Un hobby que podría ser un modus vivendi
Ángel Guardián
Un hobby que podría ser un modus vivendi
Foto: Janayara Machado/Unsplash.com

Uno de los saldos que podría dejar esta pandemia, si es que alguna vez termina, es el alto nivel de emprendedurismo que se detonó entre muchas personas que, sin proponérselo o sin vocación, han hallado en el comercio electrónico una manera de generar recursos.

Y es que por lo visto, no sólo las empresas que ya tenían operaciones en e-commerce han visto crecer esta práctica a ojos vista.

Un amigo, al que llamaremos Memo (es real, pero no quiere protagonismo y supongo que tampoco quiere visibilidad fiscal), me cuenta que lleva mas de seis meses vendiendo cosas por internet.

Ya sea por Mercado Libre, el marketplace de Facebook, o eBay, Memo se ha dedicado a ofrecer diversos artículos que, a su vez, obtiene de otros vendedores por esos canales u otros del llamado entorno tradicional.

“Vendo desde bufandas chinas hasta zapatos de León”, me comenta Memo. “Muchos amigos se han puesto a vender pasteles o a dar clases, pero a mi se me dio la venta y con eso complemento mis gastos”.

Memo no es un desempleado. Trabaja en una dependencia de gobierno y tiene un buen sueldo y magníficas prestaciones. Pero el trabajar desde casa le ha permitido diversificar sus actividades al poner “un ojo al gato y otro al garabato”. La actividad comercial en línea le ha generado ingresos que, dice, en un buen mes superan las quincenas de su empleo formal.

En ello, Memo no está solo. Un reporte que recién presentó eBay revela que para 4 de cada 10 vendedores en línea “esta actividad no es su principal forma de ingresos, “sino que trabajan de forma remunerada más de 30 horas a la semana”.

Como en el caso de Memo, 19% de las personas encuestadas por eBay para su reporte dicen que el e-commerce que practican les genera parte de su ingreso fijo mensual y “solo el 4% lo realiza como su actividad primordial”.

En estos casos, dice la firma, hay quien tiene ingresos que superan 1 millón de pesos anuales.

Ignoro si Memo tiene ese nivel de ingreso por vender cosas en internet. Él me dice que si tiene un par de años con el éxito que ha tenido hasta ahora podría montar un negocio formal y dedicase a ello de tiempo completo.

Por ahora, al parecer hay incentivos para ello. Según la Asociación Mexicana de Ventas Online, en 2020 el comercio electrónico en el país sumó 316 mil millones de pesos, lo que representa un crecimiento de 81% sobre lo que se registró en 2019. Gran parte de este pastel se lo llevaron gigantes como Amazon, Mercado Libre, eBay, etcétera… Y en muchos casos, ahí dentro se insertaron personas como Memo, que también buscaron sitios y canales alternativos para vender. Inclusive, ha incursionado en prácticas como ventas por WhatsApp o las del llamado comercio conversacional y las clásicas ventas de boca en boca.

El riesgo, me comenta mi amigo, es que luego de la pandemia la gente regrese a sus hábitos de compra previos y que iniciativas como la suya se desvanezcan y queden sólo como una anécdota.

“Por eso no renuncio a mi chamba”, me dice. “Cumplo con mi trabajo, pero tengo que moverme con otras cosas, porque en una de esas me corren y me quedo con una mano adelante y otra atrás”. Y para como van las cosas, Memo tiene razón. Hay que moverse, sino, se lo puede tragar a uno las muchas de las crisis que ya se asoman.

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