La “tormenta perfecta” ya está aquí

Una de las peculiaridades (o ventajas) de ser médico y comunicador, es el tener acceso al estado de salud de familiares, amigos, familiares de los amigos y amigos de familiares, así como de los pacientes de mis colegas. De este modo, he podido conocer de primera mano y en el mundo real, las tendencias de los padecimientos, necesidades, carencias y deficiencias de nuestro sistema de salud.

Desde inicios de noviembre pasado y hasta el momento de escribir esta columna, he sabido de decenas de casos de infecciones respiratorias en niños, adultos y ancianos. 

Esto no es una sorpresa. El problema se veía venir desde el inicio del otoño cuando expertos en Estados Unidos y Europa ya pronosticaban una “tripledemia” conformada por tres tipos de virus: SARS-CoV2, influenza y virus sincicial respiratorio que afecta a los niños y a los ancianos y para el cual no existe aún una vacuna disponible. 

Tal y como se pronosticó, los contagios comenzaron a incrementarse. El número nuevos casos de covid en el mundo aumentó en un 60% desde el pasado 7 de noviembre; sin embargo, en México, los casos registrados en el mismo periodo se multiplicaron 10 veces.

La influenza, que prácticamente estuvo ausente en el planeta durante las cuarentenas del 2020, ha vuelto y el CDC estima que más de 8.7 millones de personas se han contagiado en los Estados Unidos, esta temporada, con más de 4,500 muertes. En México, para la semana epidemiológica 47, los casos acumulados de esta enfermedad ya eran 24 veces más que los reportados en el 2021.

No existe una contabilidad oficial de las infecciones por virus sincicial respiratorio, pero, prácticamente no ha habido un pediatra que no me hable del incremento de infantes con síntomas, requiriendo, algunos de ellos, de hospitalización. Hace apenas dos semanas, una amiga me comentaba de sus dos niños contagiados en una escuela donde se relajaron las medidas de protección y un alumno contagió a más de una docena de sus compañeros.

Ante este panorama, es incomprensible la actitud de las autoridades de salud en diferentes aspectos, comenzando con lo más básico: el uso del cubrebocas en lugares cerrados. Como sabemos, este siempre ha sido un tema controversial donde el gobierno de México ha hecho hasta lo imposible por minimizar la importancia de usarlo y de buscar abiertamente no hacerlo obligatorio ya que lo ven como una medida impopular. No ayuda mucho, tampoco, que ni el presidente ni el Secretario y Subsecretario de Salud sean renuentes al uso de mascarillas.

Paradójicamente, son varias las personas de diferentes áreas de la Secretaría de Salud que me dicen que Recursos Humanos está comenzando a “invitarlos” a usar cubrebocas mientras están en las oficinas. Es obvio que saben que hay un problema y que, seguramente, les va a explotar.

He escrito anteriormente en La-Lista y he hablado en diferentes entrevistas sobre la poca iniciativa de la Secretaría de Salud para inmunizar a la población. En el caso de la vacuna contra la covid-19, Hugo López-Gatell anunciaba muy orondo hace una semana que se habían comprado, como refuerzos, vacunas a Cuba (que no cuentan con estudios de eficacia publicados), mientras que en los Estados Unidos, Canadá y Europa se administra ya la vacuna bivalente. En México nunca la tendremos porque que este gobierno se niega a volver a firmar otro contrato con Pfizer.

En el caso de la Influenza, las dosis adquiridas se tuvieron relativamente a tiempo, sin embargo, no se ha hecho una comunicación agresiva sobre dónde, cómo y cuándo vacunarse.

Lamentablemente no es una sorpresa que las autoridades de Salud carecen de una estrategia para prevenir y proteger a la población ante esta “tripledemia”. Es por ello que los ciudadanos debemos tomar la iniciativa para protegernos, proteger a nuestros hijos y quienes nos rodean. No abandonemos el uso del cubrebocas. Ventilemos lo más posible. Evitemos espacios cerrados y aglomerados y busquemos estar al día en las vacunas contra covid-19 e influenza. 

Nos quedan muchas semanas. Muchos se contagiarán y lamentablemente veremos muertes. La tormenta perfecta ya está aquí, es momento de cuidarnos.