Orgullo omnipresente
Futuros alternos

Es escritor, periodista, locutor, productor de radio y gestor cultural. Sus textos han aparecido en catálogos como Crafting our Digital Futures (Victoria & Albert Museum) y Do Flex Text (Buró Buró).

Ha escrito para Vogue, RollingStone, Revista 192, Esquire, Código, El Universal, entre otros, y colaborado en Imagen Radio, Ibero 909, Reactor, Milenio Televisión, Bullterrier FM y Aire Libre FM.

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Orgullo omnipresente
Foto: Alexa Herrera / La-Lista

Año 1889: Amelio Robles nace en Guerrero. Unos años después, en 1912 se une al batallón a cargo del mismo Emiliano Zapata. Es un revolucionario transgénero en toda la extensión de la palabra. Se dice que gracias a una acta de nacimiento apócrifa, logró que la Secretaría de la Defensa Nacional le reconociera como un veterano de guerra. Hoy es una figura histórica que podemos considerar inicial en la visibilización de la comunidad trans en nuestro país.

La historia la escriben quienes ganan, dicen por ahí y en ello hay mucho de cierto. Una figura como Amelio Robles nos recuerda que la T de LGBT+ ha existido siempre, pero verles nunca ha sido una norma. Hoy, como si siguiéramos en esos tiempos, continúan viviendo condiciones de discriminación en todos los niveles. Se ha avanzado, pero falta mucho.

Año 1945: Gabriela Mistral hace del Nobel de Literatura territorio latinoamericano. Primera mujer (y hasta ahora única) en ganar el famoso galardón. Gabriela Mistral: la chilena “santa”, la “madre”, la lesbiana. “La maestra de América”: incluso así. Gabriela Mistral de quien se guardó por mucho tiempo la referencia a su lesbianismo por eso llamado “costumbres”, porque nombrar es peligroso: hace evidente que algo existe.

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Luego de ella muchas más: aun así se tiene que seguir trabajando para que haya más espacios para mujeres en las letras y qué decir para que haya voces representativas de la comunidad L de LGBT+. Hay quien todavía las sigue llamando tortillas”, “machorras”, “lenchas” y, con todo y la reapropiación que han hecho de los usos de tales palabras, hay quien quiere seguir usándolas para insultar. Sin entender que no entiende.

Año 1973: “Enséñame un homosexual feliz y yo te mostraré el cadáver de un gay”, dice uno de los personajes de Mart Crowley en su obra The boys in the band, puesta en escena y producida por Nancy Cárdenas que logró mantenerse en cartelera gracias a la protesta organizada de la comunidad cultural, pues al entonces jefe de la entonces delegación Benito Juárez le parecía un atentado “contra la moral y las buenas costumbres”. En 1974, la ya muy polémica Cárdenas sale del clóset en cadena nacional frente al entonces todopoderoso Jacobo Zabludovsky. Una lesbiana en cadena nacional.

Con todo y ello, en pleno 2021 sigue siendo poco común ver representaciones de personajes homosexuales en todavía muchos espacios y medios. Hemos avanzado, pero todavía tenemos que regresar a explicar en incontables ocasiones porqué gritar “Puto” en un estadio no es un ardid cultural o porqué ser lesbiana no está relacionado con “mal coger”. Eso, como mero ejemplo.

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El Covid trajo a flote muchas situaciones a pensar: casos como el de la Casa Frida (refugio que acogió a personas LGBT+ que tuvieron que huir de sus hogares durante la pandemia) son un ejemplo claro de las violencias a las que la comunidad se sigue enfrentando en sus propias casas.

Las elecciones más violentas de la historia trajeron buenas noticias: sí, mayor y evidente representatividad, pero también un mensaje claro: hay quien no nos quiere y ni siquiera pretende vernos. Pero aquí estamos y seguiremos.

La emergencia climática, por otro lado, también nos está demostrando la urgente necesidad de una acción global organizada que nos permita romper con el sistema de explotación que la genera. ¿Sistema de explotación? Por supuesto que entendemos: de ese tipo de lucha venimos y hoy, bajo colectividades como los movimientos ecofeministas y las mareas en general, las llamadas minorías sexuales vamos en contingente. Porque desde la igualdad se puede solucionar esta situación que todavía tiene posibilidades.

Es junio pero el orgullo no tiene fecha de caducidad.

Miguel Ángel Ángeles es escritor, periodista, locutor y productor en Aire Libre 105.3 FM y gestor cultural. Ha escrito para medios como Vogue, RollingStone, QUIÉN, Esquire, Código, El Universal entre otros, y colaborado en Imagen Radio, Ibero 909, Reactor,  Bullterrier FM y Milenio Televisión, entre otros. Cree que otro mundo es posible.

[email protected] / Twitter: @mangelangeles / IG: @miguelangelangeles

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