La dialéctica de la comedia
Columnista invitado

Es Maestro por la London School of Economics y cuenta con estudios en la Universidad de Harvard. Es docente en la Universidad Panamericana (UP) y en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Con más de 20 años en el campo de la comunicación política ha ganado varios premios internacionales. Actualmente es presidente de Núcleo Comunicación. Twitter: @RobertoMorris

La dialéctica de la comedia

“El deber de la comedia es corregir a los hombres divirtiéndolos”.

Molière

En 1967, los hermanos Dick y Tommy Smother protagonizaban el programa The Smothers Brothers Comedy Hour transmitido por la cadena CBS hasta que en 1969, a petición del presidente estadounidense Richard Nixon, la televisora los retiró del aire. Poco tiempo después, Dick y Tommy le ganaron una demanda histórica a la televisora y dejaron un precedente importante en contra de la censura en Estados Unidos. 

En junio de 2020, HBO Latin America decidió suspender la transmisión del programa Chumel, con Chumel Torres debido a comentarios racistas hechos por el anfitrión. Tras la suspensión de su programa en HBO, Torres declaró ser víctima de la discriminación. Este suceso dejó un precedente importante en México en cuanto al costo social de ser racista y clasista.

Contrasto estos dos episodios porque nos llevan a observar la dialéctica o interacción de la comedia en relación con sus repercusiones en la realidad. En el primer caso, un gobierno opresor quiso censurar la crítica y perdió. En el segundo fue la sociedad la que rechazó la normalización del racismo y clasismo disfrazada de humor. Esto es paradójico, ya que históricamente la figura del bufón ejercía una función social de vital importancia: hablar la verdad al poder.

Un ejemplo de esto lo da Molière en su teatro satírico y William Shakespeare en su tragedia El Rey Lear (King Lear), donde este reconoce la importancia política y social del bufón al otorgarle la responsabilidad dramática de despertar al rey Lear de su delirio a través de advertirle la traición de sus hijas. A través del humor, el bufón es la voz de la razón en esa gran tragedia.

Hoy parece que los que deliran son los bufones. La comedia en la sociedad actual sirve como excusa para que algunas personas privilegiadas se burlen e insulten a personas marginalizadas1. En este contexto tenemos que entender que la comedia ya no se limita a la romántica noción de criticar al poder, sino la comedia y los comediantes se han vuelto un arma del poder mismo. ¿Cómo? A través de la risa.

La risa y el entretenimiento es un elemento ontológico de la comedia, el sujeto o la temática de lo que se ríen cabe dentro de su dialéctica. La función ideológica de la risa, según Max Horkheimer y Theodor Adorno, es que esta implica y fomenta la aceptación. En este sentido, la comedia se puede utilizar para avanzar una agenda progresista, crítica y retar normas sociales o usarse para prolongar la utilización de estereotipos negativos. Si alguien hace un chiste racista –y la gente se ríe–, le están otorgando aceptación a ese conjunto de ideas, ese es el primer paso hacia la normalización. 

El humor como propaganda ideológica se utiliza y ha sido utilizado por todas las corrientes de pensamiento; sin embargo, el humor de descrédito, humor que refuerza estereotipos negativos hacia grupos determinados, ha sido un recurso frecuentemente ligado a movimientos racistas y fascistas. Un ejemplo de esto fue el programa Zondagmiddagcabaret (Cabaret de domingo por la tarde) de Paulus de Ruiter que se transmitía durante la ocupación Nazi de los Países Bajos. Este programa buscaba –a través del humor– cambiar el imaginario de cómo la gente percibía a la comunidad judía al retratarla como animales simplistas e ignorantes.  

De este caso se podría extraer paralelismos de cómo la ultraderecha europea y estadounidense busca definir a los migrantes; o como la ultraderecha mexicana busca estereotipar a personas en condición de pobreza. Inmediatamente después del triunfo de Delfina Gómez Álvarez a la gubernatura del Estado de México comenzaron las comparaciones de ella y las personas que la votaron como ignorantes y animales. De esto último, los memes abundan.

Esta tendencia de querer presentarse como un ser superior e iluminado ante las “masas ignorantes” es algo característico de los standuperos contemporáneos a nivel mundial, sólo habría que ver la manera y el tono en los cuales Adrián Marcelo aborda un tema tan complejo como la obesidad, un ejemplo claro del efecto Dunning Kruger. El peligro de no visibilizar este tipo de humor es que la normalización de la comedia discriminatoria puede contribuir al aumento de la hostilidad e incluso violencia hacia aquellos que son objeto de burla. 

Yo no estoy abogando por la censura. Chumel, Sofía, Adrián y todos los comediantes tienen el derecho de decir todo lo que quieran; tampoco estoy abogando por una comedia libre de profanidades o de crítica. Estoy apelando a la reflexión sobre las cosas que estamos dispuestos a normalizar en nuestra sociedad. La comedia, como forma de entretenimiento ampliamente consumida, tiene un poderoso impacto en la formación de actitudes. Es esencial que los medios y los comediantes sean conscientes de la responsabilidad que tienen al utilizar el humor y que como sociedad no nos quedemos callados mientras algunos de ellos refuerzan estereotipos dañinos y perpetúan la discriminación.

Una visión dialéctica de la comedia nos lleva a estar conscientes de que el humor ha rebasado ser una práctica estética y se ha vuelto parte fundamental de una mayor dinámica sociocultural y de identidad. 

1  Ejemplos de esto abundan, pero recordemos la “Barbie Oaxaqueña de Chumel Torres”, los chistes gordofóbicos de Adrián Marcelo y la declaración de Sofía Niño de la Rivera quien dijo que “ser blanca, privilegiada y libre es difícil en México”.

Síguenos en

Google News
Flipboard