¿Cómo puedo lograr que mi ropa blanca sea blanca?
Nadie sabe cómo eliminar el lodo, las manchas de pasto y de sangre mejor que la gente encargada de cuidar los uniformes blancos de los futbolistas, así que visité un campo de entrenamiento.
Nadie sabe cómo eliminar el lodo, las manchas de pasto y de sangre mejor que la gente encargada de cuidar los uniformes blancos de los futbolistas, así que visité un campo de entrenamiento.
¿Cómo se logra que la ropa blanca sea más blanca? He lavado mi ropa a 40ºC, a 60ºC e incluso a 90ºC, con y sin el prelavado, y nada. Tengo una amiga de la ciudad de St. Helens que dirige una posada en Carolina del Norte y jura que logra una blancura perfecta al lavar la ropa con agua fría. ¡Fría! Lo creeré cuando lo vea.
Desde hace tiempo me pregunto cómo debe ser estar a cargo del uniforme blanco de un club de futbol. Tenía que averiguarlo. Visité el campo de entrenamiento del Swansea City, ubicado en un rincón azotado por el viento en la península de Gower. El estacionamiento, como es habitual en estos lugares, se parecía al Salón del Automóvil de Ginebra. Sin embargo, no me interesaban los maravillosos motores de los jugadores, solo tenía ojos para el cuarto de los uniformes.
Michael Eames, el responsable de los uniformes de los Swans, lleva toda la vida haciendo este trabajo, ya que su predecesora en el puesto fue su madre. Michael y su ayudante, Shaun Baggridge, parecían un poco alarmados por mi nivel de interés, no obstante, me explicaron con paciencia que el secreto para conseguir blancos más blancos es que no existe ningún secreto.
El trabajo duro y la perseverancia tienen su recompensa. Ni siquiera pueden lavarlos a 60ºC por temor a que los nombres de los patrocinadores empiecen a despegarse. Así que los lavan a 40ºC.
Todo lo que tienen es una máquina grande, un poco de detergente y dos botellas de spray en un fregadero cercano. Una botella contiene un conocido quitamanchas, la otra contiene blanqueador. Las manchas de lodo, césped y sangre son una pesadilla. “Todo entra ahí”, dijo señalando la máquina. “Y después allá”, explicó solemnemente, señalando el fregadero y las botellas. “Y después otra vez a la máquina, y luego otra vez al fregadero, y a la máquina y así hasta que vuelva a quedar blanco”.
Algo impresionante. Hace 40 años, el Coventry City lucía un famoso uniforme de visitante de color café. “Incluso hoy en día”, presume la página web del club, “sigue siendo elegido como uno de los peores uniformes de todos los tiempos”. Pero por Dios, apuesto a que les encantaba en la lavandería.
Adrian Chiles es locutor, escritor y columnista de The Guardian.
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