2021, ¿el año de la cerveza artesanal?
Desde el Rincón
2021, ¿el año de la cerveza artesanal?
Foto: Cerdadebbie / Pixabay.

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Una de las industrias que degustó particularmente el agridulce sabor de la pandemia fue la cervecera, y más aún el de la cerveza artesanal. Si bien sus ventas se dispararon tras el paro de actividades de los grandes productores, ese efecto se disipó como la espuma y regresó a algunas a su realidad con un duro golpe, que en ocasiones significó bajar la cortina.

Mientras la caja registradora no paraba por los viejos y nuevos clientes, debido a la escasez de cerveza industrial (como se le dice en el argot chelero a las producidas por las grandes compañías), su inventario cada vez se reducía más y la falta de producción era ese cuentagotas que estaba por derramar el vaso. Y para muchos de estos cerveceros la realidad llegó.

Sin producto que vender y sin la posibilidad de crear más, las cuentas por pagar sustituían a los billetes que poco antes se apilaban gracias a la sed (y a la lealtad) del mexicano por este tipo de bebida. Recortes de personal o de producción, menores ventas o ampliar el crédito a los centros de consumo con tal de “vender” algo, fueron decisiones que los microcerveceros tuvieron que tomar para sobrevivir; y en otros casos se decidió tirar la toalla para no arriesgar el poco o mucho patrimonio que tienen.

Lo cierto es que esta no es la primera ni la única crisis que ha enfrentado este sector. Desde sus primeros pasos en el país como industria (hace casi una década) se ha acostumbrado nadar contracorriente y con peso adicional, ya sea por el freno que se presume viene desde los grandes grupos cerveceros o la alta carga impositiva, la cerveza artesanal está acostumbrada a salir adelante.

Y 2021 podría ser un mejor año para estos cerveceros. En sus primeras mediciones, la producción de cerveza artesanal en el país era apenas de 10,594 hectolitros y eso apenas representaba el 0.01% de la producción nacional total de esta bebida; en 2018, siendo el dato más reciente disponible de la industria, creció a 189,250 hectolitros, avanzando a una participación de 0.16%. La expectativa es que antes de la pandemia alcanzara cuando menos 0.25%, la cuarta parte de un punto porcentual; y que aún con la pandemia al menos se mantenga la tendencia de crecimiento.

Pero más allá de los números fríos, la algarabía de los cerveceros podría darse si por fin hay avances en las discusiones sobre el IEPS, ese impuesto especial que se paga por la producción y venta o importación de gasolinas, alcoholes, cerveza y tabacos, principalmente. Actualizar este gravamen haría más competitiva la producción de cerveza artesanal, y sobre todo en momentos en que necesita un empuje para salir adelante y proteger los cerca de 12 mil empleos que genera.

La propuesta que está en la Cámara de Diputados plantea, entre otros puntos, reducir del 16 al 10% la tasa del IEPS, que por sí misma impulsaría a las pequeñas y medianas empresas productoras de esta bebida. Y lo que nos cuentan es que la apertura de los legisladores para empaparse y entender de qué se trata esta industria, da señales y esperanzas de que 2021 sea por fin su año.

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