Política Postpandemia
Ciudadano Político

Provocador de ciudadanos, creador de espacios de encuentro y conocimiento. Exservidor público con ganas de regresar un día más preparado. Abogado y politólogo con aspiraciones de chef. Crítico de los malos gobiernos y buscador de alternativas democráticas. Twitter: @MaxKaiser75

Política Postpandemia

A Morena le urgía regresar a las calles. Con las redes sociales perdidas y volteadas en su contra, difundiendo datos del fracaso, críticas a sus políticas y evidenciando las tragedias provocadas por ellos, como el desabasto de medicinas o el pésimo manejo de la pandemia, les urgía inventar una nueva causa para estar en las calles con su mercado electoral. 

Les urgía reactivar a su base de electores, y decidieron hacerlo a través de una farsa completa. Me explico. 

En 2019 se reformó el artículo 35 de la Constitución para incluir en la fracción IX el derecho de los ciudadanos a participar en los procesos de “Revocación de Mandato”. Durante los 3 meses posteriores a la mitad de un sexenio en curso, un mínimo de 3% de ciudadanos de la lista nominal pueden pedirle al Instituto Nacional Electoral que convoque al proceso para revocar el mandato del presidente en funciones. 

Más allá del absurdo democrático que esto represente (que no comentaré en este texto) se trata, evidentemente, de una reforma que pretende dar el derecho de remover al Presidente de la República, a la mitad de su periodo, a personas que creen que no debe terminarlo. Es decir, se trata de un derecho de los inconformes, de los opositores al presidente, de quienes quieren evitar que siga en la titularidad del Poder Ejecutivo del país. El presidente actual, el señor López, fue electo en 2018 para un término de 6 años. Su popularidad se mantiene alta, y la gran mayoría de sus opositores tenemos claro que apenas va a la mitad, y que debe concluir su periodo, para rendir cuentas. Ningún grupo serio de la oposición pretende activar el dispositivo constitucional de revocación.

 ¿Quién lo promueve entonces? Por ridículo que parezca, el propio presidente y su partido pretenden activarlo. Y lo hacen con tres trampas evidentes. La primera trampa es que le hacen creer a la gente que el mandato de 6 años del presidente está en algún tipo de riesgo y que es importante salvarlo. La segunda trampa es que en toda la publicidad y propaganda sustituyeron la palabra “revocación” por la palabra “ratificación”, para justificar que sea el mismo partido en el poder el que pretende activar el proceso. Y la tercera trampa, quizá la más peligrosa, es que tienen de rehén al Instituto Nacional Electoral: le exigen organizar un proceso que está siendo convocado por quién no podría convocarlo, llenarán cajas de documentos que no probarán el 3% de electores necesarios, y como tiro de gracia, le quitaron el presupuesto necesario al ejercicio. ¿Con qué objeto hacen estas tres cosas? Con el objeto de acusar al INE del fracaso que se avecina, y con eso movilizar a su base para apoyar una reforma constitucional que lo destruya. Se vuelve a polarizar al país, se activa su electorado y se daña al Instituto que odian.

Así, esta farsa es perversa y peligrosa, además de ilegal. ¿Quiénes son esas “organizaciones” que utilizan los colores y slogans de Morena, que piden firmas en las calles? ¿Quién los financia? ¿De dónde sale el dinero y quién lo maneja?

Los cierto es que Morena está en las calles. Cometiendo delitos y engañando a la gente, pero está en las calles.

Y ¿el resto de los ciudadanos? ¿qué estamos haciendo los ciudadanos que vemos el peligro inminente? Estamos haciendo muy poco, muy mal organizado, muy poco claro y muy poco eficaz

No concuerdo con aquellos que dicen que el activismo en las redes sociales es inútil. Es importantísimo para informar, activar, movilizar y para desenmascarar las mentiras del gobierno actual. Los datos duros confirman que hoy más mexicanos se informan a través de las redes sociales, respecto de lo que sucede en su país, que de los medios tradicionales. La Ciudad de México se transformó electoralmente por completo, en las últimas elecciones, con campañas que prácticamente sólo se hicieron en las redes.

Si no fueran importantes, el presidente y su empleada de la voz angustiada no dedicarían los miércoles a golpear a quienes utilizamos las redes para levantar la voz. 

Pero es claramente insuficiente. Tenemos 2 años para organizar un movimiento ciudadano que utilice eficazmente las redes sociales, pero también haga política de tierra, cuerpo a cuerpo y cara a cara, con los ciudadanos inconformes. Si Morena ya dio por terminada la pandemia y salió a las calles a mentirle a su gente, debemos regresar todos a las calles a informar y a organizar a todos esos mexicanos que saben que su país no va bien, y a darles una alternativa, una visión diferente del país, que puedan apoyar y difundir. Es momento de hacer nuestra la política, en el ciberespacio, y en el asfalto. 

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