Pericles, debemos tener claro que una buena propaganda debe apelar tanto al intelecto como a los sentimientos de quienes votamos. Creer que basta con tener la razón, termina fortaleciendo a quien solo comunica sentimientos.

La semana pasada vimos el primer reto comunicativo que tiene la oposición a través de los spots del PRI: recuperar la credibilidad. Toca revisar el segundo, la capacidad para conectar más allá de la base de votantes, a partir de lo que está haciendo el PAN.

Antes de empezar, piensen qué recuerdan sobre los mensajes del PAN durante la campaña de 2018 o, mejor dicho, de la coalición México al Frente, que hizo este partido con el PRD y MC. ¿Propuestas? Hubo varias, como el ingreso básico universal, o el gobierno de coalición, como se aprecie en el siguiente spot:

Para enfrentar el hartazgo hacia los partidos “de siempre” que capitalizó Morena, se nos quiso explicar no con peras y manzanas, sino con agüitas, por qué debimos haber votado por Ricardo Anaya:

Pero bueno, al menos había un candidato que no solo conectaba con sus bases, sino que transmitía cercanía con otros grupos de votantes, ¿cierto?

Si ante el carisma de López Obrador solo hubo propuestas mal explicadas, por más buenas o hasta apremiantes que sean, un llamado al voto a partir del temor en vez de plantear alternativas, y un candidato incapaz de conectar más allá de un círculo reducido, no nos extrañemos que las tres palabras que nos vienen a la mente cuando recordamos al PAN de 2018 sean: “riqui”, “riquín” y “canallín”.

Pero bueno, no todo está perdido: tan olvidables fueron las propuestas gracias a la forma que fueron presentadas, que el propio Ricardo Anaya las recicló para su nuevo libro. Además, se pueden usar las grabaciones de campaña como precuela para el road trip que está haciendo, si desease editarlas para un reality show.

Lamentablemente, no hay mucho espacio para el optimismo en 2021. Es más, pareciera que siguen atrapados en los noventa. Dejemos a un lado el ya señalado reto de la credibilidad, pues fueron gobierno por 12 años: el siguiente spot solo conecta con un público que tiene un techo muy bajo de crecimiento.

Posiblemente este tipo de mensajes podían parecer aspiracionales hace unos años. Pero algo pasó a partir de 2018, que la emoción y la esperanza migraron a otras imágenes y discursos: hoy el spot parece, según los nuevos discursos, whitexican. Hasta la tonada de fondo evoca más bien a una comedia romántica de “chavos bien”. ¿Tienen razón con el mensaje? Es posible. ¿Inspiran? Solo a quienes de todas formas están en contra del gobierno. Un letrero de “propaganda dirigida a militantes y simpatizantes del Partido Acción Nacional” parecería redundante.

Volvamos al problema de recurrir al intelecto. El siguiente spot busca diferenciar a los gobiernos locales del PAN frente a Morena, mostrando cifras de logros. Dejemos a un lado que no se define un estándar: Guanajuato pudo haber recuperado muchos empleos, pero es un estado inseguro si se compara con Yucatán. Se presentan datos sin ton ni son, como si se tratase de ganarle a la ignorancia en Maratón, en vez de ganar adhesiones.

Si un argumento correcto no es emocionante, ganará el que sí lo es, aunque falaz. Retomemos la guerra de cifras, pero desde la perspectiva de Morena. Se puede discutir por horas si la información de este spot es veraz, o si solo se presenta una parte de lo se debería analizar. Pero lo cierto es que la narrativa es emocionante. Posiblemente la ciudadanía no votaría por el partido en el gobierno si supiera los efectos de sus decisiones, pero al menos conecta. En cambio, la oposición sigue sin entender qué les pasó encima en 2018.

La próxima entrega hablaremos sobre los otros dos partidos de oposición: PRD y MC.

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