El ‘boomerang’ de Ayotzinapa

El presidente Andrés Manuel López Obrador usó durante toda su campaña el caso Ayotzinapa como bandera política, al grado de casi prometer a los padres que daría con el paradero de los jóvenes desaparecidos, cuando todo hasta ahora, y siempre, ha apuntado a que los normalistas fueron asesinados.

El lucro que hizo AMLO terminó estallándole en la cara, cuando el pasado 6 de marzo, un grupo de normalistas derribó una de las puertas de Palacio Nacional.

Uno de los normalistas que participó en esa protesta, se llamaba Yanqui Kothan Gómez Peralta, quien unos días después fue asesinado por elementos de la policía estatal de Guerrero.

¿Quién lo iba a decir? En el gobierno que se iba a dar con los 43, se terminó con la vida de otro normalista.

Fue el presidente López Obrador quien reveló que el responsable de este hecho, había huido, lo que generó más indignación.

La semana pasada, los dos presuntos policías estatales involucrados en el asesinato de Yanqui Kothan se entregaron finalmente ante la Fiscalía General de la República.

Las cabezas ya rodaron en Guerrero y removieron tanto al secretario de Gobierno como al secretario de Seguridad, y hasta a la fiscal, que no quería irse.

Guerrero, gobernado por Morena, es un polvorín actualmente, en el que el caso Ayotzinapa es solo uno de tantos que exhiben un desgobierno.

Al presidente López Obrador el caso de los normalistas se le volteó por completo, mientras él se volvió un defensor del Ejército, pese a que está más que probada su participación en los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014:

“Por cuestiones políticas e ideológicas la consigna es fue el Estado, fue el Ejército y de ahí no salimos, les puedo decir que ¡claro que fue el Estado! El Estado pudo en su momento aclarar las cosas y no fabricar mentiras, de eso no hay dudas, aunque hayan participado autoridades locales, de eso no hay duda. Pudieron haber participado algunos elementos del Ejército, pero lo que sucedió con Ayotzinapa tuvo que ver con decisiones de autoridades locales y la delincuencia”, atajó AMLO.

Y volvió a matizar sobre la participación del Ejército: “Que esa delincuencia tuviese vínculos con algunos militares o que los militares de la región no hayan evitado que desaparecieran los jóvenes y hubiesen cometido delito de omisión, esa otra cosa a que el gobierno , desde arriba el presidente Peña o el general secretario de entonces, hayan ordenado la desaparición de los jóvenes”.

Para el abogado Vidulfo Rosales, la narrativa del gobierno se acerca más a la llamada “verdad histórica” del sexenio pasado.

Y en un programa de radio de plano soltó que él y los padres de Ayotzinapa, están arrepentidos de haber votado por López Obrador.

Ahora todo parece indicar que el caso Ayotzinapa se le heredará al siguiente sexenio. Por lo menos ya no tenemos a una candidata presidencial prometiendo que va a esclarecerlo, después de que en casi seis años, este gobierno no pudo hacerlo.

La deuda que deja AMLO en materia de verdad y justicia es igual o más grande que otras.

Espejos rotos: Eso sí, desde hace tres años, Morena logró fichar al normalista ‘Omar García’, cuyo verdadero nombre es Manuel Vázquez, quien busca su reelección como diputado federal en las próximas elecciones.