De uñas y enchiladas
FrancoTirador

Nacho Lozano es periodista y autor. Ha sido reportero y presentador de noticias para radio, televisión e internet desde hace dos décadas; editor y columnista en diversos medios impresos nacionales e internacionales. Es presentador de Noticias Telemundo. Twitter: @nacholozano

De uñas y enchiladas
David Moreal en las instalaciones de la Guardia Nacional en Zacatecas. Foto: Twitter @DavidMonrealaAvila

No era una charla privada, era una entrevista en la radio. La voz del hombre registraba furia. Hablaba de cómo el gobierno (es un decir) de Zacatecas, a cargo (es un decir) de David Monreal presentó como proyecto de egresos de 2022 uno menor a los 585 millones de pesos que tuvo en el 2021:

No puedes en estos tiempos”, habla de Zacatecas, pero aplica para el resto del país, “de sangre, violencia, colgados en puentes vehiculares, decapitados, de fosas clandestinas, de bolsas de hule negro, balaceras, narcomantas”, y siguió enlistando delitos, pero lleguemos al punto que nos interesa: “en medio de este clima y situación inédita, bajarle el presupuesto a las instituciones encargadas de investigar delitos y castigar delitos, fue un error de dedo“, ¿un error de dedo?, ¿de quién?, “es una pendejada de una mecanógrafa”, ah, caray. ¿Ahora el oficio de mecanógrafa incluye la de repartir dinero público? Claro, ahora échemosle la culpa a las mujeres que estudiaron o se dedican a la mecanografía de los desatinos de políticos. La voz siguió: “una pendejada que hay que correrla”, la culpa es de quien desempeña el oficio de mecanógrafa, como denigrando a quienes se dedican a ello, “pero hay que corregir lo que hizo mal, a lo mejor estaba distraída, o se estaba pintando las uñas”, nada que agregar.

La voz no era de cualquier ciudadano. Lo dijo el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Zacatecas, Arturo Nahle, sí, hermano de esa Nahle, Rocío, la secretaria de Energía del gobierno feminista de la Cuarta Transformación. Y en este país en el que los misóginos en cargos públicos no se someten a cursos para identificar, en serio, sus errores, corregirlos y garantizar no repetirlos (y miren que no estoy hablando de castigos o repercusiones, como despidos, por esa violencia de género), Nahle se disculpó. Recordemos que México es el país que practica como deporte político la disculpocracia: que evita que te quiten el hueso a cambio de una disculpa guanga.

Así se disculpó. Violines, maestro: “Le ofrezco de todo corazón”, cree que le creemos, “una disculpa a cualquier mujer, mecanógrafa o no”, parece saña, ¿no?, “que se haya sentido aludida y ofendida por mis palabras”, porque ahora resulta que a hay quienes solitas se ponen el saco misógino y son aludidas con iniciativa, “jamás fue esa mi intención”, me gustaría saber cuál fue entonces la intención. “Hasta hoy supe que los números, que efectivamente están mal, fue (sic) producto de un error, pero no de una mujer, sino de un hombre, no mecanógrafa”, y dale, “sino de alta jerarquía“. Así. Repito: presidente del Tribunal Superior de Justicia de Zacatecas. ¿Ha aplicado esta manera de pensar en casos que llegan a su escritorio?

Elena Poniatowska, premio Cervantes y autora de tantos libros capitales, recientemente publicó El amante polaco. Ella habló en una entrevista para un diario nacional acerca de las similitudes de su personaje Estanislao con el presidente Andrés Manuel López Obrador: “Creo que ha sido consecuente”, el presidente, no el personaje, “creo que es mucho más fácil ser candidato que ser presidente”, está clarísimo, “porque ya con ser presidente tienes todo un país a tus pies”, me preocupa esta frase, ¿en serio todo el país está a sus pies? ¿Ella lo está?, “pero todo un país a quienes puedes y debes resolver todos sus problemas y no es cosa de, perdona la expresión popular, ‘enchílame otra’”, bonita frase y creo que el “enchílame otra” sí fue promesa de campaña, diciendo que todo sería fácil después del 2018. “Es difícil, es lento, hay muchos problemas que vienen desde hace tiempo”, aunque en el camino la corrupción, la impunidad y la violencia cobren vidas o dañe a millones, ¿no?

Para ser Franco: me pintaré las uñas y luego me enchilo otra.

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