La energía de la presidenta electa
Pasillos del palacio
La energía de la presidenta electa
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Los pasillos del palacio volvieron a recorrerse con agitación, ansiedad y emoción como si fuera el primer día de gobierno. Los más ortodoxos miembros de la 4T, asesores, amigos y hasta los villamelones festejaban un triunfo incuestionable, contundente, arrollador de Morena y sus aliados.

Ahora vienen los tiempos de preparación para el arranque del nuevo gobierno que encabezará Claudia Sheinbaum quien, hasta este momento, no nos ha confirmado aún si tomará al Palacio Nacional como su residencia. Lo que sí confirmó fue la realización de la consulta pública sobre la reforma al Poder Judicial, que provocó reacciones que en su mayoría fueron positivas en cuanto a la disposición que la presidenta electa ha mostrado para que los grandes temas de la agenda pública nacional puedan ser analizados y discutidos desde una perspectiva democrática.

Incluso los banqueros se pronunciaron para celebrar el llamado al diálogo para, luego, enviar una señal de tranquilidad frente al tono de preocupación con el que se percibe el deslizamiento que ha tenido el tipo de cambio durante los últimos días.

La relevancia de la reforma al Poder Judicial sería suficientemente importante como para ocupar el foco central de la atención de la opinión pública, pero a nadie debería sorprenderle que la oferta de noticias de primera plana sea abundante, como pocas veces lo ha sido. En los siguientes días, en los pasillos del palacio y en todos los pasillos donde se discuten los temas políticos, económicos y sociales, se escucharán pasos nerviosos provocados frente a la expectativa de conocer el gabinete con el que Claudia Sheinbaum encabezará el gobierno que iniciará el próximo 1 de octubre.

Las quinielas están al orden del día, y los nombres han comenzado a circular, pero lo que salta a la vista es el sigilo con el que la presidenta electa está conduciendo el proceso. Frente a la especulación, no ha habido ninguna señal que permita identificar de manera fehaciente quiénes son las personas que resultarán seleccionadas para dirigir el gobierno federal.

Así, y después de una campaña llena de confrontación y desgaste, no deja de sorprender que la futura presidenta electa siga trabajando como si fuera el primer día, mandando señales de tranquilidad a los mercados y atendiendo, al mismo tiempo, la delicada tarea de seleccionar a su gabinete. Todo dentro de los primeros días después de haber sido electa. Si de algo no hay duda, es de que la doctora Sheinbaum viene con una gran carga de energía, vitalidad y disciplina.

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