#25N | ¿Quién ejerce las violencias de género contra las mujeres?

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) es quizás el instrumento más importante para medir las violencias de género contra las mujeres en México. Cuenta actualmente con cinco ediciones y, desde 2003 hasta 2021, la encuesta nos ha dado un panorama general de las transformaciones en las dinámicas de violencia en sus diferentes tipos (física, emocional, sexual, patrimonial, económica y discriminación) y modalidades (familiar, comunitario, laboral y escolar). 

Un análisis que me parece fundamental visibilizar, dentro de los muchos otros que se pueden lograr con la Endireh, es saber quiénes ejercen las violencias, de qué tipos y en qué espacios. Si bien se ha destacado el aumento de la violencia en general, es importante desagregar la información y observar que no todos los tipos de violencia aumentaron y, sobre todo, saber qué patrones han cambiado sobre las personas y espacios en donde las ejercen. 

De acuerdo con la Endireh, la violencia en general ha tenido variaciones en estos casi 20 años de aplicación. Solo en el año 2011 se registró un descenso respecto al año 2006: 67 a 62.8%, pero en los años siguientes se ha mantenido un incremento constante hasta llegar al 70.1% de prevalencia en 2021. 

Fuente: Elaboración propia con base en los datos de ENDIREH 2006,2011, 2016 y 2021.

Valores expresados en porcentajes*

Como vemos, cuando desagregamos por persona agresora, observamos cambios significativos. Desde 2011, la prevalencia de violencia ejercida por la pareja ha decrecido entre tres y cuatro puntos porcentuales; sin embargo, cuando se trata de “otros agresores” –entendiendo estos como aquellas personas vinculadas con la escuela, trabajo o que son parte de su espacio comunitario, incluyendo la familia–, el aumento ha sido constante y de más de seis puntos porcentuales a partir del 2011 (ver nota para desglose de otros agresores). 

Con esos datos, hoy tenemos claro que las violencias se han transformado. La violencia ejercida contra las mujeres no es la misma que antes, que estaba concentrada en los hogares y era practicada principalmente por la pareja. En 2021 se observa que la proporción de violencia ejercida por la pareja (39.9%) es menor que la ejercida por “otros agresores” (60.2%). 

¿Qué tipo de violencia ejercen más otros agresores? 

La tabla siguiente muestra que la mayor prevalencia la tenemos en la violencia sexual –además de ser el tipo de violencia con mayor aumento respecto el año 2016–, seguida por la violencia física. La violencia que en mayor medida ejerce la pareja es primero la emocional, con muy poca diferencia respecto a otros agresores, y en segundo lugar la económica, patrimonial y/o discriminación. 

Fuente: Elaboración propia con base en los datos de ENDIREH 2006,2011, 2016 y 2021.

Valores expresados en porcentajes*

Saber quién ejerce qué tipo de violencias nos ayuda a pensar qué tipo de políticas y programas tenemos que diseñar, y nos da una idea de las transformaciones que están ocurriendo en las dinámicas sociales. Se solía decir que las mujeres estaban más inseguras en sus casas. De acuerdo con la Endireh (2021), hoy las mujeres señalan ser más violentadas en los espacios comunitario (45.6%), escolar (32.3%) y laboral (27.9%) que en el familiar (11.4%), y por mucho. 

Lo anterior tampoco significa que tengamos resuelto el tema de la violencia ejercida por la pareja, seguimos encontrando soluciones para prevenirla y atenderla; pero con estos datos, sabemos que las instituciones educativas, empresas e instituciones públicas y privadas, así como el Estado, tienen la obligación de diseñar e implementar planes de acción institucionales para revertir estos números y dinámicas de violencia. 

El panorama no es esperanzador, los programas nacionales y estatales para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia no cuentan con presupuestos suficientes, ni con planes a mediano y largo plazo claros que hayan atendido el problema con los resultados esperados. 

Garantizar el acceso a una vida libre de violencia para todas las mujeres es una prioridad. El que siete de cada 10 mujeres hayan sufrido algún tipo de violencia en su vida nos da una idea de qué tan injusto y discriminatorio es para nosotras vivir en un país así. Regresarnos la libertad y el derecho a no sentir miedo es una responsabilidad y obligación que ya no puede esperar.