Gas natural ¿un negocio o un bien estratégico?

Esta semana la naturaleza no ha dado una lección: ella controla el clima.

En México no hemos entendido, desde el descubrimiento de Cantarell, la forma de utilizar la energía primaria como el crudo y el gas, ni en cómo aprovechar al máximo su transformación para su aprovechamiento en nuestras actividades necesarias en el desarrollo económico.

Los planes en política energética se han limitado a decisiones sexenales con una vocación hacia el ingreso que la nación requiere. Esto podemos percibir en el 2008 al 2009, cuando el precio de barril fluctuaba por arriba de los 60 dólares. Las decisiones tomadas a partir de esta fecha fueron en apostar en la extracción de crudo para su envío a las refinerías, y gran parte para la exportación. En este último punto, jugamos con la fórmula de tener más divisas, y por ende un mayor pago por parte de Pemex por el derecho de extraer. Este fue, por muchos años y continúa siendo, la caja chica del país para a completar el gasto corriente.

Al iniciar la segunda década de este siglo XXI, Estados Unidos invirtió bajo dos conceptos, que México no entendió, en incrementar la producción en:

1. Crudo para reducir la importación.
2. Gas natural para producir electricidad en el futuro.

Esta política no fue, y no ha sido modificada por las administraciones en cada periodo, esto lo vemos el día 27 de enero con el presidente Joe Biden, quién dijo que “no prohibiría la fractura hidráulica en formaciones convencionales“. En estas zonas, es a donde hay gas natural que nosotros importamos (shale).

El viernes 12 de febrero, según información de la secretaría de Energía (SENER), importábamos en el sistema SISTRANGAS 3,367 millones de pies cúbicos de gas, y hubo una contracción del 57% (1,920 MMpc) al día 16:

La Comisión Federal de Electricidad (CFE) comentó que “en 4 días ha tenido una pérdida de alrededor de 20 mil mdp” por concepto en la variación del precio del gas. Este mismo monto pudo ser invertido en la Cuenca de Burgos al perforar 400 pozos nuevos, y pudieran producir 1,200 MMPcd. Disminuyendo el déficit actual que tenemos, y actualmente dependemos del 72% de nuestro consumo de la importación.

En México requerimos un cambio de política energética que teja una relación entre la industria de hidrocarburos y eléctrica. La primera es quien da -y daría- gran parte de la energía primaria para su transformación, como el gas natural, y por medio de la tecnología convertirlo en portadores como la electricidad.

Hoy en Estados Unidos el panorama es así:

• Hay 400 instalaciones de almacenamiento de gas activas en 30 estados.
• Alrededor del 20 % de todo el gas natural consumido durante la temporada de calefacción invernal de cinco meses es suministrado por almacenamiento subterráneo.
• EU consume en promedio unos 120 mil millones de pies cúbicos de gas por día. Tienen una reserva de almacenamiento de alrededor de 22 días. Producen en forma diaria 90 mil millones de pies cúbicos diarios.

Nosotros en México 1.300 millones, esto significa que debemos de empezar a invertir en almacenamiento, producción y infraestructura de transporte de gas natural seco. Y también debería haber una coordinación entre la inversión pública y la privada, no por la agenda de cada una, sino por el bien de la nación en el futuro.

Es gas natural podrá no ser un negocio para la administración, pero sí un factor para lograr la seguridad energética del país.

Debemos tomar como ejemplo a EU que aprendió al crear un modelo de crecimiento económico en base a la energía, al evaluar que materias primas (energías primarias), debería tomar en función de la cantidad, calidad, y renovación para poder tener una seguridad, autonomía y soberanía energética.

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Hoy tenemos que evaluar en México que la salsa energética, a donde estará la industria de hidrocarburos-eléctrica, no importa de quienes son los chiles para hacerla, lo importante que sean baratos, paguemos porque estamos a gusto, y pueda ser continuo tenerlo para cada vez que queremos comer un taco.

Nuestro taco, es cada actividad que realizamos en la industria, comercio, hogar, empresa, y transporte, siendo que dentro de una década casi todas las actividades necesitan de energía eléctrica, a la cual deberá haber un mix con gas natural y energías limpias, en una proporción del 50% de cada una.

Los hidrocarburos proporcionan la materia prima para generar portadores de energía: combustibles y electricidad. Ahora debemos de definir, el cómo y para qué necesitamos la energía, debido a que entre más recursos naturales tomemos de la naturaleza o materia prima, y no la aprovechemos estaremos incrementando al cambio climático. Preparémonos ante el cambio climático, y la necesidad de tener materias primas para no depender de terceros.