Las niñas que se pierden solas

Activista, luchadora social y promotora de los derechos humanos de las mujeres, niñas, niños, personas con discapacidad, comunidades indígenas y personas LGBTQ+. Presidenta de la Asociación Civil Rosa Mexicano. @catymonreal_

Las niñas que se pierden solas
Una mujer se manifiesta por las desapariciones forzadas en México. Foto: EFE/ Sáshenka Gutiérrez.

Como activista, la historia me la han contado múltiples madres y padres muchas veces. Cuando sus hijas desaparecen, al ir a denunciar a las fiscalías siempre les contestan lo mismo: “¿Seguros qué desapareció?, ¿No se habrá salido sola?, ¡Seguro se fue con el novio””.

De acuerdo con los protocolos internacionales, las primeras horas son clave en toda investigación, pues permiten encontrar rápidamente testimonios y pistas en las desapariciones. En países como España, la Guardia Civil ha hecho innumerables campañas de cómo es preferible reportar una desaparición cuanto antes, no hay que esperar 24 horas para notificar la ausencia de una persona esperando que regrese por sí sola.

Esta ha sido una de las razones del por qué hemos implementado políticas como la Alerta Amber, que es independiente de la denuncia o proceso penal que inician las autoridades competentes.

La Alerta Amber no necesita que se visite a un ministerio público para levantar una denuncia, ya que se puede hacer llamando al 01 800 00 854 00, las 24 horas de los 365 días del año. Este mecanismo está diseñado específicamente para el caso de menores de edad.

En el documento La Infancia Cuenta en México 2022: niñez y desapariciones, realizado por la Red por los Derechos de la Infancia en México (Remin), se señala que, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o No Localizadas (RNPDNO), 17 mil 605 niñas, niños y adolescentes están desaparecidos o no localizados en todo el país desde 1964.

Este mismo reporte manifiesta que a partir de la pandemia, las desapariciones de niños y niñas de 12 años en adelante se ha incrementado; en parte se sospecha porque las redes sociales han facilitado la sustracción de menores. Cada día en México desaparecen 14 menores, aunque afortunadamente ocho de cada 10 son localizados. No obstante, no se puede bajar la guardia, se debe seguir trabajando para que no falte ningún niño, niña, ni adolescente.

En mi estado, Zacatecas, los datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas o No Localizadas revelaron que las niñas menores de 10 son las que desparecieron durante el año pasado.

Este tipo de conductas han hecho que varias académicas denuncian que la desaparición de niñas y menores está profundamente ligada a la trata de personas, y no a “que se salen solas o van con el novio” como las fiscalías han tratado de racionalizar en múltiples ocasiones.

Esta es la historia que nos quisieron contar de Debahni, Yolanda, Ariadna, María y muchas víctimas más.

“Son ellas las que se pierden”, “son ellas las que se suicidan”, “son ellas las culpables de lo que les pasa”. Es la historia del machismo y el patriarcado contándose una y otra vez. Es un país que lucha constantemente contra el lastre de las desapariciones.

Esto a su vez ocasiona que las fiscalías cada vez sean más vigiladas por la opinión pública. 

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En el caso más reciente sabemos de la desaparición de María Ángela Olguín, de 16 años, en el paradero de Indios Verdes. La Fiscalía General de Justicia de la CDMX mantiene que María Ángela no “despareció”, que nadie se la llevó y fue ella quien por su propia voluntad dejó a su madre.

Que ella llegó sola a un colectivo en Bellas Artes, y se le ofreció hospedaje en Nezahualcóyotl. Esto a pesar que la policía local de Nezahualcóyotl declaró haberla encontrado atada de manos y pies en un terreno baldío.

Además de que la madre y el padre de María Ángela declararon haber escuchado que gritó “¡Amá!”, y que a través de las cámaras del Metro vieron cómo se acerca una persona a su hija y se la lleva.

La Fiscalía de la CDMX presentó varios videos para corroborar que no hubo delito, en las imágenes se ve que traía puesta una sudadera de color rojo, sin embargo, la ropa no corresponde con la que aparece en su ficha de búsqueda. Estas inconsistencias, además de la historia de impunidades y malas investigaciones que han plagado a casi todas las fiscalías del país en materia de desaparición de niñas y mujeres han hecho que la relación sea increíblemente tensa.

La fiscalía ha aprovechado el caso para, ante todo, seguir manifestando que a pesar de lo que se maneje en redes sociales, no hay una red de trata de personas en el paradero de Indios Verdes.

Esta insistencia es perder de vista el problema estructural: en México, siete mujeres al día son asesinadas. En México, las niñas y las mujeres desaparecen.

Sin embargo, las fiscalías, a pesar de la existencia de protocolos y capacitaciones al respecto, han sido incapaces de crear relaciones y métodos de comunicación efectiva con familiares, así como generar confianza con las familias de las víctimas.

María Ángela Olguín volvió a casa. Muchas no han contado con esa suerte. No podemos permitir que las fiscalías sigan sin mejorar sus métodos y protocolos de investigación de manera que podamos tener acceso a una vida libre de violencia.

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