El dióxido de cloro: ni panacea ni ‘producto milagro’
Foto: EFE/Ernesto Guzmán Jr

La desesperación, la ignorancia y la codicia de algunos conforman un cóctel tóxico en el que el dióxido de cloro se presenta como un agente milagroso, que “cura” el coronavirus, siendo más bien un producto con enormes riesgos si se consume de forma no indicada.

“Dale dióxido de cloro… es un producto que a muchas personas ha salvado”, es uno de los mensajes que recibí sobre esta sustancia que supuestamente combate al Covid-19. En Twitter, cientos de mensajes fomentan su uso, pese a la preocupación de varias agencias sanitarias del mundo y de organismos internacionales. Su inquietud se debe a los daños que genera a la salud y a la falta de sustento científico para afirmar que tiene efectos contra el virus. 

El dióxido de cloro es un gas de color amarillo o amarillo-rojizo utilizado como blanqueador en la fabricación de papel y en el proceso de tratamiento de agua. Al entrar en contacto con el agua reacciona para formar iones clorito. Ambas sustancias químicas son altamente reactivas y al ser ingeridas pueden provocar irritación de la boca, esófago y estómago, se pueden presentar náuseas, vómito y diarrea, además de trastornos cardiovasculares y renales”, dice la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris).

También te puede interesar: ¿Quiénes necesitan terapia pos-covid y dónde tomarla?

Un paciente con Covid presenta alteraciones de falta de oxigenación de su sangre, de la saturación de oxígeno. Entonces tenemos uno de los elementos adversos del dióxido de cloro que es la metahemoglobinemia que reduce los niveles de oxígeno en la sangre”, dice un maestro en ciencias, que pidió el anonimato por amenazas tras sus intentos por desmitificar la sustancia. También dijo que gastroenterólogos le comentaron que han recibido pacientes con lesiones en la mucosidad gástrica y en el esófago por ingerir dosis altas de dióxido de cloro.

“Uno de los problemas en donde ha fallado estrepitosamente el gobierno ha sido en la falta de una política de difusión científica adecuada. Pero bueno, si el presidente no usa cubrebocas o lo pone en duda, menos podemos esperar que tenga una postura respecto al dióxido de cloro”.

-Alberto Lazcano

Incluso la Cofepris indicó, el 23 de julio de 2020, que no ha autorizado ningún registro sanitario de medicamentos que contenga en su formulación la sustancia denominada Dióxido de Cloro, Clorito de Sodio o sus derivados. También enfatizó que no hay protocolos de investigación registrados que avalen su uso clínico. A su vez, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés ) ha recibido denuncias de que el consumo ha enfermado a los usuarios.

“Tanto el clorito de sodio como el dióxido de cloro son los ingredientes activos de ciertos desinfectantes, además de tener otros usos industriales. No están hechos para que los ingieran las personas  (…) La FDA ha recibido denuncias de consumidores que sufrieron vómito intenso, diarrea severa, una presión arterial baja potencialmente mortal causada por la deshidratación y fallos hepáticos fulminantes después de beber estos productos”. 

Organizaciones y agencias de varios países de América, así como España, se sumaron a la emisión de alertas sobre el riesgo de la sustancia. Entre ellos figuran el Ministerio de Salud de Perú, la FDA de EU, la Red de Centros de Información y Asesoría Toxicológica de Centroamérica, la Red Argentina de Centros de Información de Medicamentos, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos de Colombia y el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, de acuerdo con datos de la Organización Panamericana de la Salud.

La ciencia no es parte de la cultura común en muchas partes del mundo y la gente está desesperada, está buscando soluciones milagrosas. Ante ello, hay grupos que aprovechan este fenómeno de la ingeniería social para su lucro. El dióxido de cloro ha sido defendido de una manera irresponsable, prácticamente criminal, por gente que no se ha preocupado por ver los detalles, dice el biólogo Alberto Lazcano en entrevista con La-Lista.

“Y uno de los problemas en donde ha fallado estrepitosamente el gobierno ha sido en la falta de una política de difusión científica adecuada. Pero bueno, si el presidente no usa cubrebocas o lo pone en duda, menos podemos esperar que tenga una postura respecto al dióxido de cloro”, afirmó.

*Con información de Aminetth Sánchez.

Síguenos en

Google News
Flipboard