¿Qué puede hacer el diseño?

La COP26 nos deja claro que hay una serie de mecanismos que nos han llevado al lugar en el que estamos: uno de emergencia apenas a unos minutos de ese reloj que marca la llegada del último de los cataclismos.

Un séquito de autos escoltado al presidente estadounidense Joe Biden. Boris Johnson durmiendo frente a Sir David Attenborough. México firmando acuerdos pero con el Tren Maya como plan de sexenio y la refinería de Dos Bocas como sello de la casa.

¿Se puede hacer algo? A estas alturas del partido es impensable estar del lado de quienes creen que no. Corren peligro las vidas de absolutamente todas las criaturas, no solo las humanas. En un momento tan crucial como el que vivimos: ¿a dónde voltear a ver?

Al diseño. Vale la pena pensar la pertinencia de una idea de este tipo por una razón sencilla: en estos últimos dos años de emergencia sanitaria hemos podido volcar nuestra confianza tanto a la ciencia como a la medicina, y también, aunque sea de manera menos notoria, al diseño.

No basta citar ejemplos exitosos como los cubrebocas o las salas de hospital efímeras dispuestas a lo largo de todo el mundo cuando fue necesario, también hay que ver la manera en que el diseño hizo llevadera la vida dentro y fuera de casa. En todos los sentidos y para todos los sentidos.

Hace unos días gracias a la oportunidad de conducir el festival WDCD México GNP 2021 (What Design Can Do) tuve la oportunidad de conocer un grupo de personas que están encabezando iniciativas que hablan de un presente que promete mucho futuro.

Arquitectura en manos de Pedro y Juana (Ana Paula Ruiz Galindo y Mecky Reuss), diseño artesanal de vanguardia que tiene como uno de sus ejes la preservación del medioambiente (Fernando Laposse) o auténticas estrellas como Porfirio Gutiérrez, un personaje que desde su trinchera artesanal nos hace reflexionar sobre cómo es que tendríamos que entender el trabajo que se teje alrededor de los saberes ancestrales en un tiempo como el que vivimos.

Un festival de diseño para regresar de pandemia no parecería la más importante de las prioridades y, sin embargo, cumple todas las expectativas que se puede tener de una disciplina de la que dependemos como especie.

Porque eso es el diseño: un triunfo de la inteligencia humana que podría ser la clave para la sobrevivencia planetaria.