¿Dónde está Irma Galindo?, la ambientalista oaxaqueña que pidió protección del Mecanismo y desapareció

¿Dónde está Irma Galindo?, reclaman las paredes de los edificios antiguos de la capital oaxaqueña rotuladas con su rostro. La ambientalista Ñuu Savi (mixteca) Atatlahuca en la Mixteca Alta de Oaxaca, desapareció el 27 de octubre del 2021 en la Ciudad de México, aun cuando tenía protección del Mecanismo Federal para Defensores de Derechos Humanos y Periodistas.

Irma Galindo Barrios, de 39 años de edad, desapareció en un contexto de conflicto comunitario en las localidades del Municipio de San Esteban Atatlahuca, en el estado de Oaxaca, lugar en donde vivía y realizaba su labor de defensa de los bosques, que ha dejado como saldo más de 100 casas quemadas, 300 personas e infantes desplazados sin que tengan fecha de retorno.

La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), la Organización de las Naciones Unidas (ONU), organizaciones civiles, colectivas y defensoras han solicitado al Estado Mexicano que la localicen, pero a cinco meses días que fue vista por última vez en la estación del metro Barranca del Muerto, en la Ciudad de México, y desde entonces nadie sabe dónde está.

Adentrarse en el bosque, caminar por los linderos y evitar la tala clandestina de la montaña Yaku, donde crecen los pinos de ocote blanco y rojo, era lo que Irma Galindo defendía todos los días, recuerda, Cielo Alvarado Bautista, su mejor amiga.

Desde su hogar en Tlaxiaco, Oaxaca, relata que la guardabosques la visitó dos semanas antes de su desaparición, para contarle que iba a la Ciudad de México a un taller de sanación y a buscar protección del Estado mexicano.

“Son cinco meses y no hay rastro de Irma, es como si la tierra se la hubiera tragado”, dijo Cielo, quien interpuso la denuncia de su desaparición ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.

Lo que a Cielo le dicen las autoridades es que la están buscando, pero no sabe más, y del Mecanismo nadie se ha comunicado y tampoco le han informado si activaron o no un protocolo de búsqueda o localización independiente al de la Fiscalía capitalina.

“Seguimos esperándola, mis hijos la extrañan y la gente de la comunidad también, esto es algo muy triste porque nadie debe desaparecer por defender un bosque, un río, o su territorio”, recalca la mujer artesana mientras teje una blusa tradicional que junto con Irma bordaban cuando la visitaba cada mes.

Por este caso, La-Lista buscó al Mecanismo para que informará sobre el caso de Irma y conocer exactamente la fecha en que le fue otorgada la protección, pero no hubo respuesta de forma inmediata.

Protección tardía

“Irma pidió ayuda desde el 2019, cuando le quemaron su casa, en ese momento se desplazó, y nosotras la ayudamos a refugiarse”, narra Aurora de la Riva, representante de la Red de Mujeres Defensoras de México conformada por 309 defensoras y periodistas que realizan su labor en 26 entidades,  quienes conocen la odisea que vivió la guardabosques por proteger su vida.

Tuvieron que pasar dos años para que a Irma le dieran protección, el Mecanismo siempre le daba largas, le decían que iban a revisar su caso y nada, asegura de la Riva, quien hasta el momento lamenta que este organismo no se haya pronunciado sobre el caso de Irma Galindo.

El municipio de Atatlahuaca, Oaxaca, de donde es oriunda Irma Galindo está dividido por 9 agencias municipales, de las cuales Guerrero Grande, Mier y Terán y Ndoyonoyuji se han opuesto a la tala clandestina en 2 mil 640 hectáreas de bosque, que, aseguran, ejerce el presidente municipal, Rogelio Bautista Barrios, y el comisariado ejidal Eulogio Alvarado. La comunidad denuncia que esta última persona es la causante de la violencia que ahora viven.

“No sabemos donde encontrarla, Irma era una defensora comunitaria que siempre estuvo en peligro por la zona y lo que denunciaba”, reconoce Maurilio Santiago, activista y representante del Centro de Derechos Humanos y Asesoría de los Pueblos Indígenas (CEDHAPI, AC).

Para Maurilio saber que Irma no aparece en medio de un conflicto comunitario la vuelve aún más vulnerable, porque las personas desplazadas llevan los mismos días que ella desaparecida, solo que a ellos ninguna autoridad les ha garantizado hasta ahora un retorno seguro; sus casas siguen quemadas y destrozadas.

