La degradación de la Conabio y las prioridades del gobierno

El 16 de marzo de 1992 fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo por el que se creó la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio). Entre los considerandos de este documento se resaltó el hecho de que en México “existe un gran número de especies animales y vegetales que son únicas en el planeta y que muchas de ellas se encuentran amenazadas o en peligro de extinción…”, teniendo que “es reconocido como uno de los lugares de mayor diversidad biológica en el planeta, algunas estimaciones recientes indican que entre un 8 y 10% de las especies de plantas y animales vertebrados terrestres del mundo concurren dentro del país”.

Fue en ese mismo acuerdo a través del cual se creó con carácter permanente la Conabio, dándole además la característica de tratarse de una de tipo intersecretarial.  Respecto de este tipo de entes, el artículo 21 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal señala actualmente que el Presidente de la República puede constituir este tipo de comisiones para el mejor despacho de los asuntos a su cargo, teniendo como característica que en ese tipo de asunto se requiere la intervención de varias Secretarías de Estado, pudiendo además integrarse otro tipo de instituciones. Es decir, la transversalidad es la prueba clara de la importancia que tienen asuntos como los abordados por instituciones como de la que se habla.

Hoy, la Conabio se encuentra integrada por 10 Secretarías de Estado y se encarga básicamente de “promover, coordinar, apoyar y realizar actividades dirigidas al conocimiento de la diversidad biológica, así como a su conservación y uso sustentable para beneficio de la sociedad”.

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A pesar de lo anterior y de lo apremiante que es no solo para el país sino para el mundo entero llevar a cabo acciones contundentes en aras de garantizar condiciones mínimas para la supervivencia de las generaciones futuras, esto no es considerado así por el actual gobierno y mucho menos ha sido una de sus prioridades.

Esto lo afirmo luego de conocer de diversos momentos en que desde el propio poder público se ha soslayado lo relacionado con vivir en un medio ambiente sano y se ha privilegiado una forma de actuar que en buena parte del mundo desarrollado ha quedado atrás. El caso de la Conabio no es la excepción, ya que en las últimas semanas se ha conocido de la intención del gobierno de darle una forma diferente por la que prácticamente su pertenencia a una sola Secretaría de Estado (la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) abandonaría de inmediato la transversalidad que ha caracterizado la realización de sus funciones y, por consecuencia, degradaría la importancia que se le da a esta que, en definitiva, es una muy relevante tarea.

Tal como lo afirma nuestra Universidad Nacional, el hecho de que la intención del Gobierno de México se concrete significaría “un retroceso en la capacidad del Estado para abordar los desafíos ambientales y adaptarse a las fluctuaciones políticas, poniendo en riesgo el gran valor del capital natural de México y que la toma de decisiones para el desarrollo sostenible del país se lleve a cabo de manera informada”.

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