26 de febrero, el inicio de la primavera mexicana 

Ningún régimen tiene exclusividad sobre las plazas públicas, el antecedente más luminoso se remonta al otoño de 1968 con la amenaza de las bayonetas y las tanquetas verdes, los jóvenes de esa generación disputaron cada metro del corazón de la capital a un gobierno represor, quien no imaginó los alcances de ese movimiento que sembró la semilla de un cambio posible frente al autoritarismo. 

Fueron los precursores de una revolución de conciencia, en una disputa desigual frente al poderío de un presidente que se sintió amenazado por la defensa de las libertades que construyeron las bases de nuestro sistema democrático. México cambió y ahora algunos de los líderes que enfrentaron al poder desde la oposición han traicionado las convicciones que les dieron credibilidad desde las calles. La fuerza social ganó terreno y dio la batalla para arrancar el control de los órganos electorales al gobierno creando un instituto federal que dio certeza y autonomía a las decisiones expresadas en las urnas.  

La democracia se abrió paso, pero ninguna victoria es absoluta. Nuevamente nuestro país atraviesa una encrucijada que definirá el futuro, otra vez las amenazas vienen del gobierno encabezado por un opositor exitoso que pervirtió su lucha y desaprovechó la oportunidad de hacer virtuosa su época. Andrés Manuel López Obrador, maestro de la polarización, se siente intimidado ante la explosión social pacífica que le reclama con justicia su incongruencia. 

Los papeles se invierten para demostrarnos que ese luchador social fue muy superior al presidente de la actualidad, México le ha quedado grande porque se ha convertido en la antítesis de lo que ofreció combatir. Manipula y tuerce la realidad para descalificar las legítimas expresiones sociales que todo buen gobernante debería tomar en cuenta para calibrar sus decisiones. 

La ejemplar toma del Zócalo extendió su manto a cientos de miles de ciudadanos en más de 100 ciudades para defender el voto libre y al INE autónomo que no tienen punto de retorno pese la ignominia de la aprobación de reformas contrarias a nuestra Constitución.

Ante el despertar social, nadie debería sentirse amenazado por una concentración que se expresó con respeto para tender flores en la escalinata principal del tribunal que decidirá la viabilidad de nuestra democracia. Nadie debería sentirse intimidado por una sociedad consciente que expone sus inquietudes. Llegó la hora de los jueces para revertir el ataque y anular leyes que desmantelan una estructura probada con éxito durante más de 3 décadas. El sistema electoral mexicano es un modelo reconocido a nivel mundial que ha permitido alcanzar la alternancia pacífica.

El estruendo social del domingo 26 de febrero expresó confianza invaluable hacia al Tribunal Constitucional que podrá mostrar su poderío como institución esencial del Estado y revertir un abuso que amenaza la viabilidad de la democracia. La Corte enfrentará la prueba más importante de su historia moderna, es momento de definiciones para mostrar la supremacía que lleva en su nombre y se inscribe con honor en la cantera de su edificio sede.

No puedo imaginar a una ministra o ministro que considere constitucional la reforma electoral conocida como el ‘plan B’. Juristas de esa jerarquía tienen abierto el camino de una decisión técnicamente clara, sólo traicionando su dignidad podrían ceder ante las amenazas que pretenden intimidarles. La contundencia, oportunidad y transparencia de su decisión, definirán la credibilidad de una Corte que tiene la extraordinaria oportunidad de refrendar su categoría. 

¿Por qué es jurídicamente clara la decisión que se aproxima en el Alto Tribunal? Entre otras cosas, porque lo aprobado por las mayorías en el legislativo resta autonomía al INE respecto al Poder Ejecutivo, normalizando su injerencia en la creación de las listas nominales y el padrón electoral. También interviene en su presupuesto y estructura a pesar de ser un órgano autónomo elevado a rango constitucional.

Con gran claridad María Marván Laborde, reconocida especialista en la materia y ex consejera del instituto, exhibe la intención de fondo: “La legitimidad de los procesos electorales en México está ligada a la autonomía constitucional del INE. Esta reforma de ley viola sistemáticamente la autonomía consagrada en la reforma de 1996, y deja al instituto sus capacidades disminuidas como en las épocas anteriores a 1990”. 

Ha quedado demostrado que tenemos una sociedad dispuesta a dar la batalla por la defensa de las reglas democráticas para elegir libremente a nuestros gobernantes. En el discurso pronunciado en el Zócalo ante más de 100 mil personas, José Ramón Cossío Díaz, ministro en retiro de la Corte, dijo con conocimiento de causa “estoy seguro de que los ministros considerarán que las irregularidades en los procesos legislativos tienen un serio potencial invalidatorio. Sé que los ministros declararán que las normas electorales que reducen los recursos humanos y presupuestales de los órganos electorales, violan los principios de equidad y certeza. Estoy seguro de que los ministros considerarán que la fijación de los presupuestos por la Cámara de Diputados viola la autonomía presupuestal del INE”.    

Tras la concentración del 26 de febrero, la campaña de infamias arreció. El tabasqueño usa la investidura de jefe de Estado para hacer señalamientos dirigidos a la presidenta de la Corte que faltan a la verdad sin recato, arenga en contra de Norma Piña para decir  “apenas llegó la nueva presidenta y se desata una ola de resoluciones a favor de presuntos delincuentes”. López Obrador está desesperado por destruir al INE, su gobierno es una calamidad que tiene fecha de caducidad. 

Que los insultos, amenazas y cualquier tipo de presión de los trasnochados no los amedrenten señoras y señores ministros, el país espera lo mejor de ustedes, eso se llama esperanza.

EDICTOS

A unos meses de la conclusión del rectorado de Enrique Graue, el  relevo de Alfredo Sánchez Castañeda como Abogado General de la Universidad Nacional Autónoma de México sólo se puede explicar en el contexto de los titubeos mostrados respecto al escándalo del plagio de la tesis de licenciatura de Yasmín Esquivel, que hizo tropezar al ex funcionario. En pocas palabras, le faltaron arrestos para solventar el tema de forma contundente y expedita, la ola creció y lo arrastró hasta su destitución.

La buena noticia es la llegada del doctor Hugo Concha Cantú como nuevo Abogado General, es profesor de la Facultad de Derecho y prestigiado integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas. Concha ha sido particularmente crítico sobre la tibieza con la que su antecesor enfrentó el plagio. 

No podía quedar en mejores manos la abogacía general de la Máxima Casa de Estudios, estoy seguro que ahora sí se resolverá de forma tajante e incontrovertible el retiro del título profesional de licenciatura de Esquivel Mossa, que irremediablemente tendrá que dimitir.