Jerusalén se prepara para el desfile de la bandera nacionalista israelí por el barrio musulmán
En 2021, la violencia del día del desfile contribuyó al estallido de una guerra de 11 días entre Israel y Hamás. Foto: Ariel Schalit/AP

Residentes de Jerusalén se preparan para un desfile que ha sido, históricamente, un foco de violencia entre manifestantes y palestinos; mientras, miles de policías se despliegan en el provocador desfile del Día de Jerusalén.

Los residentes de Jerusalén se preparan para desfilar con banderas de derecha por las zonas musulmanas de la Ciudad Vieja, un acontecimiento anual que suele ir acompañado de violencia.

El provocador desfile del Día de Jerusalén, en el que participan miles de nacionalistas judíos, celebra la toma y ocupación de Israel de Jerusalén Este y sus lugares sagrados en la guerra de 1967, un hecho no reconocido internacionalmente. A menudo se ve empañado por violentos enfrentamientos entre manifestantes y residentes palestinos de la Ciudad Vieja, así como por discursos de odio contra los árabes y vandalismo contra propiedades palestinas.

En 2021, tras semanas de disturbios, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ordenó cambiar en el último momento el recorrido del desfile masculino para evitar la vía principal del Barrio Musulmán, pero la violencia de ese día contribuyó igualmente al estallido de una guerra de 11 días entre Israel y Hamás.

En 2022, el recorrido no se modificó a pesar de las advertencias de varios sectores, entre ellos el del exembajador de Estados Unidos en Israel Tom Nides, de que podría desencadenar más violencia. Una participación mayor de lo habitual, de unas 70 mil personas, se saldó con decenas de heridos en enfrentamientos entre israelíes y palestinos y altercados con la policía.

El desfile del año pasado, que se celebró días después de que un alto al fuego pusiera fin a cinco días de violencia entre Israel y Hamás, transcurrió sin mayores incidentes. Este año, tras el atentado de Hamás del 7 de octubre y la devastadora guerra en Gaza, la tensión en la ciudad santa es máxima.

El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, de extrema derecha y responsable de la policía, dijo la semana pasada que participaría y animó a sus seguidores a unirse.

La policía israelí dijo el martes que unos 3 mil agentes se desplegarían en la Ciudad Vieja y sus alrededores el miércoles por la tarde y que se cerrarían varias avenidas importantes.

“La policía insta a los participantes del desfile de las banderas y al público en general a seguir las instrucciones de la policía, evitar cualquier tipo de violencia física o verbal y permitir que el evento se desarrolle de forma segura respetando estrictamente el orden y la ley”, dijo la fuerza en un comunicado.

“Cualquier perturbación o acto de violencia será tratado con firmeza por la policía”, añadió.

La ruta del desfile no pasa por el Monte del Templo, conocido por los palestinos como al-Haram al-Sharif y donde se encuentra la mezquita de al-Aqsa, el lugar más sagrado del judaísmo y el tercero del islam, que también es un foco habitual de violencia.

Ni las autoridades palestinas ni el Waqf jordano, que administra los lugares sagrados musulmanes de la Ciudad Vieja, hicieron comentarios inmediatos sobre los planes para que el desfile se celebrara como de costumbre. En años anteriores, las autoridades árabes han manifestado su oposición al desfile.

Las calles de la Ciudad Vieja de Jerusalén han estado tranquilas desde el estallido de la nueva guerra, con pocos turistas o peregrinos y muchas tiendas y restaurantes cerrados.

La zona del Monte del Templo también ha estado inusualmente tranquila: Israel ha restringido el acceso al lugar a hombres palestinos mayores de 55 años y a mujeres mayores de 50 desde octubre.

En virtud de un antiguo acuerdo de compromiso, los judíos pueden visitar el lugar, pero no rezar en él. Sin embargo, en los últimos años, el creciente número de visitantes judíos, a veces rezando o con escolta policial, ha avivado el antiguo temor palestino a que Israel planee anexionarse la zona.

En mayo, Ben-Gvir realizó su primera visita al complejo desde el 7 de octubre. Su partido, el Poder Judío, aboga desde hace tiempo por la soberanía judía sobre el lugar.

Traducción: Ligia M. Oliver

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