Noticias falsas
Economía Aspiracionista

Manuel Molano es un economista con experiencia en el sector público y privado. Es asesor en AGON Economía Derecho Estrategia y consejero de México Unido contra la Delincuencia. Twitter: @mjmolano

Noticias falsas
Imagen: Paolo Aguilar/EFE.

A raíz de mi anterior contribución en La-Lista, en la que escribí sobre los acontecimientos recientes en la isla de Cuba, recibí de una persona conocida un titular de portada del periódico oficial Granma donde se citaba a Miguel Díaz-Canel diciendo que en los próximos días les llegaría un embarque de armamento procedente de México. Pregunté por todas partes si ese titular era cierto, y nadie me supo dar razón. Es muy posible que Granma nunca haya publicado la noticia.

Vivimos en una época de tal flujo de información, que es muy difícil saber qué es cierto y que no. Hasta el presidente de la República se refiere a las paparruchas o noticias falsas por su nombre en inglés: fake news. Son un problema serio de las democracias, porque dan origen a narrativas completamente distintas de las oficiales, de las bien informadas, y hasta de las generalmente aceptadas. Cuando la gente no sabe en qué creer, hay un problema de desinformación menos grave que cuando la gente acepta un conjunto de noticias como ciertas simplemente porque encuadran en sus nociones preestablecidas.

Este fenómeno no solamente es mexicano, es global. En Estados Unidos fueron famosos los rumores en Facebook y otras redes sociales sobre la existencia de QAnon, una organización de miembros del Estado profundo que supuestamente denunciaba a otro conjunto de oficiales dedicados a la pederastia y otros crímenes. El mito de QAnon decía que el expresidente Donal Trump era el gran líder luchando por detener estas atrocidades y llevar a la justicia a los criminales  que se dedicaban a lastimar a la infancia de los Estados Unidos.

Lee también: Así se engaña en abril: desde criptomonedas a redes sociales para vacas y ‘fake news’ 

Siempre se han usado mitos para mantener el orden social. En 2015, la Iglesia católica, a través del papa Francisco I, declaró que no hay referencia en los libros sagrados al infierno como un lugar de penitencia eterna. Los 2014 años de retraso en la noticia podrían ser responsable de mucho sufrimiento en vida. Es muy posible que muchas de las prohibiciones del Kosher judaico sean más un código de higiene y sanidad de productos animales que un mandato sagrado. La prohibición en el hinduismo de matar a las vacas puede tener un sentido económico, para que las destinaran a la producción de leche y no de carne, y ello permitiera mitigar la pobreza.

La novedad con las noticias falsas es que se democratiza en esta época la producción de estos mitos existenciales, con lo cual no tiene que ser la autoridad civil o religiosa la que establece un mito. Ya cualquiera con una conexión a internet puede establecer un culto a una verdad dudosa. Claro, la competencia hace que no todas las narrativas absurdas vuelen, pero aquellas que son exitosas se pueden volver muy exitosas. 

Las falsedades en conflicto están en la raíz de la polarización de las sociedades. Un individuo libre y consciente de su individualidad, como lo imaginaron los filósofos liberales del S. XVIII, no tendría que ser un peligro para la sociedad. Pero dos bandos de locos siguiendo ideas de dudosa veracidad, sí que lo son.

Si no queremos volver a creer en líderes o expertos, tendremos que creer en un método para llegar a la verdad. El de la ciencia es bastante bueno, pero en estos tiempos también se le desprestigia. ¿Cómo restablecemos la confianza entre nosotros, y cuestionamos lo que creemos que sabemos? No lo sé. Hay que empezar por considerar que podemos estar equivocados.

Síguenos en

Google News
Flipboard