Nunca covid, cinco veces covid y long covid: tres historias sobre la pandemia
Imagen de una modelo.

El 27 de febrero de 2020 se registró oficialmente en México el primer caso de contagio de covid. La antesala de la pandemia mundial se vivió en Wuhan, China y a partir de ese momento, el tiempo comenzó a correr, cada quien viviría la pandemia de una forma personal.

Al día de hoy, México registra seis olas del virus SARS-CoV-2. Los números registrados marcan 7 millones 780 mil casos positivos confirmados, 347 mil defunciones estimadas y 28 mil casos activos, según la página Covid-19 México.

A tres años del primer registro en México, La-Lista conversó con Francisco, Lola y Zaría, tres mexicanos que han vivido la pandemia desde su situación personal. Francisco nunca se ha contagiado, Lola ha tenido un diagnóstico positivo en cinco ocasiones y Zaría vive con long covid desde el 2020.

Nunca covid

La semana pasada, Francisco redactó un comunicado en la compañía de telefonía para la que trabaja. En el documento tenía que informar al personal que la medida de usar cubreboca en el edificio de la empresa es opcional. Él pensó que después de la pandemia el mundo no podría ser igual, sin embargo, en la realidad, siente que el ser humano retomó la vida demasiado rápido, como si nada hubiera pasado realmente.

Francisco López tiene 41 años y, hasta el domingo pasado, nunca se ha contagiado de covid. Su forma de vivir la pandemia ha sido poniendo atención a las noticias, aumentando medidas de precaución cuando se han presentado olas, y siguiendo las recomendaciones que se dieron en cada momento, con la información disponible.

Al inicio de la pandemia, evitó aglomeraciones y espacios concurridos, como el transporte público, pero poco a poco se fue relajando mientras las medidas iban aminorándose.

Recuerda que después del fin del semana del 21 de marzo de 2020 dejó de ir a la oficina como medida sanitaria y así se mantuvieron todos los empleados hasta junio de 2022. Tuvieron varios intentos por regresar, pero la empresa prefirió que se quedaran a trabajar en casa. Desde junio del 2022 trabajan de manera híbrida: dos días a la semana de forma presencial y los otros tres hacen trabajo a distancia.

Las rutinas de trabajo en casa fueron extenuantes, parecía un continuum. En varias ocasiones Francisco pensó que se había contagiado por el extremo cansancio que sentía, pero sus pruebas siempre salieron negativas. Se hizo tres o cuatro pruebas PCR y unas ocho de antígenos y el resultado siempre fue el mismo.

Desde el lugar donde no te has contagiado, sólo se puede vivir la pandemia con las historias de las personas que han vivido la enfermedad y Francisco recuerda que en un día de trabajo, un fotógrafo le contó su caso. Estaba completamente deprimido porque la había pasado muy mal en el hospital. Recordaba estar en la cama completamente solo y que, una a una, comenzaron a morir las personas con las que lo hospitalizaron, él pensó que iba a morir y pidió un teléfono para despedirse de su familia. A veces esta pandemia se ha vivido desde los demás.

Para Francisco la pandemia le pareció apocalíptica. En sus primeras salidas a un centro comercial se preguntaba: “¿Esto fue real? No puede ser que esté viviendo esto” y miraba a todas las personas caminando con cubrebocas, guardando la sana distancia y cuidando lo que tocaban. Para él era como estar en una película de ciencia ficción.

La pandemia rompió el tiempo, es difícil saber con exactitud qué ha pasado en este periodo, sin embargo Francisco siente que hemos vuelto a marzo de 2020 y le sorprende la rapidez en que en las últimas semanas muchas personas han retomado el ritmo de sus vidas, a pesar de lo complejo de la situación y las personas que murieron. Parece que nada pasó realmente.

Cinco veces covid

Lola Moreno se ha hecho al menos 20 pruebas de covid y en estos tres años de pandemia se ha contagiado cinco veces, todas comprobadas después de una toma de muestra de lo más hondo de sus fosas nasales.

Tiene 44 años y la primera vez que se contagió fue en el segundo año de la pandemia, en julio de 2021, aunque lleva más de 13 años haciendo home office. Empezó a salir por motivos de trabajo y en un evento, cuatro de sus compañeros y ella resultaron contagiados.

De sus síntomas, el que más resalta es el cansancio, tener que dormirse para sentirse mejor y despertar con el cuerpo cortado, dolor en las articulaciones, una jaqueca terrible, escurrimiento nasal y tener los ojos llorosos.

Para ella, los síntomas no son algo que acaben pronto con la enfermedad, continúan a lo largo de meses. Pero Lola no sólo enfermó físicamente, de manera emocional, atravesó por trastornos del sueño, ansiedad, miedo a morir y a enfermar o enfermarse y transmitir el virus a las personas que ama. Lola tiene dos pequeños hijos. De las cinco veces que ha pasado por el covid, sólo en la última resultaron contagiados los pequeños.

