Zaldívar contra Zaldívar
#LaCasadelosEspejos

Periodista. Editor de Política en La-Lista.

Zaldívar contra Zaldívar

“Estos son mis principiossi no te gustan tengo otros“, es una frase que bien podría aplicar para buena parte de la clase política en México y esta semana aplica para el exministro Arturo Zaldívar.

En 2018, Zaldívar se mostró abiertamente en contra de la elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular.

El Zaldívar de 2018 decía que “en muchas ocasiones los jueces tenemos que ser impopulares, mucho de lo que nosotros hacemos es contramayoritario, porque es defender los derechos de las minorías incluso frente a las mayorías. Me parece que si fuera por elección popular se desnaturaliza la función del juez constitucional“.

Y remachó: “Los puestos constitucionales es un cargo técnico, que tiene que estar designado o nombrado a través de un proceso técnico, a través de perfiles adecuados”. Ello en plena defensa de la carrera judicial.

El jueves de la semana pasada, al ser considerado en el primer foro sobre la reforma judicial, a pesar de no ser un miembro activo, Zaldívar ya defendió la propuesta de la iniciativa presidencial, que contempla votar a los jueces, magistrados y ministros, en lugar de que los primeros se elijan por carrera judicial y los últimos a propuesta del presidente y aprobación del Senado.

El cambio de postura de Zaldívar no tiene un argumento de fondo, más que el hecho de que muchísima gente votó por Morena.

“Tenemos hoy un claro mandato popular que no podemos traicionar. Más de 35 millones de mexicanos y mexicanas, casi 36 millones de votos, votaron por el plan C y porque las mexicanas y mexicanos elijamos a nuestros jueces y jueces en las urnas, mediante el voto popular”, indicó.

Zaldívar no aportó ninguna prueba sobre en qué mejorará votar a los choferes del autobús, cuando el problema son el autobús y la carretera.

Me quedo con el Zaldívar de 2018.

Espejos rotos: En la semana circuló información sobre un complot para destituir a la presidenta Norma Piña. La sed de venganza contra ella es tal, que hasta pusieron con toda la mala fe a Zaldívar a hablar después de Piña, sin respetar rangos. Lo más digno fue ver cómo el ministro Alberto Pérez Dayán de plano se paró y se fue, en lugar de escuchar al exministro. Norma Piña sólo sonreía al ver cómo prácticamente la culpaba.

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