Un tren llamado Morena

Lunes después de elecciones: Morena tiene una cena con sus principales aspirantes a la candidatura presidencial, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y la virtual ganadora del gobierno del Estado de México (Edomex), Delfina Gómez.

Mientras tanto, en la oposición, aparecen el PRI-PAN-PRD a repartir culpas por la derrota en el Edomex. Alejandro “Alito” Moreno y Jesús Zambrano apuntan contra Alfredo del Mazo, a quien acusan de darle “la espalda” a Alejandra del Moral.

Martes en la conferencia mañanera: AMLO confirma que uno de los requisitos para quienes aspiren a sucederlo es que renuncien ya a sus cargos. Así, desde ese mismo día, anuncia su renuncia el canciller Marcelo Ebrard, le sigue Manuel Velasco y Gerardo Fernández Noroña.

Martes en el Senado: el panista Jorge Triana hace cuentas alegres. En lugar de reconocer la derrota en el Edomex, que se ve mucho más grande que el triunfo de Va por México en Coahuila, saca un cartel en el que suma votos de Morena y la oposición y parece que la diferencia entre ambos es mínima. Es decir: “no importa si perdemos”, lo importante es que “estamos cerquita”.

Miércoles: el senador Ricardo Monreal anuncia que también renunciará y dice que su ciclo en el Senado ha terminado. Al día siguiente se reúne con el presidente Andrés Manuel López Obrador y al salir del encuentro parece que destapó un champán. Y se reafirma a sí mismo: “me mantendré en Morena hasta la muerte“.

Mientras tanto en la oposición, la senadora Xóchitl Gálvez presume tener en sus manos un amparo que, en apariencia, le da acceso a la conferencia matutina de AMLO para ejercer su derecho de réplica. Sí, lo que más puede presumir la oposición en estos días es que ganó un amparo para estar en el mismo espacio que el presidente.

En otro frente, aparece el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, para tachar a “Alito” de “ingrato” y negar haber pactado con Morena.

Pasan los días y la oposición aún no tiene candidato, vaya, ni siquiera el método por el cual van a elegirlo. Eso que a veces se hace llamar un “frente” opositor, no parece tener ni pies ni cabeza. Todo se diluye en dimes y diretes.

En la narrativa sigue ganando Morena. Y eso que se hace llamar “la oposición” aún sigue sin darse cuenta del tren que le está pasando encima.