El cine catalán, más vivo que nunca

“Hacer cine es una forma de vivir, una manera de estar en el mundo y observarlo, mi vida y mi cine siempre van de la mano”, Carla Simón

En los últimos años el cine catalán se ha posicionado en su propio lugar, pienso en Pere Portabella, Albert Serra, Clara Roquet y la propia Carla Simón, sin dejar de lado al gran teórico Román Gubern, serie de realizadoras y realizadores que han hecho su carrera en su tierra y lo han hecho en su propio idioma.

Vamos un poco hacía atrás, la historia del cine en Cataluña se remonta entre 1895 a 19897, ya que se dice que la primera película catalana fue Plaza del puerto en Barcelona de Alexandre Promio, tuvo tal pujanza que ya en 1914 Barcelona figuraba como un epicentro del cine por lo experimental de sus producciones de ese tiempo se estrenaron El café de la Marina de Domènec Pruna y El cava de Ramonet de Joan Andreu.

Hubo un tiempo oscuro con la dictadura franquista, tiempo en el que se quería borrar toda huella del ser catalán, las producciones sucedían de manera clandestina y era como firmar una sentencia de muerte atreverse a proyectarla o verla.

Para 1975 con la caída del franquismo comenzó a mejorar el panorama y se creó el Institut de Cinema Catalá, la efervescencia era tal que lo mismo se filmaban comedias, melodramas, cine histórico y porno y su cine comenzó a rebasar la etiqueta de cine español y traspasar fronteras.

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En estos días el nombre de Juan Antonio Bayona se escucha por todos lados ya que su más reciente película La sociedad de la nieve ha cautivado audiencias, roto récords en visionados en Netflix y se encuentra nominada a mejor película extranjera rumbo al Oscar, él es uno de los referentes del cine catalán, igual que Isabel Coixet, Cesc Gay, Bigas Luna, Neus Ballús y muchos otros cineastas que este año fueron seleccionados por el ciclo Gaudí, iniciativa que desde el año pasado llegó a nuestro país para aproximarnos las producciones recientes. 

En una charla con Lleïr Daban Hurtós, delegado del Gobierno de Cataluña en México y Centroamérica me contó sobre la relación del cine catalán con México, de cómo nuestro país fue pieza clave durante el franquismo y esa relación se ha fortalecido tanto que cuando el ciclo afincado en Cataluña pensó en salir al mundo no dudó en hacerlo primero en nuestro país. 

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Para este 2024 el ciclo también se proyectará en Santiago de Chile, Londres y Berlín, en Ciudad de México comenzó este 23 de febrero con la cinta 20 mil especies de abejas de Estibaliz Urresola, una historia entrañable que nos revela el pensamiento de la Cataluña profunda y afincada en la familia. El ciclo continuará el último viernes de cada mes en cine Tonalá, en total son cinco películas imperdibles que a través de sus narrativas nos muestran tan cercanos.

Cine Tonalá se encuentra en Tonalá 261, colonia Roma y más detalles sobre las actividades del Gobierno Catalán podrán encontrarlos aquí.