El activista reconoce que una defensora comunitaria corre más riesgo que cualquier otro activista, porque son invisibles. “Una defensora comunitaria no sabe que lo es hasta que tiene que defender su territorio o su bosque como ocurrió con Irma, donde tampoco tiene garantizada la protección. A veces los matan o desaparecen como fue el caso de ella”.

Mediante una acción global #IrmaGalindo #Hastaencontrarte la colectiva #FuturosIndígenas exigió a los Mecanismos  de México encontrar a la guardabosques comunitaria, quién no ha dado rastros de vida desde su desaparición.

Las agresiones contra defensoras y defensores

Irma no aparece y eso es preocupante dice Alberto Xicotencatl, presidente del Consejo Consultivo del Mecanismo, quien alertó en entrevista que hay una “muy seria preocupación” con lo que está pasando respecto a la violencia contra defensoras y defensores.

Aseguró que hasta febrero del 2022, había mil 500 personas dentro del Mecanismo, entre defensoras y periodistas, lo que representa un 70% más con respecto a las personas registradas en 2018.

El presidente del Consejo Consultivo detalló que las agresiones que sufren las mujeres defensoras es una criminalización donde las desprestigian y afectan a su familia y trabajo, mientras que a los hombres los matan o los torturan.

De acuerdo con la Red de Defensoras de México, en lo que va del 2022 se han registrado 46 agresiones a defensoras de los derechos humanos, territorio y de las mujeres, entre ellas la desaparición de Irma Galindo y los feminicidios de Ana Luisa Garduño Juárez y Verónica Guerrero.

El 27 de enero de 2022 en Morelos fue asesinada a balazos Ana Luisa Garduño Juárez. La defensora morelense de 51 años de edad, era fundadora del colectivo “Ana Karen Vive A.C” en honor a su hija, víctima de feminicidio y de la cual añoraba justicia.

Mientras que el feminicidio de Verónica Guerrero de 51 años de edad  ocurrió el pasado 3 de febrero. La abogada era una de las lideresas más visibles del colectivo de vecinos de la colonia Urbi Quintana en Tonalá, Jalisco. Su activismo estaba relacionado en proteger el medio ambiente contra residuos urbanos.

A la Red de Defensoras les preocupa que la seguridad recaiga en agentes de seguridad y las autoridades públicas, ya que consideran que suelen ser quienes cometen las agresiones.

El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) en su informe 2021, señala que en Oaxaca y Morelos, las agresiones registradas se enmarcan en los conflictos socio ambientales por megaproyectos de energía eléctrica que persisten en los territorios, donde se identificaron cinco y tres casos, respectivamente.

Además durante ese año, CEMDA puntualizó que la falta de identificación de los responsables de las agresiones, las sanciones correspondiente y la ausencia de justicia para las víctimas coincide en muchos casos con la presencia de grupos del crimen organizado, en entidades como Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Veracruz, situación que favorece el incremento en los índices de impunidad.

Un mes después de la desaparición de Irma Galindo, el 23 de noviembre,  el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se comprometió a buscarla, pero aún no hay indicios de su paradero.

“Vamos a dar a conocer este caso. Sobre todo procurando que la recuperemos”, dijo en su conferencia matutina.

‘Defender un bosque no debe costarnos la vida‘

Tan sólo 500 kilómetros de distancia divide la mixteca alta de Oaxaca de Naucalpan, Estado de México, vive la periodista y ambientalista, Laura Barranco quién al igual que Irma Galindo ha sufrido acoso y amenazas por evitar la tala clandestina y defender el Parque Nacional de los Remedios.

Laura es beneficiaria del Mecanismo desde el 2019, y no concibe que por “defender un bosque, una mujer o un hombre pierda la vida o la desaparezcan”, como temen pudo haber ocurrido con Irma Galindo Barrios.

Tenaz y contundente, la defensora del Parque Nacional de los Remedios lamenta que en medio de esta indefensión que viven y asegura que lo que abunda es la ineptitud del personal del Mecanismo.

“El personal tiene un desconocimiento absoluto, no tienen idea de los alcances del Mecanismo, y eso es grave, no hay sensibilidad”, dijo.

Ante el panorama violento que viven los que defienden los derechos humanos, el Mecanismo comenzó el pasado 9 de febrero la realización de  Foros  para un análisis sobre  la Ley General de Protección a Personas Defensoras y Periodistas.

Ciudad de México, Oaxaca y Sonora, son las tres ciudades donde se han llevado a cabo estos encuentros y quienes asisten coinciden que hay nula responsabilidad de las autoridades locales. La Red de Mujeres Defensoras asegura que no puede dejar la seguridad en manos de los que las agreden, quienes son agentes de seguridad y funcionarios estatales y locales.