Un pañuelo verde para EU
Deuda Histérica

Feminista, se identifica como chicana por haber nacido en Estados Unidos y crecer en la frontera de Tijuana. Activista por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Abogada, presentadora de televisión, analista política y columnista. Conductora de La deuda histérica en La-Lista.

Twitter: @EstefaniaVeloz

Un pañuelo verde para EU
Foto: Alexa Herrera / La-Lista

Hace más de tres meses que la Corte Suprema de Estados Unidos revirtió el fallo del caso Roe v. Wade, volviendo a hacer ilegal el aborto en el país vecino y quitándole la protección constitucional que le había sido otorgada más de 30 años atrás. 

Desde entonces se han ido imponiendo más y más restricciones legales, siendo la más reciente la imposibilidad de adquirir pastillas para interrumpir el embarazo en casa. En paralelo, poco a poco se han ido tejiendo redes de apoyo que llegan hasta México, con mujeres estadounidenses cruzando la frontera para recibir atención en clínicas en lugares como Tijuana, donde el aborto sí es legal, e incluso con colectivas nacionales que se han encargo de suministrarles las medicinas que requieren.

Además, organizaciones de derechos reproductivos y miles de mujeres han tomado la calles de Washington para exigir la restitución de un derecho humano: el poder elegir sobre sus propios cuerpos. Una de las imágenes más impactantes fue la que muestra a la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, la senadora Elizabeth Warren y la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, junto a otras mujeres congresistas estadounidenses, vestidas de verde y usando pañuelo verde, un símbolo del movimiento feminista latinoamericano. 

El pañuelo verde, símbolo del aborto legal, surgió durante las manifestaciones feministas en Argentina, país donde los pañuelos tienen una carga histórica por las madres de la Plaza de Mayo que, usando un pañuelo blanco, buscan a sus hijas e hijos desaparecidos por la dictadura militar.  Pronto el color verde llegó a todos los países de América Latina, inundando las calles con las marchas del 8 de marzo. 

De esta manera, la marea verde ha ido conquistando el derecho a decidir, primero en Argentina, luego en México y después en Colombia, pero mientras en el sur se avanza, en el norte se retrocede con un sistema judicial de ultraderecha fundamentalista, impuesto por la administración del expresidente Donald Trump. 

En este contexto, las mujeres estadounidenses han volteado a ver el movimiento feminista latinoamericano para adoptar formas de resistencia de un grupo que, en esta ocasión, está ganando más batallas que el país de las libertades. Ellas han hecho del pañuelo verde también su bandera, unificando así un movimiento mucho más grande que cualquier frontera.

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