Me siento asfixiado por los mensajes. Mi pareja dice que me extraña ¡cada cuatro horas!
'Déjale una nota dulce en su casa o envíale un mensaje de texto de no puedo esperar para volver a verte cuando te vayas'. Pintura: El hombre que escribe una carta, de Caspar Netscher, siglo XVII. Foto: Alamy

Pregunta: Recientemente retomé una relación con mi expareja. Parece que va bien cuando estamos juntos, pero en cuanto nos separamos surgen problemas (que es la mayor parte de la semana porque vivimos separados). Los problemas surgen porque no contesto rápidamente los mensajes –incluso cuando estoy fuera con amigos o en el trabajo– y porque no expreso mi amor por ella con tanta frecuencia como a ella le gustaría en los mensajes

Decidí escribir hoy porque la última vez que la vi fue hace cuatro horas, después de salir del trabajo para ayudarla a comprar un auto, y ella dice que me extraña, pero solo han pasado cuatro horas y me he encontrado con que tengo que mentir y decir que también la extraño cuando no es así. ¡Solo han pasado cuatro horas!

Quiero que esta relación funcione, pero me siento asfixiado tanto por los mensajes como por la expectativa de responder. ¿Estoy siendo poco razonable?

Eleanor comenta: ¿Estás siendo poco razonable? Probablemente no. El problema es que no se desprende mucho de este hecho. En las relaciones podemos pensar fácilmente que, si nosotros somos razonables, la persona que no está de acuerdo con nosotros seguramente no lo es, así que, abracadabra, es esa persona la que debe cambiar. Partiendo de esta premisa, litigamos las disputas con nuestros seres queridos como si fueran una suma cero en el juego de la racionalidad, como si cualquier razonabilidad de ella implicara una irracionalidad de parte tuya y al revés.

Sin embargo, las relaciones no son juegos de suma cero, y si las abordamos de esta manera corremos el riesgo de hacer que sea muy difícil que haya dos personas completas y separadas en ellas. Al fin y al cabo, el hecho de que tengamos expectativas y preferencias diferentes es precisamente lo que nos convierte en personas distintas que pueden aportar algo a la otra. Cuanto más coincidamos en exactamente el mismo conjunto de rasgos, más nos encontraremos simplemente en una relación con nosotros mismos. Deberíamos querer que hubiera aspectos en los que nuestra pareja se diferenciara de nosotros. Si asumimos de manera tácita que solo existe una forma de ser razonable, corremos el riesgo de hacer que esas diferencias se sientan como si tuvieran que ser conflictos, como si tuvieran que ser juzgadas y solo una pudiera triunfar.

Tú no quieres estar encadenado a tu teléfono, y ella no se quiere quedar sin seguridad y sin afecto. Tú quieres un tiempo separado en el que no te sientas ‘de guardia’, y ella quiere recordatorios de cómo te sientes. Creo que la cuestión consiste en encontrar la manera de que todos estos deseos sean tratados como razonables, para reducir la sensación de que alguien tiene que ganar.

Tal vez se trata de encontrar formas de tranquilizarla o de ser cariñoso previendo el tiempo de separación. Si lo que ella quiere es un recordatorio de tus sentimientos, y lo que tú quieres es no sentirte en estado de espera, podrías intentar satisfacer sus deseos emocionales por adelantado. Déjale una nota dulce en su casa, o envíale un mensaje de texto de no puedo esperar para volver a verte cuando te vayas. Dale algo a lo que ella se pueda aferrar cuando estén separados para que cuando ella quiera afecto no tenga que extraerlo en tiempo real. Esto es diferente a simplemente esperar que ella cambie de parecer

O tal vez podrías difuminar poco a poco la expectativa de responder. Guardando el teléfono o poniéndolo en “no molestar” puedes demostrar a ambos que no pasa nada malo cuando no contestas de inmediato. Esto podría ayudar con tu sentimiento de culpa o expectativa, y con la sensación de ella de que el tiempo que pasan separados es amenazante o negativo.

La clave es que estas propuestas tienen que sentirse como una buena noticia. Tiene que sentirse como un alivio al imaginar que ambos pueden obtener lo que quieren. Si, por el contrario, resulta ligeramente decepcionante, como si cada uno esperara en secreto que el otro se deshiciera de sus preferencias y adoptara las tuyas, el problema es mayor. Tenemos que establecer relaciones con personas reales, como son realmente, no como desearíamos que fueran si se parecieran un poco más a nosotros.

Síguenos en

Google News
Flipboard