Siempre tomó medidas de aislamiento para que no se contagiaran, pero por su cabeza también cruzó la idea de que era irremediable por la dinámica familiar, sin embargo, eso no sucedió al inicio.

La segunda vez que se contagió fue en 2022, dos semanas después de haberse aplicado la segunda dosis de su vacuna. Ella cree que fue con la variante Ómicron porque a los síntomas se sumó la diarrea y un dolor de garganta insoportable. Durante 13 días se le dificultó el habla y ni las medicinas ni los remedios conocidos la aliviaron.

Eso no fue todo, después del covid y la vacuna se alteró su ciclo menstrual al grado de desarrollar un quiste hemorrágico. Su médico le comentó de la frecuencia con lo que eso estaba sucediendo a las mujeres a partir de la pandemia. Los efectos hormonales de la pandemia o las vacunas contra el covid en las mujeres ha sido un tema presente desde el brote. Tuvieron que pasar ocho meses para que Lola volviera a tener un periodo menstrual regular y le recetaron tomar hormonas. Después de esa experiencia, decidió no aplicarse la tercera dosis de refuerzo.

En 2022 le dio cuatro veces covid. La primera en enero, la segunda en marzo, la tercera en abril y la cuarta en agosto.

Las primeras tres veces que se contagió lo tomaba con angustia y tomaba sus medicamentos de forma rigurosa, para la cuarta vez disminuyó la carga de medicamentos que, además, le propinaron gastritis y la última, simplemente la dejó pasar, atendiendo solamente al constante e insoportable dolor de cabeza.

De las cinco ocasiones en que pescó el virus, sospecha que se contagió en entornos laborales. La última vez fue en la fiesta de graduación de su hija de siete años. La celebración fue al aire libre y aun con esa medida, no pudieron evitar que se contagiara gran parte de la familia.

Lola perdió a su padre en la pandemia a causa del covid, después de sentirse tan cerca y vulnerable a la muerte, piensa que hay que “vivir de una manera en la que puedas disfrutar más la vida”.

Long covid: la otra emergencia

Zaría Abreu tiene 49 años, es escritora de varios géneros y formatos que van desde la poesía hasta guiones de series y películas. Se contagió de covid a principios de marzo de 2020, antes de la declaratoria del confinamiento.

Cuando se contagió sintió que eso no se parecía a nada de lo que había vivido antes, le resultó impactante. Se sintió mejor después de 15 o 20 días y pensó que para entonces ya era inmune, pero en abril volvieron los síntomas. En ese entonces había muy poco conocimiento e información de la enfermedad. Se pensaba que no podía dar dos veces y en ese entonces le diagnosticaron que el virus se había reactivado. El hecho es que su prueba de abril también salió positiva.

Desde marzo pasaba los días en cama con un cansancio devastador y con una sensación de falta de aire que el oxímetro no registraba. Hacía esfuerzos para comer y hablar y los médicos le decían que era ansiedad.

Pero después le dio peritonitis, los médicos le explicaron que la dolencia era parte del mismo proceso inflamatorio generalizado que le había quedado en el cuerpo después del covid. Con el tiempo, los efectos prolongados del se declararon. Zaría usa in concentrador de aire 24/7, tiene problemas cardíacos, pulmonares, estomacales, neuropatías, disautonomía, pérdida de la vista hasta en un 50%, es usuaria intermitente de silla de ruedas o andadera y hay días que no se puede levantar de la cama en todo el día.

La revelación era entender que eso que a ella le pasaba sería conocido como long covid o covid persistente y que esa era una enfermedad multisistémica.

Esto no fue un proceso sencillo para ella, escribió Gaslighting médico, un texto que describe su experiencia, una que todavía no acaba porque aún cuando habla con ciertos médicos que revisan su caso, ella se refiere al covid persistente y la respuesta es que nieguen la existencia de la enfermedad o digan que no lo pueden comprobar.

La Organización Mundial de la Salud define define el long covid “como la continuación o desarrollo de nuevos síntomas tres meses después de la infección inicial por SARS-CoV-2, con una duración de estos síntomas de al menos 2 meses sin otra explicación” y se calcula que entre el 10 y 20% de las personas que han sido infectadas por covid llegan a padecerlo.

En octubre pasado, el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que “es fundamental que los gobiernos inviertan a largo plazo en su sistema sanitario y sus trabajadores y que diseñen ahora un plan para hacer frente al Covid prolongado“.

Mientras que en México no hay política para atender a las personas que enfrentan alguna discapacidad por la enfermedad.

¿Cómo está Zaría? La respuesta es: devastada. Tiene tres años de confinamiento obligatorio, sólo sale a sus citas médicas. El trayecto de la estufa a la alacena no es algo que pueda hacer sin la ayuda de una andadera con asiento. Perdió su trabajo, los ahorros se acabaron porque el costo de la enfermedad resulta realmente caro. Zaría es dependiente de tiempo completo.

Sin embargo, suele decir: “Yo no sabía que podía ser tan fuerte, porque me pasa un tren encima a diario”.

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