¿Qué diablos pasa en el parlamento de Reino Unido?
Tácticas Parlamentarias

Analista y consultor político. Licenciado en Ciencia Política por el ITAM y maestro en Estudios Legislativos por la Universidad de Hull en Reino Unido. Es coordinador del Diplomado en Planeación y Operación Legislativa en el ITAM. Twitter: @FernandoDworak

¿Qué diablos pasa en el parlamento de Reino Unido?
Foto: parliament.uk

Si bien es cierto que cada nación tiene sus particularidades, se nos ha enseñado a ver a los británicos como extraños o más bien excéntricos, desde el lado de la calle en el que circulan los automóviles, pasando por las cervezas tibias, hasta reconocer que su única comida tradicional que vale la pena es el desayuno. Eso sin contar con que a partir de los años 70 del siglo pasado su moneda dejó de tener un complejo sistema de fracciones a la libra, adoptándose un sistema decimal estándar.

Esa imagen de diferencia puede llevar a equívocos, como creer que el sistema parlamentario más antiguo del mundo en funcionamiento debería ser avanzado en cuanto a procedimientos. De hecho, se engañaría quien entre a Westminster pensando encontrar un tablero electrónico o curules para cada integrante de la Cámara de los Comunes. A decir verdad, solo hay dos graderíos contrapuestos, el del gobierno y la oposición, donde cada bancada piensa en subyugar a la otra y cuyos únicos lugares reservados son para el gabinete del primer ministro y el del liderazgo opositor, o gabinete de sombra.

Tampoco hay comisiones dictaminadoras permanentes, especialización de integrantes en algún tema público o discusiones técnicamente sólidas, más allá de pirotecnia retórica. La razón: cualquier persona política ambiciosa que aspire al cargo de primer ministro sabe que la única forma de lograrlo no solo es a través de una carrera que inicie, se desarrolle y culmine en la Cámara de los Comunes, sino que también se debe construir un liderazgo que le permita llegar ahí y permanecer el mayor tiempo posible.

Por si fuera poco, no hay una Constitución codificada, que defina todos los requisitos y procedimientos para acceder al poder, salvo la Carta de Derechos de 1689, que establece la soberanía del parlamento y otorga a sus integrantes garantías para proteger su función. Por lo cual, todos los criterios y procesos se han construido, literalmente, sobre la marcha, a través de antecedentes y coyunturas. ¿Complejo? Apenas estamos entrando en materia para entender qué está pasando en Reino Unido, así que entremos en materia.

De 2015 a hoy, solo han tenido lugar dos elecciones generales, siendo la segunda en 2019. Sin embargo, han desfilado cinco personas por la jefatura de gobierno: James Cameron, Theresa May, Boris Johnson, Liz Truss y el recién llegado Rishi Sunak. Esto se debe a que en Reino Unido se vota por un partido que, sea por sí o a través de una coalición, tenga la mayoría de asientos en el parlamento para formar un gobierno. Mientras esa mayoría se mantenga, se entiende que el grupo parlamentario mayoritario puede poner o quitar a quien ocupe los cargos de liderazgo partidista y jefatura de gobierno. Lo anterior significa que Cameron, May, Johnson y Truss perdieron la confianza del partido conservador en determinados momentos, por lo que se designaron liderazgos distintos.

¿Periodos electorales? Eso no existe en Reino Unido: solamente se tiene claro que, salvo casos de crisis de gobierno o de liderazgos, donde el parlamento le retire la confianza al gobierno y se deban convocar a nuevas votaciones, los periodos duran entre tres y cinco años, a criterio de quien tenga el primer ministerio. Lo anterior se puede prestar a una táctica de permanencia: si el gobierno se siente con gran popularidad en el año tres, puede convocar a elecciones para quedarse al menos otros cinco años más. En cambio, si no tiene suficiente popularidad, aguantará hasta el año cinco. ¿Cuándo deberían convocarse elecciones generales? Bajo este criterio, en algún momento entre finales de 2024 e inicios de 2025: sin prisa, pero sin pausa.

Para hacer todo esto más sencillo, el desfile de primeras personas ministras se ha dado por una serie de crisis de gobierno detonadas por el Brexit, una crisis económica o fallas de liderazgo, pero no han sido tan graves como para convocar elecciones anticipadas. Los errores tampoco han fragmentado al Partido Conservador más allá de intrigas palaciegas dignas de cualquier thriller político. ¿Logrará conservar este partido el poder? Dependerá qué tan bien haga las cosas Rishi Sunak, o si saben jugar sus cartas los laboristas.

Síguenos en

Google News
Flipboard