57 Channels (And Nothin’ On)
Ángel Guardián
57 Channels (And Nothin’ On)
Foto: Michal Lis/Unsplash.com

Hace casi 30 años (se estrenó en 1992), Bruce Springsteen cantaba esta oda a la nada, o al exceso. El exceso de tener una gran oferta de canales en su sistema de “entretenimiento casero” y no tener nada que ver.

Ahora que The Boss estrenó su documental Letter to You en Apple TV+ y que protagonizó un anuncio en YouTube y la tele abierta de EU para el Super Bowl (que luego Jeep retiró porque a Bruce lo multaron por manejar su moto supuestamente bajo la influencia del alcohol), me pregunto qué cantaría ante la enorme oferta de canales y servicios de streaming.

A la pantagruélica cantidad de canales en los paquetes grandes de Sky, izzi, TotalPlay, etcétera, hay que sumar todos los servicios de streaming que están brotando en México como hongos.

Netflix, Prime Video de Amazon, Disney+, Apple TV+, Paramount+, HBO GO, Europa+, Starz, Mubi, Cinépolis Klic, ClaroVideo, PlutoTv… sólo por mencionar algunos que he probado en determinado momento.

Más allá de tener estas enormes opciones de entretenimiento, lo que falta es tiempo para ver y sopesar la valía de cada uno de ellos.

Claro, me quedo, por ejemplo, con Sky, porque como dice el infame Piojo Herrera, la verdad es que nadie ofrece más futbol que esa opción de TV de paga. Siendo como somos chez Ángeles de pamboleros, la verdad sí que le sacamos jugo. Pero de los demás canales que nos da este sistema, canto con Bruce: 57 channels (and nothin’ on).

Lo mismo me pasa con los de streaming. Al principio uno hace cuentas: qué tanto es 129 pesitos… 79 pesitos… 99 pesitos… 119… o no hay problema si el servicio de Telmex de banda ancha ofrece su ClaroVideo ‘gratis’… pero esos paguitos, a la mera hora se convierten en una rentita.

Y ahí están. Sin organización ni nada (ya entraré probablemente a la onda Roku) ofreciendo diversión sin fin. Como ironía del destino y en total cacofonía, confinamiento rima con entretenimiento. Pero hasta ahí. No hay ninguna correlación entre las horas que la pandemia y el semáforo rojo obligan a uno a quedarse en casa y tener disponibilidad para ver algo y clavarse en el ocio.

Ya quisiera ser Álvaro Cueva (sin barba fea y sin tatuajes) para poder ver TV ad nauseam. Ya quisiera poder disfrutar de toda esa oferta en mi pantalla plana. Pero no. Hay mucho por hacer, pocas horas para conseguirlo y 57 channels (and nothin’ on).

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