¿Culpable por no sentirte productivo? El síndrome de la autoexplotación 
Contextos

Reportero egresado de la UNAM, formó parte de los equipos de Forbes México y La-Lista. Con experiencia en cobertura de derechos humanos, cultura y perspectiva de género. Actualmente está al frente de la Revista Danzoneros. X: @arturoordaz_

¿Culpable por no sentirte productivo? El síndrome de la autoexplotación 
Foto: Pixabay

“Avísame cuando toda tu vida (personal) esté arruinada, será el momento de un ascenso”. Es la frase que le dice Nigel a Andrea en la película El diablo viste a la moda. Esta cinta retrata las peripecias que sufren los trabajadores de una revista de moda que, a pesar de sufrir estragos físicos y emocionales, laboran en pro de la publicación. 

De adolescente me tomé muy a pecho esta frase. Cuando cursé la licenciatura en comunicación y periodismo muchas personas me advirtieron que tenía que dejar mi vida personal por el trabajo. “El periodismo nunca duerme”, esa oración la amé, pero poco tiempo. 

Tener un día productivo nos da satisfacción, a pesar del cansancio que esto genere, saciamos una necesidad social de estar activos. Pero, ¿qué pasa cuando nos quedamos sin laborar o sin una actividad lucrativa? La Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica la depresión como una enfermedad que se puede desarrollar durante un duelo, como una muerte o el desempleo. 

Durante junio de 2020, la tasa de desempleo se situó en 5.5%, una de las cifras más altas en los últimos dos años debido a la pandemia de Covid-19. Para febrero de 2022, este número fue de 3.7%, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi). 

En su ensayo La sociedad del cansancio, Byung-Chul Han relacionó esa demanda de productividad por parte de nosotros mismos con la fatiga física y mental. “Lo que provoca la depresión por agotamiento no es el imperativo de pertenecer solo a sí mismo, sino la presión por el rendimiento”. 

Cuando uno deja de producir o generar capital, deja de ser redituable para la sociedad y el sistema. Nunca es suficiente el dejar de prepararse, el tiempo libre se convierte en una holgazanería. “En realidad, lo que enferma no es el exceso de responsabilidad e iniciativa, sino el imperativo del rendimiento, como nuevo mandato de la sociedad del trabajo tardomoderna”, sentenció el filósofo norcoreano. 

Este nivel de exigencia se agudiza a tal nivel, según Byung-Chul Han, que se convierte en autoexplotación, junto con un sentimiento de libertad. Uno mismo se vuelve víctima y verdugo, el explotador es explotado. “Las enfermedades psíquicas de la sociedad de rendimiento constituyen precisamente las manifestaciones patológicas de esta libertad paradójica”. 

De acuerdo con cifras del Observatorio de Acción Ciudadana Contra la Pobreza, más de 15 millones de mexicanos trabajan más de 9.6 horas al día en México. Además, el 11% de las discapacidades laborales en el país tienen que ver con trastornos mentales relacionados con el trabajo, según datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).

Es difícil dejarse sentir no productivo con el sistema, no cumplir con las expectativas propias y ajenas. La mejor productividad que podemos tener es la que trabajamos para con nosotros mismos, física y mentalmente. ¿Tú también te sientes mal cuando no estás haciendo algo? 

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