El perdón y la libertad
Regresando al amor

Psicoterapeuta familiar sistémica, escritora, meditadora y activista por la equidad de genero. Su práctica está encaminada al reconocimiento de la herida emocional infantil para el desarrollo integral del adulto consciente. Instagram @rominalcantar

El perdón y la libertad
Foto: Pixabay

Existen en nuestro inconsciente un sinnúmero de definiciones y conceptos que han permanecido en nuestra mente durante toda la vida, dictando nuestros pensamientos, emociones, y por ende, nuestras reacciones. En general, estas definiciones son una percepción, es decir, están basadas en nuestra interpretación de lo que significan. Esa percepción o significado simplemente se creó cuando asociamos un evento en nuestra vida temprana con un comportamiento, una emoción o una respuesta que recibimos de nuestros padres. El perdón es una muestra clara de una de estas definiciones. 

En general creemos que el perdón esta asociado con la culpa. En Occidente, la mayoría de nosotros crecimos con “el pecado” como una parte fundamental de nuestra vida. La religión, para muchos, hizo parte esencial de la formación de nuestras creencias y como tal aportó las bases de lo que la mente inconsciente hoy nos dicta como propio o correcto. Por eso, cuando pensamos en perdón pensamos que ello implica que alguien nos lo pida o nosotros se lo demos a alguien. También que haya una víctima y un victimario, alguien que está por encima del otro, pues tiene el poder ilusorio de poder perdonar. 

Para que podamos avanzar en integrar lo que realmente es el perdón, debemos entonces considerar que este va mucho más allá de yo perdonar a alguien o que alguien me perdone a mí.

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¿Qué debe ser el perdón?

La clave del perdón como una herramienta de transformación es que debe ser reparador, y debe ser útil para que tomemos conciencia y asumamos la responsabilidad de nuestras vidas. Como tal, debemos estar presentes y entender que como víctimas no podemos trascender, pues el dolor centrado en el ego de la víctima genera recriminación, juicio y la necesidad de condenar al victimario. Salir de estado de víctima con una validación de lo que sucedió internamente nos ayuda a encontrar nuestra propia libertad.

El perdón debe ser impersonal: debe ser desconectado de nuestra mente y de nuestras emociones para que así, desde afuera, podamos observar la situación, integrarla y trascenderla. Esta clase de perdón nos regala una energía liberadora, ya que al tener la capacidad de percibir la situación de una forma diferente y amorosa logramos también encontrar la paz que buscamos. 

El enojo y el perdón 

El perdón es esencial para experimentarnos como personas íntegras. Pero, para lograrlo, conviene no reprimir ni negar ninguna de nuestras partes. Nuestra totalidad incluye la capacidad de sentir amor y cariño, pero también de sentir enojo, rabia, resentimiento y vergüenza. Somos una totalidad y no podemos excluir algo.

Para lograr el perdón convendrá que la persona se permita sentir esa rabia o esa ira. Reconocer estos sentimientos es a veces la etapa mas difícil del proceso del perdón. Es común que escondamos la rabia, y la saquemos en depresión, adicciones, miedo, ansiedad, aislamiento, agresividad, automaltrato, culpa o incapacidad para actuar con eficacia en el mundo y poder tener relaciones íntimas sanas.

Necesitamos validar nuestro dolor o el daño causado y transitar por esas emociones sin reprimirlas. Es importante que sepamos que el perdonarnos o perdonar no le resta responsabilidad al otro o a nosotros en su acción, simplemente nos permite no quedarnos “enganchados” en el sufrimiento. 

El perdón es la aceptación total de lo que sucedió, sin significar eso que la situación la merezcamos o la debíamos vivir. 

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¿Cuáles son los beneficios de perdonar a alguien?

Dejar de ponerle una carga emocional alta y negativa a una situación te puede llevar a:

  • Tener relaciones más sanas
  • Mejor salud mental y emocional
  • Menos ansiedad, estrés y enojo
  • Restauración de la coherencia de nuestra vida 
  • Presión arterial más baja
  • Menos síntomas de depresión
  • Un sistema inmunitario más fuerte
  • Mejor autoestima

El perdón como proceso 

El perdón como proceso conciente pasa por diferentes etapas, que llevan a la aceptación total. La aceptación nos ayuda a no resistirnos en el flujo de la vida. 

¿Cómo encontrar ese perdón?

El perdón es un proceso personal y comienza siempre con una decisión conciente, una decisión que nos lleva a la libertad. Es una elección de que algo diferente queremos para nuestras vidas.

En este proceso consciente te podrá ayudar lo siguiente:

Validación. Reconocer el acto y el daño causado. Es común que tendamos a evadir o minimizar el daño causado a otros o a nosotros, validarlo es el primer paso.

Atendiendo las emociones ocultas. Reconociendo las emociones que tengo al recordar a  la persona o el acto (por ejemplo, ira, coraje, tristeza, impotencia decepción).

Responsabilidad. No soy culpable de lo que sucedió. La culpa no tiene sentido, nos limita y paraliza, pero sí tiene sentido tomar responsabilidad. Este aspecto nos ayuda a ser conscientes de nuestros pensamientos a los que les damos poder y las emociones que generan esos pensamientos. 

Humildad. Tras haber asumido la responsabilidad, estar dispuesto a dejar de proyectar y, por tanto, puedo soltar la creencia de que sé los motivos, las soluciones y los propósitos de esta situación. Mi función consiste en ubicarme en un espacio interno de aceptación de lo que es, de este momento, de mí mismo y de la vida.

Voluntad. Creer en mí y en el otro. Elijo ver de otra manera, y transformar la situación en oportunidad y crecimiento, en propósito o en reparación.

Confianza en que todo está bien. El poder confiar en mí y no esperar que haya un cambio en el otro por lo sucedido. No aguardar a que después de vivir el perdón algo cambie en actitud del otro.

El perdón y la libertad 

El perdón implica desapegarse de la memoria de dolor, de la carga emocional y es, por tanto, un camino de liberación de la mente

Es importante saber que perdonar no significa que tendrás que tener relación con la situación o persona, ni tampoco que no vayas a recordar lo sucedido. La importancia del perdón viene del cambio en tu relación interna con lo sucedido.

Recuerda que la acción de perdonarte o perdonar a otro es un proceso personal que siempre te llevara a la libertad, al respeto, a la empatía y a la paz.

“Si pudiéramos leer la historia secreta de nuestros enemigos, se desarmaría cualquier hostilidad”. Henry Wadsworth

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